'La Celestina' se estrena en Madrid con cantantes vascos
Por el centenario del compositor catalán Felipe Pedrell, el Teatro de la Zarzuela rescata un ejemplo emblemático de ópera española
Este año se conmemora el centenario de la muerte del prestigioso compositor catalán Felipe Pedrell (Tortosa, 1841-Barcelona, 1922), que hace más de un siglo ... compartió con su colega vizcaíno Valentín María de Zubiaurre el afán por impulsar la ópera española. Ambos querían obras con empaque, en castellano, que pudieran competir con las italianas. Sus esfuerzos dieron algunos frutos -sobre todo en el caso de Pedrell, porque Zubiaurre terminó escribiendo música religiosa para el rey- y, aunque no fueron los únicos compositores en conseguirlo, son los que más reconocimiento están recibiendo de un tiempo a esta parte en los escenarios madrileños.
El año pasado fue el turno de Zubiaurre en el Teatro Real y su ópera 'Don Fernando, el Emplazado'. Ahora le toca a Pedrell y 'La Celestina', que en 1902 no llegó a estrenarse en el Liceu de Barcelona por falta de presupuesto, y ahora lo hará en el Teatro de la Zarzuela y además servirá para inaugurar su temporada. Hoy y el domingo se ofrecerá en versión de concierto la obra más ambiciosa del compositor tarraconense, con dos cantantes vizcaínos y una navarra como protagonistas. La soprano Miren Urbieta-Vega (Melibea) y el tenor Andeka Gorrotxategi (Calisto) tendrán el contrapunto de la mezzo Maite Beaumont (Celestina), que ha reemplazado a la intérprete prevista, la georgiana Ketevan Kemoklidze.
La Orquesta titular del Teatro de la Zarzuela tocará a las órdenes del maestro Guillermo García Calvo y en los atriles tendrán la edición moderna del manuscrito original que ha preparado el musicólogo David Ferreiro. El experto gallego ha trabajado a conciencia las más de 750 páginas centenarias -y en ocasiones de difícil lectura- que guardaba la Biblioteca de Cataluña.
De ideales políticos federalistas, en el Madrid de la época se consideraba a Pedrell un catalanista radical mientras que en Cataluña lo tachaban de españolista. Cosmopolita y admirador de Wagner, tenía una curiosidad voraz y sin prejuicios. Le interesaba modernizar los gustos del público sin renunciar a la tradición. 'La Celestina', con libreto del propio Pedrell, era parte de una trilogía destinada a reivindicar la ópera española. Solamente acabó las dos primeras, 'Los Pirineos' y la inspirada en el clásico de Fernando de Rojas.
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