Un viaje en familia a la Edad Media por Bizkaia

La clave de todo está en el puesto de la pitonisa (Petra Martínez) en los bajos de Ayuntamiento. A ella se dirige la pequeña Rita (Amaia Miranda) para pedirle un deseo: que sus padres y sus hermanos dejen de mirar el móvil y le hagan caso. La madre soñaba con ser científica y ha acabado de estresada ejecutiva de una empresa farmacéutica; el padre es un consultor en paro reciclado en youtuber criptobro.

Su deseo se hará realidad, pero no como había imaginado. La familia abandona el mercadillo, se sumerge en la niebla y aparece en la Edad Media, donde, efectivamente, no hay cobertura. Y es que estamos ante una historia de viajes en el tiempo, solo que con Ernesto Sevilla enfrentado a caballeros con armadura y reyezuelos feudales con el rostro de Joaquín Reyes. La directora Mar Olid, que el 5 de diciembre estrena su primer largo, 'Al otro barrio', apunta dos películas que han servido de referencia: 'La princesa prometida' y 'Los visitantes'.

«Nos hemos encontrado con gente muy amable en unas localizaciones espectaculares, de cuento: el castillo en la Torre Loizaga en Galdames; las mazmorras y la aldea medieval en la Ferrería del Pobal; el pueblecito donde vive la abuelita de nuestra historia, que es Otxandio; la casa de la familia en Mungia; el bosque mágico de Otzarreta (Zeanuri)...», enumera. «Es una comedia fantástica y medieval, porque el presente solo ocupa el 25% del metraje», apunta la veterana realizadora, curtida en series como 'Un paso adelante', 'Los Serrano', 'Águila Roja' y 'Aída'.

La moraleja de 'Sin cobertura' está clara: debemos desengancharnos de las pantallas. «Mejor comunicarse por la palabra y la mirada que por un whatsapp», concreta Mar Olid, que también añade un componente feminista en el personaje de la madre.

«Julia vive estresada, siente la necesidad de resultar hiperproductiva, que es algo que nos sucede a casi todos hoy en día», describe Alexandra Jiménez, convertida en la reina de la comedia española desde que se hiciera popular con el personaje de África en 'Los Serrano', hace ya veinte años. «La familia se ve obligada a parar y entonces reconecta con lo verdaderamente importante», añade la actriz, madre de una niña pequeña. «Debemos aparcar la tecnología y volver a comunicarnos y a escucharnos. Estamos abducidos por las pantallas y cada vez escuchamos menos al otro».

Por su parte, el ocupadísimo Ernesto Sevilla afirma sentirse a gusto en la comedia familiar. «Tiene muchas ventajas respecto a la comedia gamberra. El humor blanco hace que no te cuestiones ciertas cosas; en el humor canalla, con chistes al límite, te preocupas más. Además, me siento muy cómodo en el personaje de padre, porque en el de juerguista empiezo ya a no dar el papel», reflexiona el actor, al que también le preocupan las pantallas: «Los chavales tienen que aburrirse, porque solo así serán creativos».

El exChanante reconoce que no se esperaba una carrera de actor con tanta continuidad: «Estoy aquí de carambola, es una sorpresa». Tras rodar 'Cuerpo escombro' y 'Sin cobertura' puede presumir de conocer bien Bilbao y su noche. «Me encanta comer en el Casco Viejo y lo limpio que está todo», apunta Sevilla, que no se plantea un salto al drama como el de su amigo Julián López en 'Los destellos'. «Yo no lo busco, pero si hay algún director tan loco... No tengo la vocación tan de actor de Julián».