Casas en Bizkaia (con mucho arte)

Elisa, la interiorista que llena las casas en Bizkaia de sus propias obras de arte

La artista y diseñadora Elisa Beltrán de Heredia, vallisoletana de nacimiento y afincada en Bilbao desde hace más de un lustro, comenzó a pintar con tan solo 5 años. «También empecé muy pronto a devorar las revistas de decoración y me fascinaba todo», recuerda. Elisa veía arte en aquellas páginas: los colores, las formas y las texturas desbordaban su imaginación. Ese impulso creativo acaparó también parte de su adolescencia: fue a clases de pintura desde los 10 a los 14 años, pero después comenzó a estudiar Derecho. «Solo fue durante un curso, pero pronto supe que aquello no me llenaba», explica. Por eso cambió de tercio convencida de que tenía que hacer lo que más le apasionaba y luchar por su sueño: «Estudié Diseño de Interiores en Madrid y aquello sí que me hacía feliz. Teníamos una asignatura de dibujo y retomé el antiguo amor por la pintura, además de que aprendí mucho sobre la abstracción», cuenta.

Aquel cambio de rumbo fue el primer paso para encauzar su destino profesional. Hoy, con 31 años, compagina su pasión por el arte y el diseño de interiores desde Ele Studio, ubicado en su propia casa de Bilbao. «He trabajado en varios estudios, en Madrid y en Bilbao, pero hace dos años decidí abrir el mío propio. Y la verdad es que no puedo estar más contenta, no he parado de recibir proyectos», confiesa. Antes de llegar aquí, también trabajó en un gran estudio de arquitectura de Madrid. «Era muy prestigioso y tenía un sueldazo, pero el trabajo era a destajo y no me sentía feliz. Así que como tenía a mi novio en Bilbao, me vine a vivir y a trabajar aquí. Sentía también que volvía a mis orígenes, porque mi abuela era de Plentzia. Y la verdad es que estoy encantada. Quería trabajar a mi forma y a mi ritmo, ser dueña de mi tiempo», asegura.

 

Elisa había aprendido que el tiempo es lo más importante mucho antes de llegar a Bilbao. Fue a los 22 de años, cuando acababa de empezar en su primer trabajo y fue una de las 14 seleccionadas entre 1.400 para la Beca de la Fundación Antonio Gala de Córdoba para jóvenes creadores. «Dejé aquel trabajo porque supe que no podía perder esa oportunidad. Aprendí muchas cosas valiosas allí, pero la lección más importante me la dio el propio Antonio Gala en persona. Me dijo dos frases que nunca he olvidado: 'Tu no pintas con los ojos, pintas con el corazón' y 'Tus cuadros necesitan tiempo'. Era una persona muy especial e inteligente», recuerda emocionada.  Desde entonces, supo que tenía que parar y reflexionar, que no era cuestión de aceptar todos los encargos o de presentarse a todos los concursos. «No se trata de competir, no se puede hacer todo. Ya irá llegando lo que tenga que llegar».

 

Y, efectivamente, ha llegado. No solo por el hecho de que ha cumplido su sueño de montar su propio estudio de interiorismo, sino también por cómo se está desarrollando su carrera artística. Además de conseguir varios premios, acaba de dar un gran salto en su trayectoria. «Antes no tenía los cuadros en venta, simplemente, colgaba las fotos en Instagram y de vez en cuando me contactaban para pedirme alguno. Recuerdo todavía que mi primera venta fue en 2013. ¡Cómo olvidarlo! No tenía intención de crear una tienda online, pero un amigo me insistió y la tengo activada desde hace poco», detalla. A lo largo de estos años, los cuadros de Elisa han tenido compradores de diferentes partes del mundo: Suiza, Nueva York, Miami... «Creo que mis cuadros y acuarelas gustan porque dan mucha luz. En ellos trato de reflejar mi mundo interior y me inspiro mucho en la naturaleza, en mis viajes.. Aunque en los cuadros de gran tamaño prefiero jugar con la abstracción»,  explica.

Las creaciones de Elisa también han llegado a Valladolid o León gracias a diferentes exposiciones. Recuerda con especial emoción su viaje a la India en 2018 para inaugurar una muestra individual organizada por la Embajada española en el Instituto Cervantes de Nueva Delhi. «Fue una experiencia maravillosa, por la exposición en sí y por los colores y formas que se pueden disfrutar en la India. Para mí el arte está en todas partes. Lo veo en cada rincón y eso me da mucha vida y energía», confiesa. Ahora, su próximo reto es trasladar Ele Studio de su casa a un espacio propio. «Quiero encontrar el sitio perfecto para mí y que tenga mucha luz natural. Pero no tengo prisa, cuando lo encuentre sabré que es mi lugar», concluye.

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