Arantxa Urretabizkaia gana el Premio Euskadi de Literatura con 'Azken etxea'

El consejero de Cultura, Bingen Zupiria, anunció ayer los nombres de los ganadores en estas tres categorías en el Museo San Telmo de San Sebastián. «Tener sentados aquí a estos tres escritores que representan tres generaciones distintas demuestra a la perfección la buena evolución que ha tenido la literatura vasca en las últimas décadas», destacó.

Urretabizkaia, colaboradora de EL CORREO, comenzó su discurso confesando que tuvo muchas dudas antes de empezar a escribir el trabajo premiado. «Me pregunté si sería capaz de hacer a mi edad una novela digna. A las personas de mi generación la sociedad nos invita a descansar, a dejar el mundo a los jóvenes y a no molestar. Aun así, me atreví y no me arrepiento», enfatizó. Es más, no tiene intención de que 'Azken etxea' sea su último libro. También puso un toque de humor a la presentación cuando reveló que, al conocer que sería premiada, «me puse a bailar».

«Cuando escribo no me gusta hablar de mí, pero si de las cosas que veo con mis ojos», explica Urretabizkaia. La idea de esta novela «surgió después de encontrarme con una amiga que me dijo que estaba muy liada, buscando la que sería su última casa», contó.

Y desde ese punto de partida, comenzó a crear esta historia, en la que la protagonista se fija en una casa en Hendaia que se empeñará en conseguir. Es una mujer que no ha tenido una vida normal, como tampoco serán normales los esfuerzos que tendrá que hacer para lograr esa vivienda soñada. En ese contexto, las amistades, las elecciones y los fantasmas del pasado se enredarán con los del presente, con unos vecinos que se espían unos a otros. «Todos los personajes de esta novela son viejos, pero no quería hacer una historia de abuelos cariñosos», afirmó.

Además, en esta historia en la que el lector se sentirá interpelado a menudo, la escritora guipuzcoana propone diferentes localizaciones, periodos de vida y saltos en el tiempo, y los giros y la sorpresa del argumento también mantienen la tensión hasta el final. Al tratarse de un relato de ficción, la autora se nutre sobre todo de las experiencias de «amigos y conocidos», aunque también ha tenido que documentarse para incluir al pintor Amadeo Modigliani en la novela.

No es la primera vez que Arantxa Urretabizkaia gana un Premio Euskadi de Literatura, pero sí con una novela. En 2017 obtuvo este galardón en la modalidad de ensayo por 'Bidean ikasia', «una crónica y un testimonio desgarrador del Alarde de Hondarribia», como lo describió el jurado. Además, esta periodista de profesión, que trabaja en prensa escrita, radio y televisión, destacó desde el inicio de su trayectoria con 'Zergatik, Panpox' (Hordago, 1979), la primera vez que en la literatura en euskera se daba protagonismo a una mujer. 'Koaderno gorria' (Erein, 1998), '3 Mariak' (Erein, 2010) y 'Zuri-beltzeko argazkiak' (Pamiela, 2014) son otros títulos conocidos, traducidos al castellano y a otros idiomas. Gracias a este nuevo galardón recibirá un premio de 18.000 euros, a los que se pueden sumar otros 4.000 si su trabajo es traducido.

Cuando a Joseba Larratxe (Irun, 1985), conocido con el seudónimo Josevisky, le propusieron crear un cómic sobre Mikel Laboa para dar un impulso a la memoria del legendario músico vasco y llegar así a un nuevo público, no se lo pensó dos veces. Pronto se puso manos a la obra con el escritor Harkaitz Cano y con el bertsolari, escritor y también dibujante Unai Iturriaga para dotar a la obra de la personalidad que ellos creían necesaria. «Hemos dedicado cuatro años a este trabajo y estamos muy contentos con el resultado». Larratxe, que realizó los estudios de arquitectura en San Sebastián, considera que el cómic tiene «un potencial enorme para contar historias, porque es 'muy barato' en comparación con otros formatos y puedes crear, de una manera 'sencilla', imágenes que en el cine serían carísimas y muy complicadas». Así que cree que «utilizar este tipo de herramientas en un pueblo como el nuestro puede ser muy útil para trabajar nuestra memoria y contar nuestra historia en otro formato».

El jurado ha descrito 'Ni ez naiz Mikel Laboa' como «un trabajo muy bien abordado y resuelto, con gran riqueza de referencias y simbolismos culturales, pero de lectura fluida». Asimismo, ha destacado el «ritmo y la interpretación visual de la música» del creador de temas de la talla de 'Txoria txori' y 'Baga, biga, higa', entre otros.

Patxi Zubizarreta (Ordizia, 1964) ha sido galardonado por quinta vez en su carrera con el Premio Euskadi de Literatura Infantil y Juvenil. En esta última ocasión lo ha logrado gracias a 'Zerria', un trabajo que también le ha brindado el Premio Nacional de esta categoría y que acerca al lector a las cumbres de los Alpes y al mundo animal.

«Como escritor, paso más tiempo leyendo y traduciendo que escribiendo. Y así es como me enteré de que en Francia habían juzgado, ahorcado y quemado a un cerdo que había matado a un niño. Obligaron a todos los campesinos de aquel pueblo y a sus cerdos a presenciar la ejecución, y yo me quedé alucinado con la escena. Así que lo que cuenta este libro es duro, pero también tiene mucha poesía, y una gran carga de nostalgia por ver cómo están desapareciendo los glaciares del mundo».

El jurado ha considerado que la de Zubizarreta es «una obra literaria elaborada, que se aleja de la simplicidad y de los tópicos típicos de la literatura juvenil» y ha valorado positivamente que «la narración nos habla de cosas del pasado, pero nos hace reflexionar sobre el día de hoy más que sobre épocas pasadas». Así, apunta que 'Zerria' «no es solo una obra recomendable, también es un ejemplo muy adecuado para disfrutar de la literatura, ir creciendo como persona y saber qué es y cómo se hace literatura».

Trabajador incansable, Zubizarreta se confiesa un apasionado del cine -también escribe guiones- y hace traducciones. En la feria de Durango se le podrá ver con su nueva novela que trata sobre el insomnio y con la que, reconoce, ha disfrutado «muchísimo». Y es que para él la literatura «tiene mucho que ver con el mundo de los secretos». «Son la palabras de la noche, las obsesiones y, cómo no, las pesadillas», subraya el ayer galardonado.