Batman al rescate
Sin rodeos ·
El éxito del último filme del Hombre Murciélago anticipa un sistema de precios variablesSobrevivir en medio de la crisis es cuestión de empeño. Batman, el Hombre Murciélago o el justiciero de Gotham, como prefieran, es ahora también el ... símbolo para la supervivencia del negocio cinematográfico. Véase que la recaudación por su último estreno ha supuesto un inmediato balón de oxígeno y sobre todo el ejemplo de lo que podría ser el futuro de un modelo de negocio en plena transformación por la pandemia y el streaming.
La nueva entrega de la saga ha tenido un coste de producción cercano a los 200 millones de dólares y su recaudación en la taquilla global desde su estreno ya supera los 700 millones de dólares. En España ha logrado hasta finales del mes pasado 9,4 millones de euros, siendo la tercera película más taquillera del año. Hasta aquí todo es relativamente normal tratándose de un 'blockbuster', es decir, de una de esas grandes producciones de Hollywood con enorme inversión y con mayores posibilidades de beneficio. Sin embargo, lo que ha convertido en singular el estreno de esta nueva entrega ha sido el ensayo de un precio de la entrada superior al de otras películas en las taquillas de los cines norteamericanos, algo que anticipa un futuro sistema de precios dinámicos y variables cuando se trata del cada vez más escaso estreno de producciones con seguras expectativas de éxito.
Nada objetable, claro, cuando los precios variables también se aplican en otros sectores o cuando ante la crisis lo más recomendable es maximizar las audiencias según películas y proyecciones. Junto a ello, naturalmente, la cinta también se estrena este próximo lunes en la plataforma de su productora, HBO Max, justo 45 días después de su inicio en las salas, con lo cual el negocio es completo. El precedente marca un nuevo rumbo en el negocio del cine, el de los precios variables, lo mismo que la duración de algunas películas -como la última de Batman, de casi tres horas- acabará imponiendo los descansos en medio de las cintas para que las salas vendan más palomitas y generen más ingresos. El cine es arte y cultura, por supuesto, pero sobre todo negocio e industria.
Música
Savall en concierto
Instrumentista excepcional, musicólogo, maestro, recuperador de la viola da gamba y de su repertorio, estudioso de las grandes obras del Renacimiento y el Barroco o también valedor de la mejor conexión de la música europea con las tradiciones musicales de Sefarad, de Oriente Medio, de África o de Asia. Jordi Savall y su incesante curiosidad cultural siguen ofreciendo notables expresiones de excelencia musical, reuniendo en sus conciertos a artistas de distintas religiones y razas y con variados repertorios. Estas semanas, el canal ARTE mantiene en su programación el acceso gratuito a tres conciertos excelentes grabados en 2021 por Benjamin Bleton en el Monasterio de Santes Creus, justo cuando el músico catalán había cumplido 80 años. Bajo el epígrafe de 'Jordi Savall, Un viaje musical', el primero de los conciertos se ciñe a los libros de madrigales de Monteverdi, el segundo está dedicado a la folía, la música de finales de la Edad Media; y el tercero incluye músicas y canciones de Siria, Afganistán o Sefarad. Sin duda un lujo y el mejor mestizaje cultural.
Arte
Muy de Warhol
La mejor manera de conocer a Andy Warhol es su propia estela, el reflejo de su propio personaje. Fíjense que con ocasión del estreno en Netflix de una serie documental sobre sus diarios se ha dicho que en ellos se expresa su mejor obra de arte: él mismo. «Ganar dinero es arte y los buenos negocios son el mejor arte». La cita viene hoy muy a cuento ante su próximo reto en el mercado de las subastas. Resulta que Christie's Nueva York va a subastar en mayo uno de sus famosos retratos de Marilyn Monroe, 'Shot Sage Blue' (1964), cuyo precio estimado de remate podría alcanzar los 200 millones de dólares, con lo cual hasta superaría al mismísimo Picasso en el ranking de cotizaciones de las obras de arte del siglo XX. Todo un posible logro para el gran precursor de la fama instantánea, de los selfies y de la expansión viral de las imágenes. El arte como negocio o el negocio como arte. Muy de Warhol, sí.
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