Crítica de 'Tres veranos' (2019): Lucha de clases
Críticas de cine ·
No es habitual el estreno de películas brasileñas, una cinematografía olvidada desde que el llamado Cinema Novo Brasileiro triunfó en medio mundo con títulos del calibre de 'Vidas secas' (Nelson Pereira dos Santos, 1963), 'Dios y diablo en la tierra del sol' (Glauber Rocha, 1964), 'Los fusiles' (Ruy Guerra, 1964), o 'Bye Bye Brasil' (Carlos Diegues, 1980). Por eso sorprende ahora una película como 'Tres veranos', centrada en la lucha de clases en el seno de una familia adinerada, enfrentada de alguna manera a los miembros del servicio en su lujosa mansión. Lo que da pie a una radiografía del Brasil actual, filmada con un malévolo sentido del humor.
Realzado por la convincente interpretación que de la veterana gobernanta de la casa lleva a cabo Regina Casé, el filme incide además en las desigualdades sociales, al tiempo que pasa revista a los problemas de la educación, planteada desde la perspectiva de un viejo maestro que, a la sombra de los jacarandás, reflexiona con cierta amargura. Por su parte, la realizadora carioca Sandra Kogut llega a la conclusión de que educar es formar personas aptas para gobernarse a sí mismas y no para ser gobernadas por otros. 'Tres veranos' se convierte así en un título recomendable, que también es un instrumento para suplir los huecos deficitarios de la vida.
Tres veranos
-
Brasil. 2019. 94 m. (7). Drama.
-
Directora: Sandra Kogut.
-
Intérpretes: Regina Casé, Jéssica Ellen, Gisele Fróes.