Borrar
Los pendientes para ayudar a Petro, un niño con sífilis: la bonita iniciativa de esta joven bilbaína.

Ver 23 fotos

Los pendientes para ayudar a Petro, un niño con sífilis: la bonita iniciativa de esta joven bilbaína.

Los pendientes de esta bilbaína para ayudar a Petro

Los pendientes de una estudiante bilbaína de Medicina para ayudar a Petro, un niño con sífilis

Jana Campillo, de 22 años, acaba de volver a Bilbao tras mes y medio como voluntaria en Tanzania, donde ha visto «enfermedades y casos de pacientes que encogen el corazón». Con la venta de pendientes africanos, busca recaudar fondos para mejorar la calidad de vida de estas personas

Viernes, 9 de agosto 2024, 16:06

Comenta

Jana Campillo, que este curso empezará quinto de Medicina en la UPV/EHU, siempre soñó con ser médica para entregar su energía y formación a ayudar en África. Esta joven bilbaína de 22 años, que conoció este continente en 2018, acaba de visitarlo por tercera vez para vivir su primera experiencia como voluntaria. «He colaborado en un pequeño ambulatorio de Ushetu, una aldea en la región de Shinyanga, en el centro de Tanzania, y en medio de la nada». Pero Jana, humilde y comprometida, no quiere hablar de ella misma, ni de su labor sobre el terreno. Solo quiere dar visibilidad a los pendientes africanos y solidarios que ha lanzado bajo su nueva firma, Karibu Kusaidia, que significa 'bienvenido a ayudar' en suajili. Con ellos busca seguir ayudando a todas las personas que atendió allí y, en especial, a Petro. «Nació en casa y llegó esa misma noche, con sífilis congénita, poquito peso... tenía también un bulto en la espalda, que después vimos que era un tumor», cuenta emocionada y sin querer entrar en detalles.

Pacientes esperan a ser atendidos en el dispensario de Ushetu.

Jana llegó a Tanzania con la guía clínica de Médicos Sin Fronteras que le recomendó llevarse un profesor y con muchas ganas de hacer el bien en un campo complejo y desafiante. «Fue una situación de emergencia en la que la médico me pidió que ayudase todo lo posible, me marcó muchísimo. Petro vino dos días después para que le hiciésemos el control y vigilar la medicación, pero necesitamos derivarle a un hospital más grande para someterle a más pruebas y examinar el tumor», explica. Para poder financiar su tratamiento, a Jana se le ocurrió ya en Bilbao vender pendientes africanos hechos a mano en Tanzania por una joven de 18 años y su tía. «El tumor parece benigno, pero si crece le puede comprimir la médula y quedarse parapléjico. Por eso es importante un diagnóstico temprano en un hospital que está a siete horas en coche de Ushetu».

Esta joven bilbaína habla cada día con la congregación argentina de monjas con la que colaboró en el país africano para preocuparse por el estado de Petro y la evolución del resto de pacientes. «Petro ha cogido la varicela y aún no se le puede desplazar, pero está bien, ha ganado peso. Me conmueve ver que sale adelante y sigue luchando, tan tranquilo, sonriente, con esa paz... y piensas: 'jo qué maravilla, qué bonita es la vida que da oportunidades en situaciones tan complicadas'». Su compromiso se extiende también al resto de niños que llegaban a este pequeño dispensario con enfermedades tropicales desconocidas para ella y desatendidas en el mundo. «He visto casos de pacientes que encogen el corazón; las condiciones sanitarias allí son muy pobres, no teníamos medios, ni siquiera podíamos hacer una radiografía. Cuando atendíamos a un niño, llegaba otro, no se acababa, y sientes mucha frustración de no poder ayudar más».

Jana encontró unos «pendientes preciosos» en un pequeño taller de Zanzíbar, donde una joven y su tía confeccionaban a mano cada pieza. «Me gustaron para enviar a mis amigas, así que se los mandé y les encantaron. Una amiga que tiene su propia firma me dijo que podían tener mucho éxito aquí, porque son diferentes, así que me animé a pedir más». Jana compró 70 pares, de 16 modelos diferentes, para vender entre amigos y familiares con el fin de recaudar fondos para mejorar las condiciones sanitarias en el dispensario de Ushetu. «Tanzania y su gente me han enseñado que la generosidad no consiste en compartir lo que tienes, sino lo que eres. Ellos dan sin tener, sin esperar nada a cambio. Y a mí me gustaría devolverles todo lo que me han dado», asegura esta estudiante de Medicina que también ha lanzado una campaña en la plataforma GoFundMe para conseguir donaciones.

Jana sonríe junto a las creadoras de los pendientes.

Ya se han agotado todos los pendientes, que vende por 20 o 25 euros, pero en una semana le llegará una nueva remesa. «Son piezas de cobre bañadas en dorado viejo que llevan huesos de vaca lijados, barnizados y pintados. Yo cambio los enganches, que están bañados en oro, para evitar alergias». Se trata de un proyecto personal con el que también se ha volcado su familia. «Mis padres me están ayudando mucho, mi hermana mayor, que es muy artista, me ha hecho el logo; mi tía me ha dejado su cámara de fotos...» Porque Jana ha creado una cuenta de Instagram en la que posa con sus pendientes, que ha bautizado con diferentes nombres en suajili. «Yo les he prometido que voy a aprender el idioma y que voy a volver», asegura.

África emociona, conmueve; y Jana se lleva una experiencia dura, pero también profundamente gratificante. «Lo que más me ha impactado es la dignidad y nobleza de la gente, la mirada y la sonrisa de los niños. La exuberancia del paisaje, la luz del amanecer y el atardecer, los colores, la música, los sabores, olores...». Le gustaría regresar el próximo verano para abrazar a Petro y al resto de personas que se han quedado en su corazón pese a la distancia. «Quiero ir a otra zona de África para conocer diferentes culturas y pasaré una semana por Tanzania para saludarles. Y cuando termine la carrera y haga la residencia, volveré ya como especialista para seguir ayudando, porque siento que se lo debo».

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Los pendientes de una estudiante bilbaína de Medicina para ayudar a Petro, un niño con sífilis