Crítica de 'El radioaficionado' (2021): Un mundo aparte
Crítica de cine ·
El viaje a sus orígenes por parte del autista Nikolas es el detonante argumental de 'El radioaficionado', donde se describe de forma sobria y emotiva el mundo interior de un joven afectado por el trastorno del espectro autista. Una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta a este neurotípico, cuyo presente vive en sus sueños, mientras el devenir entreteje sus hilos. Hay seres humanos en los que parece que todo está hecho para esperar, un silencio engañoso los esconde del entorno, a la sombra de sus vaivenes, conforme ven pasar la vida como el surtidor de piedra contempla la calma del agua lenta que eternamente se desborda en su interior.
Falco Cabo lo encarna con absoluta convicción, en una película que parte de entender el cine como una suerte de acto mágico, capaz de crear mundos con sus propios códigos y sus propios enigmas, al margen de todo límite real. En 'El radioaficionado' se convierte en algo muy significativo, hasta el punto de que las llagas abiertas de este chaval son la infancia que se perdió y el dolor que precede al gran silencio. Así pues, se trata de alguien que, paso a paso, camina por la vida, nave sin rumbo entre revueltas olas, pensando en las tristezas de las almas solas. Sin embargo, llegará un día en que para Niko las calles arderán al mediodía y cantará la luz entre sus manos.
El radioaficionado
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España. 2021. 84 m. (12). Drama.
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Director: Iker Elorrieta.
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Intérpretes: Falco Cabo, Usue Álvarez, Jaime Adalid.