Un experto en Derecho Marítimo que amaba el arte

Nació en Bilbao el 12 de mayo de 1934, y falleció en Madrid el pasado 9 de abril a los 85 años.

Estudió bachillerato en el colegio de los jesuitas de Indautxu de Bilbao, teniendo grandes simpatías entre sus compañeros escolares. Vivaz, activo, destacaba por su cabello rubio rizado y sus expresivos ojos azules. Jugaba de extremo derecha del equipo del fútbol de su curso, con gran habilidad.

Posteriormente cursó estudios en la Universidad de Deusto, licenciándose en Derecho en la Universidad de Valladolid. Completó su formación en Derecho Marítimo en Londres en 1959, especialidad en la que destacó. Fundó en Bilbao en 1961 el primer despacho de su especialidad en España, alcanzando enseguida una dimensión importante abriendo oficinas, además, en Cádiz y Madrid.

Como caso destacable, por ser más mediático, fue el del avión Harrier de la británica Royal Navy a la vuelta de la Guerra de las Malvinas en 1983, que por problemas técnicos sobrevenidos en vuelo y viendo que no podía alcanzar al portaaviones del que dependía el HMS Illustrious, avistó un barco carguero español, 'Alraigo', en ruta entre Bilbao y Chile, posándose verticalmente sobre los contenedores que llevaba en la cubierta, para gran sorpresa de su capitán y tripulación. Dicho incidente tuvo importantes pleitos legales en Inglaterra, siendo Fernando Meana el defensor del armador español, que logró que dicho hecho se considerara «rescate en altamar». Tras continuos litigios, el Gobierno británico indemnizó al armador y a los tripulantes de 'Alraigo'. La importante indemnización fue proporcional al entonces valor del avión.

Por otro lado, Fernando Meana y su mujer Mariví Larrucea, se convirtieron en importantes coleccionistas de arte contemporáneo, recibiendo en el año 2007 el premio ARCO al Coleccionismo. Cedió altruistamente parte de su extensa colección de obras de arte, en distintas ocasiones a diferentes museos.

Entre sus muchos amigos del mundo del arte, están su compañero de colegio el escultor Vicente Larrea Gayarre de Getxo, y el artista multidisciplinar de Mallorca Amador Magraner, en cuyo estudio en la población de Pollensa recalaba con frecuencia muchos veranos.

Con su mujer Mariví Larrucea, tuvo dos hijas, Estefanía y Verónica, y dos nietas, las cuales han heredado su amor al coleccionismo del arte contemporáneo; le han ayudado a gestionar desde hace años su importante patrimonio artístico familiar.

Deja un grato recuerdo entre sus numerosas amistades.

Desde que compartimos pupitre en el colegio de los Jesuitas en Bilbao he mantenido esa amistad hasta la actualidad. Le recordaremos y echaremos de menos.