La danza, la lírica y el teatro infantil representan hoy a Euskadi en los Max
Los espectáculos de Klemark e Yllana, Kukai, Ertza y Gorakada optan a seis premios en la gala que distingue lo mejor de las artes escénicas
«El teatro siempre ha sido un espejo de la sociedad, de lo que nos gusta y lo que nos duele, también de las ... individualidades y su complejidad». Así lo define la autora y guionista Ana Graciani, que hoy vivirá su primera gala de los Max como presidenta de la Fundación SGAE. En el Teatro Calderón de Valladolid se reflejará el mejor perfil de las artes escénicas con 35 producciones -cuatro de ellas con sello vasco- que optan a los galardones de referencia en el sector. Aunque su protagonismo es inferior al del año pasado, cuando coparon las tres candidaturas en la categoría de mejor espectáculo teatral, los artistas vascos demuestran su fortaleza en danza, lírica y teatro infantil y familiar.
Estar esta noche en Valladolid, donde Concha Velasco recibirá el Max de honor, ya es un premio. El final de una larga carrera que empezó con 358 espectáculos inscritos, y en la que los jurados «se dan palizas viendo montajes de pequeño y mediano formato en cualquier parte de la geografía» para que el palmarés sea un reflejo del talento que brilla «más allá de Madrid y Barcelona». Kukai Dantza conoce bien todo el proceso con tres montajes premiados, 'Oskara', 'Gelajauziak' y 'Hnuy illa'.
Ahora compite con 'Erritu', su primera colaboración con el coreógrafo israelí Sharon Fridman. «Jon Maya me propuso hacer un montaje sobre el concepto de ritual», recuerda. «No es fácil que dos lenguajes artísticos se mezclen», pero el resultado ha logrado dos nominaciones: al propio Fridman, que ya fue premiado por 'Caída libre', y a Eneko Gil como mejor intérprete en su primera candidatura en solitario. La seña de identidad del coreógrafo es el contacto «con el territorio que estás pisando, entre bailarines...». Busca transmitir «el esfuerzo que supone la conexión con nuestras raíces» a través de la repetición. Que el público «escuche la respiración de los bailarines» y la tensión «llegue al cuerpo del espectador». Para los seis intérpretes ha sido un proceso «duro y enriquecedor». Toda la pieza es un bucle que «lleva la repetición al extremo y va subiendo en intensidad, con sufrimiento y emoción», describe Gil.
Ertza, que el año pasado ganó el Max a mejor espetáculo de calle con 'Meeting Point', ha llegado a la final con 'La teta de Janet'. Un montaje que busca hacernos reflexionar «sobre lo que la sociedad considera normal», explica el director, Asier Zabaleta. «La normalidad nos la marcan las estadísticas, intereses comerciales... factores que no dependen de nosotros», así que los cuatro bailarines «ponen en duda esos límites». Decidió encargar la composición musical a Hanna Borja por la «conexión brutal» que logró con la compañía improvisando en un maratón de danza urbana. Su música «desenfadada y muy gamberra» puede llevarse un premio.
'The Opera Locos', de la productora Klemark - con sede en Leioa y que gestiona el Teatro Campos- e Yllana, aspira a convertirse en el mejor espectáculo musical o lírico, y también opta a premio Tatiana de Sarabia por el vestuario. Muestra las pasiones y egos de una troupe «decadente» que canta una cuidada selección del repertorio operístico. Surgió «con el mismo espíritu de 'Pagagnini', que hace doce años trató de acercar la música clásica a otros públicos a través de la comedia gestual y con Ara Malikian», cuenta David Ottone, fundador de Yllana y codirector del espectáculo junto a Joe O'Curneen. La combinación de rigor musical y locura escénica ha triunfado en París, donde tras su estreno en Navidad volverá durante todo un mes, y se prepara la versión mexicana.
Gorakada ha sido varios años candidato y finalista en la categoría de espectáculo infantil, juvenil o familiar. Quizá sea el momento de que la veterana compañía de Abadiño, que empezó haciendo teatro amateur en Durango, consiga el Max. 'El viaje de Ulises' narra la epopeya «como un viaje por la vida con dificultades que superar, en el que recurre más a la astucia que a la fuerza», dice Alex Díaz. El premio Feten ya ha reconocido este montaje con actores, música y objetos que cobran vida en el escenario. «Nos gusta actualizar los clásicos y el cíclope es una torre eléctrica de cuatro metros de altura».
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