Euskadi celebra hoy los Max con casi el doble de candidaturas que otros años
Siete artistas y compañías han llegado a la final, con más opcionespara las intérpretesde danza y los espectáculos de calle
Lo de que llegar hasta aquí ya es un premio no es un tópico en el caso de los Max, una carrera de fondo que ... empezó con 439 espectáculos inscritos de los que 38 han sido seleccionados. Siete de ellos tienen sello vasco, frente a los cuatro que pasaron la criba en las dos últimas ediciones. Euskadi compite en cinco de las veinte categorías a concurso porque en dos de ellas -mejor intérprete femenina de danza y teatro de calle- aporta dos de tres finalistas; una buena posición en una gala en la que interpreta el papel de anfitriona. La cita es a las 20.00 horas en el Arriaga (se retransmite en La 2), con alfombra roja en la plaza a partir de las seis.
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Intérprete de danza Iratxe Ansa y Lucía Lacarra
Creaciones muy personales y trayectoria internacional
Con perfiles muy distintos, las dos artistas que optan a mejor intérprete femenina de danza (se medirán con Melania Olcina) tienen sólidas trayectorias internacionales, y ambas han ganado el Premio Nacional de Danza. Iratxe Ansa lo recibió en octubre y el Max sería «la guinda a un gran año» y a su bienvenida «a la comunidad de danza de España. A los 14 me fui de Renteria a Alemania y mi carrera ha sido sobre todo internacional hasta 2019, cuando creamos Metamorphosis Dance», recuerda. Durante el confinamiento, les pidieron una pieza en formato grande y con pocos bailarines para el festival Madrid en Danza. En 'Al desnudo', ella e Igor Bacovich muestran su método para vivir la danza, «quiénes somos y cómo trabajamos, de una manera escénica», con música de Philip Glass y el tecno de Johan Wieslander. Acaban de llevar este espectáculo a la Bienal de Venecia. «No es fácil que tenga sentido y llegue al público, pero cuando ocurre es un placer inmenso».
Lucía Lacarra, que ganó el Premio Nacional en 2005, opta a su primer Max por 'Fordlandia', la pieza que ha creado junto a Matthew Golding. Vive «un gran momento de independencia después de 31 años en compañías, aunque te regalen roles maravillosos. Cambia mucho ir a un escenario cuando la pieza que vas a bailar la has creado tú. Es como dar a luz», dice. La idea surgió en pleno confinamiento, cuando se vaciaron las calles como el poblado fantasma en el que se convirtió la utopía de Henry Ford. La desarrollaron con horas de teléfono entre Zumaia y Amsterdam. Combinando la danza y proyecciones cinematográficas, con música de Chopin, Sviridov, Pärt y Johannsson, «queríamos transmitir lo que sentíamos en ese momento: ganas de soñar y de volver a bailar». Disfrutaron tanto del proceso que su segunda creación, 'In the still of the night', se presentará en el Arriaga en noviembre como estreno nacional.
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Espectáculo de calle Deabru Beltzak y Markeliñe
Las señas de identidadde dos veteranos
Óscar Castaño, 'Garbitxu', siempre vive con intensidad los días previos a los Max como responsable de la SGAE en Euskadi, pero por primera vez es finalista con Deabru Beltzak. La compañía cumple 25 años y espera redondear la celebración con un premio que «abre puertas y te da muchas alas». En 'Symfeuny' mantienen sus señas de identidad -fuego, tambores y provocación- pero el proceso lo han hecho «al revés»: empezaron con la pirotecnia y a partir de ahí crearon «una sinfónica de fuego y percusión» con once intérpretes. «Es nuestra gran apuesta. Nunca habíamos hecho algo tan grande nosotros solos», destaca. En 2020 se les cayó una gira «con 77 funciones», pero ya piensan en el gran festival de Montreal.
También Markeliñe tiene un recorrido internacional que esperan recuperar tras la pandemia. La compañía de Amorebieta ganó un Max con 'La vuelta al mundo en 80 cajas' y es habitual en el palmarés de los Feten, la referencia en teatro infantil. «Con este recorrido tan largo, de 35 años, nos hizo especial ilusión ganar un premio a la originalidad», cuenta Joserra Martínez, socio fundador. Lo lograron con un montaje «en el que el Quijote era una mujer y Sancho, su cuidadora». Los temas cambian pero mantienen su estilo «un poco espartano, la limpieza de la interpretación. Reivindicamos el teatro, que está perdiendo terreno en las artes de calle frente a la danza y el circo. Y nos ha costado aprender que ritmo no es hacer las cosas mas rápido, sino hacerlas en su tempo». 'Psike' es «un espectáculo gamberro» para público adulto joven. Una persona empieza a indagar en su mente y se encuentra «con sus propios payasos que le toman el pelo, sus miedos ancestrales...». Ambas propuestas compiten con 'Glubs', de Nacho Villar e Yllana.
