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Las claves de una organizadora de espacios para hacer la mudanza paso a paso sin morir en el intento.
Cómo hacer una mudanza paso a paso: Cómo hacer una mudanza (y no morir en el intento)
Cómo hacer una mudanza paso a paso

Cómo hacer una mudanza (y no morir en el intento)

El paso a paso para que mudarse a un nuevo hogar no se convierta en una pesadilla

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Miércoles, 24 de agosto 2022, 14:05

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Casa nueva... vida nueva, pero antes hay que hacer frente a la temida mudanza. Una engorrosa tarea que supone el comienzo de otra etapa y, aunque debería ser un momento lleno de ilusión, a veces puede resultar muy estresante. Cuando has vivido en una misma vivienda mucho tiempo, es lógico acumular un montón de recuerdos, pero seguro que también has ido almacenando más cosas de las necesarias.

Por todo ello, si vas a mudarte y no quieres morir en el intento te dejo esta guía de supervivencia para que el proceso sea más sencillo.

Fase 1: Previa a la mudanza

Una buena planificación es fundamental para que la mudanza sea un éxito. Realiza una lista de tareas de todo aquello que deberás hacer antes y después de la mudanza. En ella incluye, por ejemplo, informar del cambio de dirección del domicilio allí donde sea necesario, dar de baja los suministros del hogar, preparar un listado del mobiliario o enseres que llevarás contigo, si vas a encargar una limpieza de la actual o la nueva casa…

En caso de contratar los servicios de una empresa de mudanzas, es recomendable hacerlo con tiempo. Compara presupuestos e infórmate bien de los servicios que incluye.

Revisa todas tus pertenencias. Antes del «gran día» piensa qué cosas vas a llevar y cuáles no. Es el momento perfecto para hacer un buen descarte y deshacerte de todo aquello que ya no utilizas o no quieres.

Agenda la mudanza cuando puedas disponer de tiempo: el fin de semana, vacaciones o, si tienes pensado pedir un día libre en el trabajo, recuerda hacerlo con al menos dos semanas de antelación.

- Prepara una maleta. Antes de comenzar a empaquetar tus cosas, separa y guarda todo aquello que necesitarás tener a mano durante el proceso, es decir, un kit de supervivencia básico. Es aconsejable coger ropa como para dos o tres días, documentación importante, cargadores, productos de aseo, medicinas, algún esencial de limpieza... Anticípate y te ahorrarás alguna que otra sorpresa.

Asegúrate que tu nuevo hogar está limpio antes de comenzar a meter cajas o muebles. De esta manera, cuando aterrices, será cuestión de abrir cajas y colocar cada cosa en su sitio.

Tanto si la mudanza la tienes contratada como 'full service', sólo el traslado o porque lo vayas a hacer de manera autónoma, comprueba aspectos como la posibilidad de cargar muebles en el ascensor, ya que hay comunidades que no lo permiten.

Fase 2: La mudanza

Ha llegado la hora de empezar a embalar y empaquetar tus pertenencias. Mi consejo es dejar esta parte a los profesionales y contratar una empresa de mudanzas, sobre todo, si vas a transportar mobiliario pesado o un gran volumen de pertenencias. Ellos disponen del material y medios necesarios para hacerlo de forma segura y rápida, pero si prefieres hacerlo tú, no lo dejes para el último día. Las cosas que no utilices a diario puedes ir guardándolas con anterioridad y un truco que puede ayudarte mucho es utilizar cajas con asas como éstas.

Reserva las cajas más pequeñas para los objetos más pesados y las grandes para los ligeros, además, necesitarás también cinta adhesiva, plástico de burbujas y periódicos o mantas, además de sábanas viejas para proteger las piezas más delicadas.

Etiqueta cada caja detallando qué contiene y a qué estancia corresponde. Es algo simple que puede resultar clave para una mudanza organizada y no te olvides de señalizar bien aquellas cajas con objetos frágiles, para que sean fácilmente reconocibles desde todos los ángulos.

Una vez las cajas vayan llegando a su nuevo destino, colócalas en la habitación que corresponde, así será más cómodo cuando vayas a desembalarlas.

Fase 3: Después de la mudanza

Ya en tu nueva casa, lo primero es hacer las camas. Te dará una sensación inmediata de hogar, y después del largo día de mudanza agradecerás poderte ir a dormir sin tener que ponerte a buscar sábanas a última hora con el cansancio y los nervios acumulados.

Empieza a abrir cajas por la más indispensable, como la cocina y los aseos; y a continuación vete dormitorio por dormitorio. Al igual que para embalar, mantener el orden e ir cerrando estancias, te dará una enorme satisfacción. ¡Ánimo!

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