Doble objetivo
Lo mismo que cualquier otra de las grandes ferias del calendario global del arte, ARCO pretende en su nueva edición no solo hacer frente a ... la demanda de un mercado afectado por las incertidumbres geoestratégicas y por una demanda aparentemente débil, sino también reafirmar su doble objetivo competitivo como certamen principal del sur de Europa y como puente privilegiado en la relación con la creación y el coleccionismo latinoamericano. Propósitos que se explican por el esfuerzo en mantener o aumentar ligeramente el número total de galerías participantes, por la presencia de un 67% de galería extranjeras que proceden de 35 países -de las cuales más de una tercera parte son latinoamericanas- o incluso por un programa variado que pone el acento en el coleccionismo, en la promoción del joven galerismo y en el debate que vincula al arte actual con los retos sociales del momento -inclusión, medio ambiente e igualdad racial y de género-.
Afortunadamente, la importante presencia numérica de galerías internacionales supone un contrapunto necesario a la endeblez del mercado del arte en España, reforzando su ambición de convertirse en receptora del coleccionismo europeo y latinoamericano. Otra cosa es que la competencia ferial no solo hace difícil el papel europeo de ARCO frente a la Art Basel, la Frieze de Londres o la Art Basel de París, sino también su condición de certamen de puente con Latinoamérica frente a la Art Basel Miami. Todo esto se nota, claro, en la ausencia habitual en ARCO de algunas de las grandes galerías globales -Hauser & Wirth, Gagosian, Lehmann Maupin, etc…-.
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