El mercado del arte acentúa su crisis

El descenso del 2024 contrasta con el aumento del 3% en el número de transacciones, 40.5 millones, cifra que responde al dinamismo en los segmentos medio y bajo. Esta circunstancia ha sido interpretada como una cierta democratización del comercio y tiene su reflejo en el ámbito galerístico. Aquellas firmas más pequeñas, las que presentan un balance inferior a los 250.000 dólares, han aumentado sus ingresos en un 17%, mientras que las que superan los 10 millones anuales han retrocedido un 9% e, incluso, un 39% en lo que atañe a las obras que rebasan ese precio.

La incertidumbre explica este estancamiento. La inflación, la inseguridad política internacional, agravada por conflictos bélicos como el ucraniano, y las crecientes tensiones entre las grandes potencias, han impactado negativamente en el tramo más exclusivo. La zozobra ha alterado el comportamiento de la oferta y la demanda en el mercado secundario. Así, los propietarios no sacan a la venta sus grandes obras ante el temor de no obtener buenos remates, mientras que los adquirentes aspiran tan sólo a piezas de muy alta calidad. El aumento de un 14% en las ventas privadas de las casas de subastas corrobora esta tendencia ya que acentúa la desconfianza ante su venta en sala y la predilección por transacciones privadas.

La distribución geográfica de la crisis evidencia notables diferencias dentro de un escenario homogéneamente negativo. Estados Unidos mantiene su protagonismo con el 43% del total de ventas a pesar de experimentar una caída del 8% de su montante y Gran Bretaña recupera el segundo puesto con el 18% del conjunto mundial y un descenso del 5%. Ese predominio de los países anglosajones se favorece del desastre chino, que retiene el 15% tras retroceder un 31% en los ingresos anuales, posiblemente lastrados por su particular crisis inmobiliaria.

Las grandes casas de subastas han sufrido el embate de la recesión. Christie's ha experimentado una disminución del 16% en el balance anual, mientras que Sotheby's, su tradicional rival, ha llegado al 23%. Ambas han dispuesto medidas de choque como la reducción de plantillas para afrontar la coyuntura o la celebración de eventos en países como Arabia Saudita, uno de los actores emergentes en el mercado internacional.

Los programas, en cualquier caso, muestran la escasa presencia de maestros y obras esenciales, aquellas que superan los 10 millones de dólares. Ese proceso se ha agudizado. A lo largo del pasado año, el desembolso por las 100 obras más caras fue de 1.800 millones, mientras que en 2023 había sido de 2.400 y de 4.100 en el periodo inmediatamente anterior.

Los récords no abundaron y el surrealismo fue el gran protagonista a ese respecto. El lienzo 'L'Empire des lumières' de René Magritte fue vendido en 121,1 millones de dólares en noviembre, la cifra más alta conseguida por el pintor belga, Por su parte, Leonora Carrington se ha situado entre las artistas más cotizadas gracias a 'Las distracciones de Dagoberto', una de sus obras fundamentales y que el coleccionista argentino Eduardo Constantini adquirió por 28,5 millones.

Cierto conservadurismo fue la tónica general entre los cuadros más vendidos. 'Portrait of Miss Lieser' de Gustav Klimt constituyó otro hito al llegar a los 70 millones, mientras que Andy Warhol, habitual en las grandes citas, estuvo representado por 'Flowers', que obtuvo 58 millones. El impresionismo sigue demostrando su carácter de valor refugio tras el remate en 34,8 millones de 'Meules à Giverny', firmado por Claude Monet.

Los atisbos de recuperación del primer tercio del 2025 pueden malograrse si la estrategia impositiva de la Casa Blanca sigue adelante. No hay aún certezas de que los aumentos tributarios afecten a las obras de arte, consideradas por la legislación local como 'materiales informativos' y, por tanto, protegidos por las normas constitucionales que blindan las libertades públicas.

Las medidas de Trump no sólo inciden en el comercio local. China, la principal afectada, ha amenazado con responder con la Ley del Talión. El anuncio incide incluso antes de su aplicación efectiva. La inseguridad obstaculiza la fluidez del mercado y disuade a quienes desean desprenderse de sus mejores posesiones. También los empresarios y grandes coleccionistas, caso de Jeff Bezos, pueden esperar tiempos mejores para seguir extendiendo sus magníficas colecciones.