Leer a Muñoz Molina a través de 20 lienzos
Una mirada abierta ·
10 de los mejores artistas figurativos de España, entre ellos el bilbaíno Gorka García Herrera, pintan cuadros al óleo inspirados en 'El invierno en Lisboa'La joyería bilbaína Suárez y el escritor Antonio Muñoz Molina mantienen un idilio que arrancó hace dos años con el lanzamiento de una colección de ... 18 piezas de oro blanco con diamantes blancos y negros inspiradas en 'El invierno en Lisboa'. El entonces director creativo de la compañía, Gabriel Suárez, diseñó joyas pensando en Lucrecia, la protagonista de la novela, una mujer que «apenas se describía» pero a la que imaginó como una mujer lánguida, aunque segura de sí misma que irradiaba atractivo «y a la vez transmitía un lado oculto», argumenta 'Gabi', que tiene al literato jienense entre sus autores de cabecera. Cuenta que esta novela le «marcó un montón» cuando estudiaba Periodismo.
Suárez y Muñoz Molina vuelven a profundizar su relación con otra colaboración artística, pero de corte bien diferente. 'Lucha de Gigantes', el proyecto más ambicioso impulsado junto a Aleix Gordo -han rendido tributos pop a la pintora mexicana Frida y, más recientemente, al personaje de la Pantera Rosa- ha echado mano de diez de los artistas figurativos más importantes de España para que a través de sus lienzos muestren su particular visión de 'El invierno en Lisboa'.
Así, a Muñoz Molina se le podrá seguir 'leyendo', pero no solo a través de sus páginas, sino de la mirada particular y «lectura abierta» de 20 cuadros pintados al óleo. Cada uno de los artistas elegidos, entre los que figura el bilbaíno Gorka García Herrera, ha realizado dos obras. El realismo pesimista de García Herrera contrasta con las instantáneas desenfocadas de Hugo Alonso, el lenguaje cinematográfico de Ernesto Crespo, las atmósferas densas de Sara Quintero y el romanticismo fantástico de Emilio González Sainz. La exposición recoge también la figura metafísica de Dis Berlin, el realismo poético de Damián Flores, «el lápiz mágico» de Bartolomé Rey, la melancolía expresionista de Carlos García Alix y la figuración pop con referencias al cómic y al cine negro de Ángel Mateo Charris.
«Este homenaje en forma de cuadros va a hacer más contemporánea mi novela», aplaude el autor
Madrid, Lisboa, San Sebastián
El pianista Santiago Biralbo, las formas sugerentes de su amante Lucrecia, el marido de esta, Bruce Malcolm, o la desaparición de un famoso cuadro de Paul Cézanne han sido la inspiración de estos 'gigantes' de la figuración. Sin embargo, los protagonistas no solo toman como punto de partida a algunos de los personajes. Ponen también el foco en tres ciudades: Lisboa, San Sebastián o Madrid, las otras grandes protagonistas del libro.
Gorka García Herrera, que siente «una profunda admiración» por Muñoz Molina, tanto en su faceta de escritor como de articulista, acogió el encargo como un «proyecto muy ilusionante». Una de sus piezas sitúa a uno de los protagonistas, «en medio de la soledad», en una estación nocturna de tren. «Antonio Muñoz Molina es un escritor muy pictórico o al menos a mí me lo parece. Recrea muy bien las atmósferas. Lo leo y me remite a pintores como James Whistler, a Turner igual menos, porque es más dinámico, a Friedrich...», detalla. García Herrera trabajó en todo momento en la búsqueda y recreación «de ese punto lumínico que tiene la novela», explica. Tanto en la escena de la estación de tren como cuando coloca a otro personaje en el Paseo Nuevo de San Sebastián «enfrentado a un mar muy lejano» en un día de gran oleaje. «Bebe mucho de 'Monje frente al mar', de Friedrich», reconoce.
- ¿Es difícil plasmar una novela en un cuadro al óleo?
- A pintores figurativos y con cierta tendencia realista como yo, nos lo pone relativamente fácil. Leo frecuentemente a Muñoz Molina y continuamente se están generando esferas en mi cabeza. Todo proceso creativo tiene luego su complejidad y sus problemas, pero sí me parece relativamente sencillo para adecuarlo con mi lenguaje.
Emoción del escritor
Solo tuvo una pega a la hora de rematar un encargo que ha entregado casi sobre la bocina por su afán perfeccionista. La lectura de Muñoz Molina le resulta tan sugestiva» que «me ha llevado a la cabeza mil imágenes. Me podían haber salido 30 cuadros. Por eso me dio mucha pena que fuese una exposición colectiva y se limitase a dos obras por autor. No quería limitarme a hacer una ilustración de lo que había leído», matiza.
Gabriel Suárez ha alabado el resultado de una exposición «armónica» que reúne a un grupo de artistas «muy homogéneo que sin ser iguales funcionan muy bien juntos. Hemos buscado la heterogeneidad con diferentes estilos, pero la misma inspiración». A su juicio, resulta «muy especial» que los personajes creados por Muñoz Molina se conviertan «en una realidad».
La satisfacción del escritor es todavía mayor. «Este homenaje en forma de cuadros convierte mi obra en más contemporánea. Por mi relación con las artes plásticas, me emociona este trabajo porque, además, en la novela está muy presente el cine, la música y, por supuesto, el arte».
La exposición
-
10 artistas. La muestra se celebrará del 15 al 18 de noviembre en el Edificio Adolfo Domíngez. Serrano, 5. Madrid.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión