¿Precios abusivos?
Método incipiente en Europa ·
En el sistema de tarifas dinámicas, cuando haya más demanda que oferta de entradas, habría que fijar un techo de subida para evitar abusosA pocos meses de comenzar la temporada de grandes conciertos y festivales vuelve el debate sobre los llamados precios dinámicos, el sistema que ajusta el ... precio de las entradas según la demanda. Es algo aceptado en el caso de las tarifas de los hoteles y de los billetes de avión, pero no del todo entendido cuando se trata de pagar por ver a Oasis o Taylor Swift. El método es usual en los conciertos estadounidenses, pero solo incipiente en algunos países europeos, donde encima ha generado protestas o incluso una respuesta política y gubernamental, como en el caso de Inglaterra tras los desmanes en los precios de las entradas para los conciertos de la gira de Oasis.
Que el precio de una entrada sea primero de 40 euros y que por su gran demanda en internet acabe subiendo hasta los 400 euros puede ser explicable por el juego de la oferta y la demanda, aunque es también un escándalo si esta tarificación dinámica se emplea para manipular los precios e incrementar desaforadamente los ingresos de los organizadores. Eso sí, técnicamente el sistema puede servir para optimizar el aforo de los recintos musicales, flexibilizando los precios de las distintas zonas o asientos, creando valor para mejorar la llamada experiencia del espectador o incluso cubriendo parcialmente al organizador frente a los riesgos de una demanda débil y dispersa o frente al aumento de los costes y gastos.
Además, estos precios dinámicos eliminan o ponen muy difícil el negocio de la reventa, ya que proceden de un canal oficial, garantizan por ello la autenticidad de las entradas y el margen no suele ser superior al de la reventa. ¿Acabará entrando en España este sistema de precios dinámicos? Pues quizás, porque la normativa española al respecto no lo impide si el proceso de venta es transparente y si se ofrece con suficiente información y se respeta la legislación sobre comercio electrónico. Pero en ese caso habría que prevenir los abusos, cuando haya más demanda que oferta de entradas, fijando un techo para la subida de los precios y reforzando la información y la transparencia.
Cine
Taquillazo seguro
Harrison Ford como un presidente impredecible que al final se transforma en un Hulk anaranjado, un científico loco que cae en el lado oscuro manipulando cerebros y por supuesto la representación de una América de cómic sujeta a terribles amenazas exteriores. En efecto, la percepción del espectador en el cine suele adaptarse activamente a ciertas expectativas programadas en la cultura visual, con lo cual es imposible que algunos no vinculen la cuarta entrega del superhéroe de Marvel, 'Capitán América»: Un mundo feliz', con la actualidad de un presidente ambivalente y belicoso (Trump) que es manipulado por un genio excéntrico y de cerebro desbordante (Musk). Pura percepción fantasiosa, sí, porque la película se concluyó antes de la elección presidencial. Pero encima se estrena en América coincidiendo con la vacación patriótica del Día de los presidentes, por lo que el taquillazo está garantizado.
Jazz
Blue note: otro año más
Nada es menos monolítico que el jazz, ese manifiesto de libertad a veces vivo y enérgico, otras suave, lento y hasta doloroso. Una música que evoluciona y permanece, cuya arqueología está en las mejores grabaciones de Blue Note, el sello que cumple 86 años, un fondo que cartografía el Hot jazz, el Boogie Woogie y el Swing, el Bebop, el Hard Bop, el Soul Jazz, la vanguardia y la fusión. La celebración de Blue Note tiene dos hitos. Uno, la edición tradicional de la efeméride, el BN86, con grabaciones de la entonces 'Nueva generación del Jazz', incluidos Petrucciani, Stanley Jordan, Bill Evans y Bobby McFerrin. La otra, una compilación que ha dedicado a su legado 'The New York Times', en la que se pide a catorce escritores y artistas que seleccionen un tema. Entre ellos, el 'Striver's Row' grabado por Sonny Rollings en el Village Vanguard y el 'Moon River' de Art Blakey & The Jazz Messengers. La selección está en Spotify y Blue Note ya ha cumplido un año más.
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