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¿Qué pasará con Fernando Pérez tras dimitir como director de Azkuna Zentroa? Con esta decisión ha puesto patas arriba la institución, que vive días ... convulsos, aunque algunas circunstancias sean ajenas a él. Es un hecho que su baja voluntaria –por no comulgar con la instalación en la Alhóndiga de un aula educativa de La Caixa al considerar que conlleva un recorte de la actividad artística– ha provocado muchas incógnitas, incluso cambios en la estructura del centro. Según anunció el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, este pasará a tener un director encargado solo del asunto artístico y otro centrado en la gestión global. Ambos cargos están por definirse y por designar a profesionales concretos con nombre y apellidos de forma definitiva.
Hasta que eso ocurra, es Javier Riaño, director de BilbaoArte, el encargado de liderar temporalmente «una mesa de trabajo» para solucionar la papeleta. Un apagafuegos que cuenta con la ayuda de los trabajadores del centro, incluido Pérez, quien conserva allí su plaza de responsable de programación cultural.La consiguió por concurso en 2010, cuando abrió el centro. Inicialmente trabajando a las órdenes de la primera directora de la institución, Marian Egaña, y de Lourdes Fernández después. Se trata de un puesto que ha estado (y está) en manos de Rakel Esparza mientras él permanece en excedencia. La pidió en 2015 para atender la propuesta del Gobierno de Navarra de ser su director de Cultura, y decidió mantenerla al aceptar en 2018 la invitación del Ayuntamiento para dirigir Azkuna Zentroa.
El próximo 13 de enero se hará efectiva la baja voluntaria de Pérez, y este podrá regresar a su plaza en la Alhóndiga, ya que la conserva y recupera de forma automática; otra cosa es que, por el camino, reciba proposiciones para ocupar otros cargos, otras ofertas, pero su puesto le espera allí. El Ayuntamiento concretó ese día en su nota de prensa del pasado viernes 20, tras la reunión del consejo de administración de Azkuna Zentroa. Aquel comunicado primeramente daba cuenta del hecho oficial de la baja de Pérez y del intercambio de agradecimientos entre el Ayuntamiento y el interesado, por la confianza depositada y el trabajo realizado. Pero desencadenó la tormenta al informar del nombramiento de un director sustituto y temporal de la institución, Javier Riaño, máximo responsable de BilbaoArte.
Sorprendentemente, al ser contactado por este periódico, Riaño desmintió la información, alegando que solo estaba allí para ayudar a salir del aprieto provocado por la dimisión de Pérez. Se trata de un desencuentro del que aún se sabe bien poco. Una concisa «aclaración» del Ayuntamiento llegó a última hora de la tarde: «Riaño asumirá de forma temporal las funciones artísticas que lideraba hasta ahora Fernando Pérez, junto con el equipo de profesionales del Azkuna Zentroa, hasta que culmine el proceso para el nombramiento de una nueva dirección».
Nacido en Sestao en 1967, Fernando Pérez acumula un largo expediente académico y una extensa trayectoria laboral. Según informó en su día el propio Ayuntamiento de Bilbao, cuando hace casi siete años le nombraron director de la Alhóndiga, es «licenciado en Filología vasca; máster en Liderazgo Internacional en Gestión de las Artes Visuales por la Universidad de Nueva York; postgrado en Políticas Culturales Europeas en la Universidad de Barcelona, y máster en gestión Cultural, Música, Teatro y Danza por la Complutense de Madrid y el ICCMU. Ha sido miembro del comité asesor para Europa de la Japan Foundation for Performing Arts; presidente del patronato del Centro de Arte Contemporáneo Huarte, y secretario del patronato de la Fundación Museo Jorge Oteiza».
Lleva ligado al Ayuntamiento desde 1991, cuando obtuvo su plaza de animador sociocultural, con la que, entre otras cosas, impulsó y dirigió el Festival de Teatro Actual y Danza Contemporánea (BAD) y el Festival de las Artes de la Calle. Coordinó también el programa de Residencias Artísticas y la programación del Festival de Cine Fantástico de Bilbao.
Desde la inauguración, el 18 de mayo de 2010, de la entonces Alhóndiga Bilbao (rebautizada luego como Azkuna Zentroa) estuvo al frente del departamento de Programación Cultural, pues dejó su puesto en el Ayuntamiento con una excedencia para presentarse a otra plaza convocada por esta institución, una sociedad anónima municipal. Ganó, convirtiéndose en el responsable de programación cultural. Sus funciones incluyen la coordinación de exposiciones, del programa de artes en vivo y la organización de los programas audiovisuales.
Desempeñó estas labores hasta que marchó a Pamplona para aceptar su nombramiento como director general de Cultura-Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra en agosto de 2015. Accedió a ese puesto en la comunidad autónoma vecina con otra excedencia, y se mantuvo en él durante dos años y medio. Hasta 2018, cuando, sin acabar la legislatura, dejó Navarra para regresar como director a su 'casa', que sigue siéndolo tras su reciente dimisión.
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