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Apenas ha durado abierta cinco años en Bilbao. JOTT, la firma de prendas deportivas y coloridas que presume de estar siempre en movimiento, saber disfrutar ... de la vida cotidiana, ser libre y sentirse en todas partes, ha pinchado en hueso con la tienda que abrió en Iparraguirre, una céntrica arteria que no atraviesa su mejor momento. Ha perdido varias enseñas en los últimos meses y el futuro tampoco pinta nada bien. La compañía gala, especializada en chaquetas ligeras rellenas de plumas, ha bajado la persiana sin esperar al arranque de la temporada primaveral, uno de los períodos más propicios para su mercado de clientes.
La compañía de plumíferos aterrizó en el País Vasco de la mano de Groupe Coti, el grupo con el que opera en España, en un local de 90 metros cuadrados repartidos en dos plantas. Meses después inauguró otro establecimiento muy parecido en San Sebastián; cuenta con una superficie de 91 metros cuadrados distribuidos igualmente en dos plantas. Con más de 350 puntos de venta en todo el mundo, JOTT opera en 43 países, pero el mercado bilbaíno se le ha atragantado.
JOTT, que se autodefine como una marca que va directamente al grano y se vanagloria de amar la libertad y diversidad, además de sentirse «universal», surgió en Marsella en 2010, de la mano de Mathieu y Nicolas Gourdikian. Pese al revés bilbaíno, JOTT, acrónimo de Just Over The Top, ha convertido a España en su segundo mercado. En 2019 facturaba en nuestro país 6 de los 70 millones de euros que facturó. Durante los últimos años ha impulsado un sistema de franquicias, alcanzando una relevancia aún mayor.
Comenzó vendiendo anoraks, para diversificar de forma paulatina su oferta. La empresa basa su éxito en su carácter «atemporal y transgeneracional» que irradia la energía creativa «en ingeniosos productos esenciales».
Especializada en moda urbana ha convertido las chaquetas de plumón en bolsas fáciles de transportar y las reversibles en su principales reclamos. La marca se distingue por los cortes rectos y entallados. Sus plumíferos, con y sin mangas o capuchas han encontrado un gran eco en un público de todas las edades. Está especializada en chaquetas ultraligeras para hombre, mujer y niño. Y ha hecho del color su leivmotiv. ¿Cómo?
Apostando con hasta una gama de 12 colores, aunque trabaja con 8 tonalidades de forma permanente. Abarca todos los mercados. En las últimas temporadas ha puesto el foco en las pistas de pádel y tenis.
«Sabemos combinar funcionalidad y creatividad. Estamos convencidos de que innovar también significa volver a lo básico, que la creatividad puede estar al servicio de la sencillez, que un estilo puede ser versátil». Por lo que fuera, la fórmula ha fallado en Bilbao, no así en la capital donostiarra. La villa suma así una nueva muesca en su (fallido) empeño por catapultarse como un mercado de referencia que empieza a resistírsele.
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