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Idoia Odriozola, la bilbaína que clama contra el 'callo solar' tras sufrir un cáncer de piel.

Contra el 'callo solar'

La bilbaína que clama contra el 'callo solar' tras sufrir un cáncer de piel: «No hay rayos seguros»

Idoia Odriozola arremete en su blog contra quienes animan a tomar el sol sin protección. «Sufrí un melanoma genético, me han operado 7 veces y me he curado, pero otros mueren con esta práctica suicida», advierte

Miércoles, 26 de junio 2024

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En el blog 'Siéntete Admirable by Idoia Odriozola', esta bilbaína apasionada de la vida combina su lado más «loco» y divertido con el lado espiritual y reflexivo. Amante de la fotografía, afición que heredó de su padre, y de la moda, que le inculcó su madre, en la última entrada aparca el tono alegre y arremete contra el 'callo solar', una peligrosa tendencia viral en TikTok que promueve exponerse al sol sin protección para generar tolerancia y resistencia.

Idoia sabe de lo que habla porque un melanoma genético le ha obligado a pasar siete veces por el quirófano durante el último año y medio. Precisamente, por esta razón juzga una temeridad que 'influencers' y famosos como el futbolista del Atlético de Madrid Marcos Llorente alienten las quemaduras solares. «Los humanos, debido a nuestra poca exposición y al no estar acostumbrados a la radiación solar, estamos aumentando el riesgo. Pero si crees que el cáncer de piel aparece por culpa del sol, eres el rey de los ignorantes», recalcó. Odriozola advierte de que la piel es el órgano «más extenso que tenemos y que menos cuidamos» y apela a la responsabilidad para desmontar estos bulos tan peligrosos para la salud. La OMS prevé para 2025 un aumento del 20% de muertes por melanomas.

«Esta es la primera vez que voy a compartir con vosotros mi lado más íntimo y personal. Algo dentro de mí me ha dicho que es el momento de hacerlo porque creo que puedo ayudar y concienciar a muchas personas», se arranca a escribir en su popular blog. «El 'callo solar' consiste en exponerse al sol sin protección solar y de una manera continuada para que la piel desarrolle tolerancia al sol y a las radiaciones ultravioletas. Quienes la practican declaran que se tienen que quemar la piel de manera profunda para que su cuerpo resista a la radiación solar», detalla con asombro. «Deciros que los rayos ultravioletas, tanto los UVA como los UVB, pueden dañar la piel y causar cáncer de piel. No existen rayos seguros», alerta.

Marcos Llorente.

El año pasado, recuerda, le diagnosticaron un cáncer de piel, concretamente un melanoma, «menos frecuente que otro tipo de cánceres de piel, pero que causa la mayoría de las muertes debido a la rapidez con la que se propaga a otros órganos vitales, primero a los ganglios linfáticos cercanos y también puede expandirse a través del torrente sanguíneo», describe. «Deciros que si detecta a tiempo se cura, y aquí estoy yo», tranquiliza. «Yo tenía un lunar de nacimiento en el abdomen y la verdad que era difícil controlarlo o visualizarlo por la zona en la que se encuentra. Soy una persona con bastantes lunares y normalmente suelo acudir a controles periódicos para controlarlos. Pero, casualidades de la vida, desde la pandemia, con tantas cosas que nos tocó sufrir, no fui a mi dermatólogo», acepta.

«Tengo que pedir cita al dermatólogo»

Pasó el verano del 2022 en las playas de Cádiz y se dijo «'cuando suba a Bilbao tengo que pedir cita al dermatólogo a que lo miren'». No porque notase ningún cambio visual. «Simplemente he tenido el lado intuitivo muy desarrollado y soy tan espiritual que mi voz interior me decía que había que mirarlo».

Para su sorpresa demoró cuatro meses la petición de la cita. «Supongo que las células cancerígenas crecían a sus anchas», explica, ¿Por qué tardó tanto en acudir al especialista? Cuida las 24 horas de su madre, que se enfrentó a dos operaciones a vida o muerte tras romperse el fémur. Cuando por fin pudo coger fuerzas del cierre de un 2022 «demoledor», el 8 de enero de 2023 su médico de atención primaria le hizo una foto de ese lunar «que resultaba tan atractivo al lado de mi ombligo». Por «teleconsulta» la mandó al especialista. Al día siguiente la citaron en el hospital de Basurto.

Idoia Odriozola.

Tres médicos la esperaban

«Hablando entre ellos, pensé 'qué bien, igual me lo quitan'. Me miraron bien, y cuando les pregunté si me lo iban a quitar en ese momento, me dijeron, 'siéntate, Idoia, tienes un tumor maligno'. Así, de golpe», señala. Preguntó si le harían una biopsia, pero le contestaron que «no hacía falta». «Ya se veían las células cancerígenas», le informaron.

En vez de venirse abajo, sacó fuerzas de no se sabe dónde y dijo 'Idoia, eres la hostia'. «Supe que no me iba a morir, sin saber tan siquiera lo que se me venía encima. En dos meses y medio me intervinieron tres veces. En la primera operación le pusieron nombre a mi tumor maligno: 'melanoma'. Aunque dejaron márgenes libres, volvieron a intervenir de nuevo, no pensé que un lunar tan pequeño pudiera resultar tan peligroso. Pasé por 7 cirugías, ya que el organismo empezó a revolverse en las zonas más sensibles».

Una de las cosas que más huella le han dejado a Idoia es pensar que iban a operarla de un cáncer y «parecerle que iba a la peluquería. Cuando eres cuidadora dejas de ser YO para pasar a ser el TÚ. Ahí entendí que mi ama me había salvado la vida. Si ella se hubiese ido, yo me hubiese ido detrás. Nada es casualidad, todo pasa por algo», concluye.

Nunca fue consciente de que los cánceres de piel también mataban. «Qué equivocada estaba pensando que la piel no era tan importante, cuando es el órgano más grande que tenemos y con el que mayor facilidad se propaga al resto de órganos. Yo que soy una mujer de playa de toda la vida, aunque mi melanoma es genético (que espero que no vuelva a reproducirse), supongo que el sol no me ha ayudado mucho. Siempre lo he tomado con precaución pero tengo que confesar que, aunque he utilizado factores solares con protección alta, ha habido muchos días que me he quedado en las horas peligrosas de sol, justo las que tenemos que evitar, donde los rayos ultravioletas traspasan hasta los mejores fotoprotectores», advierte. «¿Quién no ha hecho locuras de jóvenes de tomar el sol con aquellas famosas cremas solares sin protección que te ponían morena en horas con aceite de coco?», se pregunta.

La popular bloguera recuerda la muerte, con solo 30 años, de la 'influencer' Patricia Rite, con la misma lesión que la suya, «en el abdomen y genético». «No todos han tenido la misma suerte que yo. Este mal no tiene edad, por eso quiero dar voz y visibilizar esta enfermedad».

Odriozola lanza un mensaje de esperanza –«el cáncer de piel se cura si se detecta a tiempo»– y asegura que la mejor prevención posible consiste en una exposición responsable al sol, «evitando hacerlo de forma prolongada y en horas centrales del día. Evitemos también las cabinas de bronceado artificial», recomienda mientras urge a frenar el 'callo solar'. «Es una tendencia suicida», zanja satisfecha tras haber recibido el alta. «Aunque las revisiones sean de por vida, cuento con la suerte de que si me vuelve a salir me lo cogerán a tiempo», confía. Pero no puede con gente como Marcos Llorente e 'influencers' que se asoman a las redes sociales para sostener teorías vacuas y superficiales sin ningún fundamento científico.

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