El emotivo discurso de Demi Moore: «Un productor me dijo que era una actriz de palomitas»

La ovación al salir premiada es la muestra del reconocimiento de sus compañeros, probablemente no solo por su impecable actuación, sino por el tiempo que se ha hecho esperar. Andrew Garfield y Kerry Washington, encargados de entregar el galardón, no ocultaron su entusiasmo al pronunciar su nombre. Moore, visiblemente emocionada, subió al escenario para recoger la estatuilla y ofrecer un discurso que tocó la fibra más sensible del público presente. 

«Estoy en shock ahora mismo», comenzó diciendo, con lágrimas contenidas y la voz temblorosa. «Llevo haciendo esto 45 años y es la primera vez que gano un premio. Es un momento que he soñado durante mucho tiempo». Su discurso fue un viaje personal que recordó los altibajos de su trayectoria en Hollywood. «Hace treinta años un productor me dijo que era una actriz de palomitas», rememoró. «En aquel momento lo interpreté como que esto no era algo que tuviera derecho a ganar. Me dijeron que hacía películas que ganaban mucho dinero y eran populares, pero que jamás serían reconocidas. Me lo creí y lo interioricé». 

Sin embargo, el destino le tenía preparada otra historia. Moore explicó que había llegado a un punto en su carrera en el que pensaba que ya lo había hecho todo y que su tiempo en la cima había quedado atrás. «Hace un par de años sentí que ya estaba todo dicho, que ya había logrado lo que se suponía que debía lograr. Y entonces, de repente, aparece en mi escritorio este guion absolutamente descabellado llamado 'La sustancia'. Fue como si el universo me dijera: 'No, aún no has terminado. Todavía tienes algo que dar'».

En la cinta, Moore interpreta a Elizabeth Sparkle, una exestrella de Hollywood que enfrenta el ocaso de su carrera. El personaje, atrapado en una industria que glorifica la juventud, recibe una última oportunidad de redimirse gracias a un extraño experimento. La película, que combina elementos de comedia negra y drama existencial, fue el vehículo perfecto para que la intérprete explorara las complejidades emocionales de una mujer que lucha por recuperar su identidad y lugar en el mundo.

En su intervención también agradeció a Coralie Fargeat, la directora del filme, por confiar en ella y darle la oportunidad de brillar en un papel tan desafiante. «Muchas gracias a Coralie y a toda la gente que creyó en mí cuando yo no creía en mí misma», expresó. Dedicó unas sentidas palabras a su compañera de reparto, Margaret Qualley, a quien llamó «su otra mitad» en esta experiencia transformadora. 

El momento más emotivo llegó cuando reflexionó sobre las inseguridades que ha enfrentado a lo largo de su carrera. «En esos momentos en los que sentimos que no somos lo suficientemente astutas, bellas, delgadas o exitosas, recuerdo que una mujer me dijo que jamás sería suficiente. Pero con el tiempo entendí que podía medir el valor de mi trabajo si me liberaba de esa vara que lo mide todo», afirmó con convicción.

Este premio no solo marca un punto de inflexión en la carrera de Moore, sino también una reivindicación personal y profesional. A pesar de haber protagonizado grandes éxitos como 'Ghost' o 'Una proposición indecente', la actriz había sido ignorada en las grandes ceremonias. Sus dos nominaciones previas al Globo de Oro, en 1991 y 1997, no se tradujeron en victorias. «Este premio es un marcador de la plenitud del amor que me mueve, el regalo que supone hacer algo que adoro y un recuerdo del lugar al que pertenezco», concluyó Demi Moore antes de abandonar el escenario, visiblemente emocionada.