La aventura vital de Rosa Regàs
Ha sido como un personaje de su propia literatura: intensa, irredenta, feminista por naturaleza y militante en lo cívico y en lo social
La Regàs ha sido como un personaje de su propia literatura: intensa, autónoma, irredenta, progresista, cosmopolita, feminista por naturaleza y sin aspavientos artificiales, militante en ... lo cívico y en lo social y escritora accidental o tardía, pero también protagonista necesaria y fundamental a la hora de explicar la historia del negocio editorial y de la propia contemporaneidad de las letras españolas.
Por supuesto, la Regàs nos deja la aventura de su vida en novelas multipremiadas, en reflejos autobiográficos convertidos en ficción, en memorias y experiencias humanas trasladadas a una prosa firme, clara y repleta de ironía y audacia intelectual. Una mujer que rompe con su vida, una relación desigual por la edad que deviene en amor complejo, el pasado y la memoria bajo un abuelo autoritario, los recuerdos de sus viajes, los encuentros y las desavenencias que van conformando los hitos de una existencia, la experiencia adulta de la familia al envejecer, al trasladar el pasado al futuro de sus nietos... Pues sí, el mundo literario de la Regàs es deudor de su propio polifacetismo existencial, de su permanente reinvención como persona o, como en la cita de Sándor Márai con la que comenzaba una de sus mejores novelas, 'La canción de Dorotea', de su deseo de ser diferente de lo que era.
Quizás como editora, escritora, traductora -ejerció en delegaciones de Naciones Unidas como las de Ginebra, Nueva York, Nairobi, Washington o París- o poeta habría que vincularla a la generación de los 50, pero su vida luminosa e intensa ha hecho distante y superior al personaje en relación con su obra, ya sea como musa de la 'gauche divine', como nudista sin rubor, como escritora accidental, como librepensadora en el tardofranquismo o en la democracia, como rebelde e imposible gestora cultural -dimitió como directora de la Biblioteca Nacional después de tres años en el cargo- o sobre todo como dueña absoluta y sin condicionantes de su propia aventura humana.
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