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La soledad es un grave problema contemporáneo, el obstáculo que impide la felicidad de muchos individuos. Sin embargo, el psicólogo Rafael Santandreu afirma en su última obra que encontrar personas a las que amar es lo más fácil del mundo. «Es pan comido porque ahí fuera está lleno de gente con hambre de amar», aduce y señala que el ser humano es un animal con un impulso increíble hacia ese sentimiento. «Sal y sonríe a la gente, a la persona que te vende el periódico. Dile hoy lo guapa que está, invítala a subir al monte el sábado. Mira a la peña que tienes alrededor, como tus hermanos, tus compañeros de juego, tus amigos más preciados, y una buena proporción de estos te verá de la misma forma». El especialista acaba de publicar 'No hagas montañas de un grano de arena (y todo son granos de arena)' y hablará de su manera de buscar la felicidad en un encuentro del Aula de EL CORREO que tendrá lugar hoy, a partir de las 19.00 horas en la Biblioteca Bidebarrieta de Bilbao, con el apoyo de la editorial Grijalbo, la Feria del Libro y BBK.
Esta facilidad para relacionarse no se suele poner en práctica. «Hay varias razones absurdas», aduce. «Una ellas es que pretendemos que los demás sean perfectos, no nos fallen en nada, cumplan absolutamente siempre y con todo», lamenta y señala que, ante un error, nos ponemos como locos. «No quejamos a los cuatro vientos, cortamos la relación y nos quedamos heridos por lo sucedido». El conferenciante aboga por aceptar a los demás como son, seres imperfectos como nosotros. «Entonces, tendremos mucha flexibilidad para amarlos plenamente».
El 90% de la soledad que sentimos es una creación de nuestra mente, según explica. «Yo me refiero a esa soledad. Cuidado, porque también existe la real. Pero esa es sólo de las personas que no pueden moverse de casa por enfermedad o algún impedimento», apunta. «En el caso de soledad inventada, nos lamentamos de que nos falta Pepito, y nos decimos a nosotros mismos, ¡Dios mío! ¡Estoy solo! ¡Sin Pepito la vida no tiene sentido! Esa soledad no la deberíamos sentir jamás porque es una ficción».
El éxito no da la felicidad, explica también en su libro, aunque podemos buscarlo y nos propone que focalicemos nuestra ambición en una sola cosa, pero con ciertas advertencias. «Las metas deberían ser juegos, divertimentos, nada serio», aconseja. «A mí me gusta esforzarme al máximo, pero lo hago, en realidad, para hacerlo todo más divertido. No te creas nunca que todos esos objetivos son tan importantes, porque, de hacerlo, te volverás loco».
La pretensión de Santandreu es ser toda la vida «un aspirante que disfruta aprendiendo». Nos anima a desear, pero no a necesitar. «La diferencia está en que cuando no necesitas, te esfuerzas por conseguir cosas, pero si no salen, te quedas igualmente contento porque lo que te interesaba era disfrutar el proyecto», aduce. También indica que el aprendizaje nos acercará a un resultado positivo en la siguiente ocasión. «Aunque el éxito tampoco es lo esencial. La meta es ir de disfrute en disfrute».
La charla
Ponente. Rafael Santandreu, psicólogo, hablará de su libro 'No hagas montañas de granos de arena (y todo son granos de arena)'.
Lugar y hora. Hoy, en la Biblioteca Bidebarrieta. (19.00 h).
Con la colaboración: Fundación BBK.
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