'Blonde': La escena de sexo oral de Marilyn Monroe con Kennedy
Netflix estrena su nueva película donde muestra al icono americano (Ana de Armas) como una víctima de abusos de los hombres de poder de la época, entre ellos, el presidente de Estados Unidos
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Jueves, 29 de septiembre 2022, 09:08
«Ella era la otra cara de la fama, el glamour y la leyenda. El mundo la conocía como Marilyn Monroe. En privado, era la frágil y complicada Norma Jeane». Así describe Netflix 'Blonde', su nueva película sobre la vida de la actriz que se convirtió en icono americano hasta su temprana muerte. Casi tres horas de película dirigida por Andrew Dominik y con Ana de Armas como protagonista principal con el papel de Marilyn Monroe.
Aunque ni la propia Marilyn podría hacer un retrato lineal de lo que fue su propia historia, Dominik prescinde de la idea de hacer un 'biopic' canónic y desmonta no solo el mito de la actriz, también el del expresidente de Estados Unidos, John F. El director muestra al icono americano (Ana de Armas) como una víctima de abusos de los hombres de poder de la época, entre ellos, el presidente.
El director denuncia los traumas que vivió Norma Jeane y que Marilyn Monroe ocultaba con su sonrisa. Abortos, titulares inquisidores en la prensa, hombres que abusaron de su condición... «La puntilla del icono», como describe Dominik, es cuando Monroe pasa por la cama de Kennedy. Una bomba que describe el peor momento personal del icono americano. Los agentes secretos del presidente de Estados Unidos recogen a una mujer tirada en el suelo del avión: «¿Vienen a detenerme?», pregunta Marilyn mientras se desploma. Los dos hombres cogen a la mujer confundida y la meten en un coche. Ella mira por la ventana pero no ve nada. Ellos la traen, la mueven, le dan un billete de avión... sin saber cómo aparece en la habitación de un hombre semidesnudo en la cama: es el presidente de Estados Unidos.
Tumbado en la cama, Kennedy apenas mira a Marilyn mientras sigue hablando por teléfono con un asesor que le aconseja dejar de montar fiestas con mujeres, que hay incluso dos de ellas que van a contar en la prensa lo que sucede. Marilyn mira a su alrededor y ve botellas y copas vacías con restos de pintalabios en su borde. El presidente, lejos de escuchar al interlocutor, «invita» a Marilyn a que meta la mano bajo las sábanas. «No seas tímida», le espeta. La conversación avanza mientras ella mueve su mano y trata de mirar a cualquier otro sitio. El Kennedy de la ficción, la coge del cuello y la fuerza. En ese momento, la cámara enfoca en un primerísimo primer plano a la cara de Marilyn, y se corta justo donde se intuye lo que el lector imagina. Así durante casi un minuto, mientras los ojos de la actriz se llenan de lágrimas y tristeza.
Es el punto más dramático de Marilyn, con la cabeza confundida entre el alcohol y los barbitúricos. Y aunque solo es una ficción, el director defiende que su película sirve para acabar con los mitos.