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Fallece de covid Alber Elbaz, el diseñador humano del glamour
Exdirector durante 14 años de la casa Lanvin, fundó una marca de moda democrática, AZ Factory, que combina la artesanía con la vanguardia y la tecnología
«Amor, confianza y respeto». El epitafio de Alber Elbaz (Casablanca, 1961-París, 2021) figura desde ayer por la mañana en el portal de internet ... de la que iba a ser su última aventura, AZ Factory, una nueva marca de moda democrática que fundó tras más de cinco años sabáticos, enraizada en los mejores principios del estilo y combinando la artesanía con la vanguardia y la tecnología. A la venta ya en la Red su primera colección, Alber Elbaz no podrá desarrollar su idea al fallecer el sábado a los 59 años, tras varias semanas luchando contra el Covid-19.
El comunicado de su fallecimiento lo ha emitido Johann Rupert, el presidente del conglomerado de lujo Richemont, socio de Elbaz en AZ Factory. Admirado y reconocido por su dilatada experiencia en el oficio, también ha sido muy respetado por su personalidad abierta y alegre, hasta el punto de que María Grazia Chiuri, la directora de Dior, ha lamentado su desaparición recordando a Elbaz como «un intérprete humano y divertido del glamour». En todo caso, su visión y su sentido de la belleza también le convirtieron en una de las grandes estrellas de la alta costura. Elbaz nació en el seno de una familia judeo-sefardita de Casablanca (Marruecos), aunque pronto se trasladó a Israel para formarse en la School of Fashion and Textile de Tel Aviv. Tras ello trabajó durante ocho años en Nueva York con el diseñador Geofrey Beene, si bien es a partir de su nombramiento como director creativo de la línea prêt-à-porter de Guy Laroche, en 1996, cuando comienza a desarrollar su talento y su sentido de la belleza. Un mes después de su última colección primavera-verano 1999 para la casa parisina, a la que volvió a poner en el mapa, Elbaz fue el primer estilista que sucedió a Yves Saint Laurent como director artístico de las colecciones Rive Gauche, contratado por Pierre Bergé.
Respetando los preceptos de estilo y la filosofía de su fundador, en esta etapa su visión también logró modernizar la marca, justo hasta la compra de la casa por el grupo Gucci y la llegada de Tom Ford. Pero fue con su nombramiento como director artístico del prêt-à-porter femenino de la Maison Lanvin, tras un breve paso por Krizia y después de uno de sus habituales años sabáticos, cuando Alber Elbaz se consagró como uno de los diseñadores punteros en el universo de la moda, renovando y devolviendo al mejor nivel una marca histórica con el empleo de textiles sublimes, drapeados de perfecto equilibrio, diseños de elegancia notable y una depuración formal de indudable belleza.
«Sed pioneros»
A pesar de haber convertido Lanvin en una marca de lujo global, en 2015 se vio apartado de la compañía por discrepancias con su propietario, el magnate taiwanés Shaw-Lan Wank. Su salida causó una verdadera conmoción en el sector, aunque ello no impidió que siguiera siendo una estrella deseada, tal y como lo prueba su colección cápsula para la marca italiana de zapatos Tod's, las invitaciones para dar conferencias y cursos en las mejores escuelas de moda o incluso la oferta de suceder a John Galliano en Dior, que no pudo aceptar porque seguía manteniendo un paquete accionarial en Lanvin.
«No seáis seguidores, sed pioneros. Procesad la realidad en la que vivimos y haced que avance hasta un lugar donde podáis tener vuestra propia voz». Ese fue el consejo que Elbaz dio en Madrid a los jóvenes creadores que participaban en la edición 2017 del 'Who's on Next', organizado por Vogue España. Una realidad y una contemporaneidad que siempre supo ver un creador singular, con voz propia y con un talento inmenso.
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