Fallece el arquitecto Mendes da Rocha, defensor de los edificios socialmente responsables
Galardonado en 2006 con el premio Pritzker, tenía 92 años y estaba considerado el último gran nombre de la arquitectura brasileña
E. P./ O. B.
Domingo, 23 de mayo 2021, 22:56
El arquitecto brasileño Paulo Mendes da Rocha, premio Pritzker en 2006, falleció ayer a los 92 años en Sao Paulo, donde se encontraba ingresado por un cáncer de pulmón. Considerado el último gran nombre de la arquitectura brasileña, Mendes da Rocha fue un firme defensor de los edificios socialmente responsables y a escala del hombre contemporáneo. Representó como ningún otro a la llamada Escuela Paulista, heredera de la línea más sobria y rigurosamente geométrica de la tradición moderna frente a la vertiente más sensual de Niemeyer y los profesionales de Río de Janeiro.
«La transformación de la naturaleza, una fusión total de ciencia, arte y tecnología para celebrar la dignidad y la inteligencia del hombre». Esta frase resumía su concepción de la arquitectura. Casado y con seis hijos, el arquitecto nació en 1928 en la ciudad brasileña de Vitória, en el estado de Espírito Santo y se formó en la facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Univeridad Mackenzie. En los años 50 comenzó su larga y prolífica carrera profesional, jalonada de numerosos premios, entre ellos el Pritzker, considerado como el 'Nobel' de la arquitectura, que reconoció su «comprensión profunda del espacio y de la escala». También ganó el Premio Mies van der Rohe de Arquitectura Latinoamericana en el año 2000 por la reforma y adaptación del edificio de la Pinacoteca del Estado de São Paulo, una de sus obras más emblemáticas.

«Instrumentos para la ciudad»
Bloques de viviendas, iglesias, estadios deportivos, museos de arte, plazas públicas, locales comerciales... Mendes da Rocha abogaba por la regeneración del contexto urbano y deja un legado de construcciones sobrias y esenciales «porque no son las formas las que dicen las cosas, es en los materiales donde está el campo abierto para la creatividad». No le interesaban los edificios «aislados, autorreferentes; son instrumentos para la ciudad de la misma manera que las piedras lo son para las catedrales», sostenía.
Entre sus trabajos más conocidos se encuentra el Gimnasio del Club Athletico Paulistano -su primera obra-, el Museo Brasileiro de Escultura o el Pabellón Oficial de Brasil de la Expo de 1970, en Osaka. También destaca el centro cultural de la Federación de Industrias de Sao Paulo (FIESP) o la emblemática tienda de muebles Forma en Sao Paulo, considerada como un icono de su especial relación con la arquitectura.
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