El caso de la escritora desaparecida
La fuga estrambótica que protagonizó Agatha Christie en 1926 sigue dando pábulo a teorías psicológicas y a libros de investigación
El 5 de agosto de 1926 el ánimo de Agatha Christie se vino abajo y no hubo ningún misterio alrededor del suceso. Ese día, su ... marido volvió de Londres, donde trabajaba, a la casa familiar de Torquay. Ella le encontró pesaroso y le preguntó si sufría algún problema en el trabajo. Él, a bocajarro, le contestó que se había enamorado de otra mujer y que quería el divorcio. El 'shock', al parecer, le provocó una crisis personal devastadora, según José Luis Hernández Garvi, autor de un libro ( 'La desaparición de Agatha Christie') que reúne episodios insólitos de diversos escritores famosos y que aborda este episodio.
La autora se había enamorado rápidamente de aquel joven oficial y, tras un periodo bélico de escasos permisos, emprendieron una vida conyugal en Londres difícil para ambos. El oficial no encontraba un trabajo adecuado a sus ambiciones y su mujer se encontraba sola en una ciudad que le resultaba desconocida.
El sábado 4 de diciembre Agatha Christie hizo mutis. Se fue sin dar una explicación a su servicio doméstico y, dos días después, apareció abandonado su automóvil en un área rural. Entonces, ya era una 'celebrity' y la desaparición atrajo la atención de los medios y la participación de 15.000 voluntarios que participaron en el operativo de rastreo.
La sombra del suicidio y el rechazo al marido infiel poblaron las portadas de la prensa amarilla. Pero el caso experimentó un brusco giro argumental cuando dos músicos de la banda de un hotel informaron de la presencia de cierta huésped en el Hydropatic de Harrrogate, un lujoso establecimiento, que les recordaba a la desaparecida. Madge, la hermana de la escritora, se reunió con ella en una escena que indignó a la opinión pública, incapaz de comprender la actitud de la autora, que se había registrado con el nombre de Teresa y el apellido Neele, que correspondía al de la amante de su marido.
La fuga psicogénica, trastorno que origina amnesia total y puede provocar la pérdida de identidad, ha sido aducida para explicar este episodio. La película 'Agatha', rodada por el recientemente fallecido Michael Apted, recreó esta extraña historia en 1979 con Vanessa Redgrave en el rol de la autora perturbada. La víctima superó el problema. En 1930, la escritora se casó con el arqueólogo Max Mallowan y pretendió que, a partir de ese momento, Agatha Mallowan fuera la titular de sus siguientes obras. Pero ya nada ni nadie podía reemplazar a la famosa y y universal Agatha Christie.
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