Publican dos poemas inéditos de Gabriel Aresti de 1953, los primeros que escribió
Escritos en castellano, aparecieron dentro de un libro de Religión recuperado de un caserío de Larrabetzu
«Por razones ajenas a su voluntad y durante el periodo escolar 1952-1953 pertenece este libro a Gabriel M. Aresti Segurola». La frase escrita ... en la primera página de un libro de Religión dice mucho del autor y de la época que le tocó vivir. No puede haber mejor prólogo para los dos poemas inéditos que guardaba en una cuartilla, fechados en febrero de 1953 y, por lo tanto, los primeros de Gabriel Aresti de los que se tiene constancia. La revista especializada de cultura e investigación vasca 'Sancho el Sabio' ha difundido este hallazgo, que apareció entre unos libros recuperados de un caserío de Larrabetzu.
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El que sería el gran renovador de la poesía en euskera y uno de los padres del batua, fuente de inspiración para Bernardo Atxaga y tantos otros autores, publicó sus primeros poemas en 1954, a los 21 años, en Guatemala. Allí se editaba la revista fundamental de la literatura vasca, 'Euzko Gogoa', y también los envió a 'Eusko Gaztedi' en Venezuela. Los escribió en euskera, el idioma que aprendió por su cuenta siendo adolescente y en el que compuso la mayor parte de su obra.
Por ti quisiera
I
Por ti quisiera componer un canto
lleno de aromas de dulzura lleno
que embriagara nuestro amor terreno
con el espíritu del divino llanto
Con él quisiera desgarrar el manto
que cubre el aura del eterno seno
con él quisiera deslizar el cieno
de la locura del delirio santo
Y así librarme del deliquio informe
de amarte siempre con el alma muda
mientras los ojos con livor deforme
presentan siempre constante duda.
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Por ti resuene mi camción conforme
se viste de ángel mi pasión desnuda.
Bilbao. 16/II/1953
Gabriel María. A. S.
No has escuchado
II
No has escuchado la dolencia occisa
del acre acento de mi humilde queja
que el viento intenso sin cesar aleja
con una inhábil celerada prisa
hasta perderla por la mar sumisa
En mi demencia la sutil madeja
de tus desdenes sin piedad semeja
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la incongruencia de loca risa
cuando comprendo que la vida es huera
y no es posible reformar su ambiente.
¿Por qué me ignoras en mi noche austera?
¿Por qué te muestras tan incoherente?
Te has ausentado de mi triste vera
tan sigilosa solapadamente...
Bilbao. 16/II/1953
Gabriel María. A. S.
Los sonetos encontrados en el libro de Religión están en castellano y hablan de amor y desamor. El primero empieza «Por ti quisiera componer un canto lleno de aromas,,,» y en el segundo se pregunta «¿Por qué me ignoras en mi noche austera? ¿Por qué te muestras tan incoherente?». «Muy probablemente» se los dedicó a su primera novia, de la familia Zubiri, explica Jon Kortazar, catedrático de Literatura Vasca en la UPV y biógrafo de Aresti. Es uno de los mayores especialistas en su obra y firma el artículo publicado en 'Sancho el Sabio', que se puede consultar en formato digital.
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El experto conoció la existencia de estos poemas en 2019, cuando trabajaba en la cátedra Koldo Mitxelena de la Universidad de Chicago, pero la cadena de «casualidades» que los ha sacado a la luz viene de atrás. En aquel curso 1952-1953, Aresti tenía 19 años y estudiaba en la Escuela de Comercio de Elcano para conseguir el título de Profesor Mercantil, superior al de Perito que ya había obtenido. Impartían, entre otras asignaturas, Fijación de Aduanas, Contabilidad, Alemán, Formación Política... y Religión. Aquel libro de texto al que tan poco aprecio tenía acabó en manos de su compañero José Ignacio Gaubeka, que vivía en el caserío Loroño de Larrabetzu.
En la casa «había dos bibliotecas» y cuando llegó el momento de venderla las empezaron a vaciar. Por fortuna, antes de que se perdieran todos los fondos llegó María Victoria Gaubeka, familiar de José Ignacio, y recuperó lo que pudo. Al revisar aquellos libros años después, encontró dos poemas escritos a mano el 16 de febrero de 1953 y firmados por Gabriel María A. S. Confirmó que se trataba del autor de 'Harri eta herri' y supo que estaba ante un tesoro.
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Las dos familias
Fue una de las hijas de María Victoria, que se dedica a la docencia, la que durante un curso para completar su formación en el que abordaban la literatura de Aresti desveló que en casa tenía dos poemas de su puño y letra. La profesora le puso en contacto con Jon Kortazar, que a su vez hizo de intermediario entre las dos familias. Los herederos del escritor, que tienen los derechos sobre su obra, autorizaron la publicación de los sonetos siempre que fuera en una publicación académica.
Para Kortazar, estos poemas románticos, «muy sentimentales, pero también innovadores» poseen «valor histórico y valor estético». Con ellos se adelanta año y medio el comienzo de la carrera de Aresti y contienen su semilla. En su madurez no se consideraba un poeta romántico, «sino social. Para mí, poesía es el estado de comunicación pura entre el hombre y su pueblo», declaró en una entrevista concedida a este periódico en 1968, cuando le concedieron el Premio Nacional de Literatura José María de Iparraguirre de poesía en euskera. Recibió al redactor en la oficina en la que trabajaba como contable.
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«La prehistoria de un escritor siempre da de sí» y en estos versos se reconoce al Aresti de 19 años. «Era un escritor muy joven, en formación, y ahí entran sus lecturas, se pueden ver influencias de Shakespeare, Zunzunegui o el barroco», explica el experto. Los poemas «entroncan con un proyecto que tiene más tarde de hacer un libro de sonetos, que no llegó a publicar». Llama la atención el vocabulario, «un castellano muy culto, conocido en la época pero que hoy está obsoleto». Utiliza términos como 'deliquio' (desmayo) y livor (envidia). También en la métrica se sale de lo común, compone sonetos «en formato shakesperiano» en lugar del tradicional. Además de la ironía que despliega en la primera página, ya se aprecia en él «una especie de afición a la ruptura, un espíritu de experimentación» que no dejó de cultivar. «Nos informan del poeta que quería ser», el que modernizó el género en euskera y lo alejó de los temas rurales y religiosos para conectar con un público joven y urbano.
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