OTRAS CATEGORÍAS
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Mejor espectáculo teatral. 'El bar que se tragó a todos los españoles', 'Prostitución', 'Nise, la tragedia de Inés Castro'.
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Mejor espectáculo de danza. 'Around the world', 'La Mort i la Donzella', 'Leira'.
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Mejor actriz. Carolina Yuste ('Prostitución'), Fernanda Orazi ( 'Los días felices'), Mireia Aixalà ( 'Les tres germanes').
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Mejor actor. Daniel Grao ( 'La máquina de Turing'), Francesco Carril ( 'El bar que se tragó a todos los españoles'), Joan Carreras ( 'Història d'un senglar o alguna cosa de Ricard').
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Autoría revelación María Goiricelaya
Un juego que refleja la convivencia tras el terrorismo
María Goiricelaya llega a la final de los Max en un momento de plenitud, tras la buena acogida de 'Yerma' y a punto de estrenar 'Altsasu'. La obra finalista, 'El patio de mi casa', es su segunda pieza larga después de 'Lyceum Club', que también fue seleccionada en los Max aunque no pasó a la última fase. Su trabajo llama la atención «pero en autoría revelación, hay que ubicarse», recalca. «Todavía no estoy en posición de competir con otros autores, ojalá algún día dé el salto».
La autora sitúa a siete personajes de diferentes ideologías en el patio de un colegio. No se conocen de nada, pero se ponen a jugar. Así empieza esta obra que aborda la convivencia en Euskadi después del terrorismo. Quiere contribuir a cerrar heridas «mirando al otro a los ojos» e intentando reflejar «todos los sentires. Hice un ejercicio de desapego porque hay cosas que dicen los personajes con las que yo no estoy de acuerdo. Al público le pasa lo mismo, pero tiene que ser así», explica. No se ha visto fuera de Euskadi, así que si gana puede tener un recorrido más amplio. «Sería revelador y ayudaría a eliminar clichés».
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Musical Demode Produkzioak
Comedia euskaldun con ambiciosa banda sonora
La novela de Joxean Sagastizabal 'Kutsidazu bidea, Ixabel' se publicó en 1994 y sigue cautivando con las peripecias de un joven urbanita que se retira a un baserri para aprender euskera. Ya se había llevado al cine y al teatro y ahora se ha convertido en musical. El acierto de Demode Produzkioak ha sido hacerlo por un camino inesperado. «Podría parecer que íbamos a utilizar euskal kantak, txistus y tamboriles, pero nada que ver», explica el director, Patxi Barco.
Como son «furibundos consumidores de musicales», han recreado varios estilos, a la medida de cada personaje. De las baladas y el «rock del aitona» al «final épico», sacan chispas a situaciones surrealistas, con vacas que bailan y manzanas que cantan 'a kupela'. La compañía guipuzcoana, que empezó en 2009 como Demode Quartet y ha ampliado su campo de actividad, ha puesto en pie un espectáculo con ocho intérpretes «en las peores condiciones», incluidos confinamientos por coronavirus. «Nos hemos sentido un poco kamikazes, pero podemos jugar en primera división con un musical en euskera».
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Infantil y familiar Teatro Paraíso
Títeres contemporáneos que nos hablan de los celos
Con 40 años de trayectoria, la compañía alavesa Teatro Paraíso compagina la creación con una intensa labor pedagógica y de formación de públicos. «Hemos desarrollado un vínculo muy fuerte con la comunidad escolar», afirma la coordinadora, Pilar López. Conocen bien a sus espectadores y en 'UniKo' -su segundo espectáculo con el actor y director Iñaki Rikarte- les plantean un tema «un poco irreverente»: los celos.
«Siempre hablamos de las emociones en un sentido 'happy guay', parece que hay que estar contento, feliz... los celos son una especie de autodefensa, y es importante ser consciente de lo que se siente y gestionarlo». El humor les ayuda a abordar temas complejos «desde otra perspectiva», combinando los títeres con el teatro más realista. Maite Bayón ha ganado un premio de interpretación por su trabajo de manipulación de marionetas y caracterización vocal de Paul, el protagonista, que se siente destronado tras el nacimiento de su hermana. «Muchas familias se ven reflejadas en la función y eso les permite iniciar una conversación de manera distendida».
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