«En Estados Unidos las empresas compiten por patrocinar la ópera»

- Bilbao es elegida año tras año como la tercera ciudad de España por su oferta cultural, pero vecinos y analistas coinciden en que se está amuermando.

- Yo también lo he oído, hace poco en una charla surgió ese debate y el ponente contestó: con el dinamismo que tiene la ciudad, ¿no será que tú eres aburrido? Creo que hay suficiente oferta como para que cada uno encuentre algo que le guste.

- Ahora cuesta elegir, pero el verano, desde el Bilbao BBK Live hasta Aste Nagusia, es un desierto.

- Sí, y lo hemos intentado paliar. Según una estadística, en Bilbao hay más de diez actos culturales al día, son 3.700, y la programación se ha descentralizado para llegar a los barrios. No se reparte igual en todos los meses, pero el área metropolitana es amplia y el Festival de Jazz de Getxo está a 20 minutos en metro.

- Usted debutó en la presentación del Kakealdia y le vimos hacer malabares. ¿Tiene talentos ocultos?

- (Ríe). Uno muy visible es mi modestia, así que...

- La política también exige hacer equilibrios. ¿Lo ha puesto en práctica en su primer presupuesto?

- Hay que sostener lo que tenemos, que es mucho, y ser equitativo. Creo que hay que profundizar en las artes escénicas, potenciar lo que ya existe. La Fundición es un referente, Pabellón 6 en Zorrozaurre...

- ¿Usted es más de eventos o de cuidar el día a día?

- Cualquier ciudad necesita de vez en cuando un revulsivo, pero no tiene que ser en materia cultural. Está la Vuelta, el Tour... Pero si pensamos que Bilbao tiene que ser un referente en artes escénicas, vendría muy bien una actuación que se salga de lo habitual, de mayor formato. Veo talento y capacidad.

- ¿Han renunciado a la ampliación de BilbaoArte?

- No. Lo vemos como una necesidad, pero no perentoria. Descartada La Cantera, estamos buscando locales para hacer la obra en 2021.

- Azkuna Zentroa, o si lo prefiereLa Alhóndiga, ha cambiado bastante en los últimos meses. ¿Le gusta más ahora que antes?

- Lo llamemos como lo llamemos - y a mí me gusta el acrónimo AZ porque es muy evocador, desde la primera letra hasta la última- lo importante es tener claro lo que queremos que sea: un centro referente en lenguajes de vanguardia y expresiones de arte contemporáneo.

- Para el Ayuntamiento es un compromiso económico importante. ¿Coincide con su director en que la Diputación y el Gobierno vasco deberían implicarse?

- Tiene potencia como captador de ingresos, una zona hostelera importante, los cines... y las ventas en la tienda han subido un montón.

- ¡Por fin! Costó encontrar el modelo.

- Se ha encontrado el nicho. La Diputación se ha implicado mucho en la tienda porque el diseño es una de las líneas que fomenta. Aunque, al igual que el Gobierno, tiene que mantener el equilibrio territorial.

- ¿La ampliación del Museo Vasco nos va a sorprender?

- Creo que sí porque el actual se ha quedado en una etapa casi preindustrial, falta recoger la historia del siglo XX y el XXI. A finales de año o principios de 2020 convocaremos un concurso de ideas para el espacio actual y el antiguo edificio de Zara.

- ¿Zorrozaurre es un buen lugar para un museo o ya hay suficientes en Bilbao?

- Un museo es algo muy serio, con unos requisitos exigentes. Otra cosas es la labor que hay que hacer, y que están liderando el Gobierno vasco y la Diputación, para tener el patrimonio industrial en buenas condiciones y que sea visitable.

- Duele ver el abandono de Molinos Vascos.

- Es una de las apuestas, están pensando cómo se puede acometer.

- ¿Tendremos un paseo del arte?

- Creo que sí, en ambos márgenes de la ría. La que llega al Guggenheim es una exposición de escultura al aire libre y la margen derecha queremos dotarla poco a poco, empezando por la de Oteiza. Con la ampliación del Bellas Artes y la operación de la Plaza de Euskadi se ganarán zonas para la escultura.

- La ABAO ha iniciado la temporada con brillantez, pero tiene serios problemas económicos. ¿Quién debe arrimar el hombro?

- El Ayuntamiento pasó de 80.000 euros a 250.000, o sea que la apuesta es clara. Ninguna institución ha tenido un crecimiento como el nuestro. La temporada de ópera en Bilbao es referencia y tiene que haber una apuesta pública, porque a la ciudad le da un prestigio importante. En general en Europa y en concreto en España y en Euskadi estamos muy poco acostumbrados al patrocinio de las grandes empresas privadas. ABAO es uno de los pocos casos que lo tiene, pero probablemente tiene capacidad de crecimiento. Yo no me imagino este modelo de financiación en Estados Unidos, donde las industras de diverso tipo y condición tienen claro que es bueno para su imagen y ponen mucho dinero por estar presentes. Incluso algunos se quedan fuera porque otros hacen una apuesta fuerte y vetan a sus competidores. Es algo que aquí no vemos por nuestra cultura habitual de subvención pública.

- ¿Entonces son las empresas las que tienen que poner más dinero?

- Las empresas tienen que tener incentivos fiscales para estar presentes en el programa cultural y debemos trabajar en esos retornos que no son de tipo económico sino de imagen, de compromiso social. Las empresas deben ser conscientes de que, si se les asocia con un producto cultural de calidad, su producto se va a ver beneficiado.