Ibai Gómez e Ingrid Betancor se compran un caballo

«La gente que no tiene animales no se hace la idea de todo lo que te dan a cambio de tan poco», reconocía el jugador del Athletic en una entrevista a El Correo. La familia Gómez-Betancor ha crecido exponencialmente en los últimos, no solo con la llegada de sus dos hijos, Aiala y Marko, sino con la incorporación de pequeños seres de cuatro patas que han colmado la felicidad de su hogar. Si por Ingrid fuera, tendrían hasta leones. «Ya me gustaría vivir entre grandes felinos. Lo que sé es que siempre estaré rodeada de bichitos», aseguraba la canaria en una de sus publicaciones de Instagram. Pero no ha sido, precisamente, un 'bichito' la última mascota en unirse al clan, sino una preciosa yegua castaña que se ha convertido en el décimo miembro de esta numerosa y bonita familia, tal y como han reflejado en redes sociales.

La devoción por los animales de Ingrid e Ibai, heredada también por sus dos pequeños, ha hecho que convivan bajo el mismo techo con tres perros y dos gatas. Por orden de llegada, tenemos a Dubi, un carlino negro de aspecto tranquilote que acompaña al futbolista desde que se fue a vivir por su cuenta. A él se suman las dos persas de la periodista: Nala, una dorada gatita de 14 años, y su hija Lola, mucho más selectiva con las personas. Gomis, el nuevo carlino, llegó para ser el mejor compañero de fatigas del rey de la casa y a Tokio, lo recibieron el año pasado para cumplir uno de los sueños de la canaria. «Crecí rodeada de dóbermans, creo que todo aquel que haya compartido su vida con alguno sabrá de lo que hablo. Hoy me dijeron: «quien tiene un dóberman, repite». Y no me extraña. Más de 20 años después, yo sigo acordándome del mío, Lupo», escribía en sus redes sociales. Todos viven en amor y compañía, derribando los manidos tópicos del perro y el gato. A buen seguro, ya se habrán acercado a olisquear y reconocer a Morenita, que duerme en una de las cuadras del Club Hípico Laukiniz.

En más de una ocasión, Betancor ha reconocido en sus redes sociales su pasión por la hípica, afición que practicaba cuando era pequeña y que fue dejando de lado con los años. Ahora, quizás sea el momento de volver a cabalgar a lomos de su nueva compañera de batallas.