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Piso en Bizkaia (en Mundaka y con vistas a Urdaibai)
El piso con estilo de 75 metros y vistas a Urdaibai de una familia en MundakaLa interiorista Irantzu Hurtado ha transformado un piso antiguo y lúgubre en una vivienda de vacaciones luminosa y acogedora en la que ha aprovechado cada centímetro
Irantzu Hurtado siempre tuvo clara su vocación. De pequeña, le encantaba ir con su madre a las tiendas de decoración y antigüedades e imaginar aquellos muebles reconvertidos. «Mi madre siempre ha sido de hacer reformas en casa y crecí rodeada de revistas de interiorismo», recuerda. Licenciada en Arquitectura de Interiores por la Escuela de Artes Decorativas de Madrid, lleva casi 20 años dando forma a hogares que reflejan el estilo de vida y la personalidad de sus clientes. «Me gusta cuidar cada detalle y adecuarme a sus necesidades, así que me implico con cada proyecto como si fuese yo la que voy a vivir allí», asegura. Uno de sus últimos retos ha sido la reforma íntegra de esta vivienda de vacaciones junto al casco histórico de Mundaka para una familia de cuatro.
Lo que era un antiguo piso lúgubre, frío y deteriorado por la carcoma en el suelo se ha convertido en una segunda residencia acogedora y moderna para un matrimonio que reside en Bilbao y buscaba un hogar para disfrutar del verano con sus dos hijos adolescentes. «Hemos tirado todos los tabiques y planteado una nueva distribución, porque los propietarios querían tres habitaciones y dos baños. Inicialmente solo había uno, así que hemos jugado con cada centímetro», cuenta la interiorista, que hace un año trasladó su estudio al número 6 de Rodríguez Arias, detrás del Hotel Carlton.
Para ganar espacio en este piso de 75 m2, Irantzu se ha decantado por una cocina abierta al salón. «Los clientes querían que fuese blanca, así que he aportado el toque de calidez con unos tiradores de madera que me encantan y que he usado en otros proyectos, incluso en vestidores», cuenta. En las cocinas abiertas, la interiorista intenta crear continuidad visual utilizando el mismo suelo que en el salón para que el espacio parezca más grande. «Siempre doy mucha importancia a la zona común, porque es el espacio de día en el que se reúnen las familias, que solo suelen ir a su habitación para dormir». Las sillas de rafia y el entrepaño, es decir, el espacio entre el mueble alto y la encimera, en imitación madera hacen la cocina más acogedora. El toque de color lo aportan las puertas de la despensa en verde agua.
En el salón, predominan los tonos neutros con sofá beige y mueble de televisión lacado en blanco de Kave Home. Para dar un toque de vitalidad, ha introducido acentos de color en elementos decorativos como la lámpara en tono mostaza, las mesas auxiliares y el cuadro, regalo de la familia. «También es importante poner plantas, porque crean un ambiente relajante y hacen las casas más acogedoras», apunta la experta.
La vivienda también cuenta con una pequeña terraza a la que ha intentado sacar el máximo partido. «Hemos optado por una puerta corredera plegable para que quede totalmente abierta, sin ningún perfil. Al tratarse de una terracita con techo, casi nunca la cierran». Además de optimizar el espacio, Irantzu buscaba que pudiesen contemplar mejor las maravillosas vistas a Urdaibai. «Puse un espejo porque me daba pena que tuviesen que asomarse para disfrutar de una preciosa panorámica de la playa de Laida. Ahora hasta desde la cocina pueden ver el mar».
Irantzu ha separado la zona de día y de noche con una puerta de hierro lacada en negro y de cristal que favorece la entrada de luz natural a toda la vivienda. Además, de esta forma la zona de la cocina y el comedor pueden quedar cerrados cuando se esté cocinando, evitando que los olores se cuelen al resto de la casa.
En el dormitorio principal, destaca un cabecero a medida, que va de un lado al otro de la pared, a juego con el escritorio en nogal. Pese a su reducido tamaño y a que el apartamento cuenta con «numerosas paredes a 45 grados, que dificultaban la distribución de los espacios», la habitación dispone también de un armario empotrado de dos metros. Los tonos neutros de toda la estancia invitan a la relajación y el descanso.
El baño principal, que sigue la misma línea elegante y sobria del dormitorio, cuenta con un espejo en camerino que incluye iluminación LED. «Recuerda al que había en casa de nuestras abuelas, pero actualizado». Las paredes del baño se han revestido con un porcelánico con textura que imita a la piedra natural y aporta un toque muy acogedor. Los perfiles de la mampara, lacados en blanco, contrastan con la grifería en negro.
En este dormitorio juvenil, Irantzu ha sacado chispas a cada centímetro apostando por unas literas en blanco, una cómoda y hasta un escritorio. Con cojines estampados, cuadros coloridos y accesorios divertidos, esta habitación se ha convertido en un espacio alegre y con personalidad. Además, Irantzu ha adornado las paredes con un discreto papel pintado con textura para aportar calidez.
En el dormitorio de la niña, Irantzu juega con un papel pintado con textura y con otro de rayas horizontales, que resultan «más modernas que las verticales». Las baldas y el banco de rafia hacen la estancia más acogedora.
Y, por último, el baño de los hijos adolescentes, donde todo el protagonismo se lo lleva el papel pintado con peces globo de la firma Cole & Son. «En esta casa no he seguido un estilo específico, todo ha sido ecléctico. El proyecto se ha adaptado a los gustos y necesidades de los clientes, explorando elementos de diferentes estilos, como el nórdico, el clásico moderno, el romántico y el minimalismo», apunta la interiorista bilbaína.