¿Cómo afecta el confinamiento a la piel? Las claves para combatir sus consecuencias
El estrés, la modificación de la dieta y la restricción de movimiento durante la cuarentena pueden estar poniendo a prueba nuestro cutis, ahora apagado, seco y con acné
El confinamiento ha propiciado cambios físicos en muchos sentidos: cuerpo, pelo, manos… También en la piel del rostro, pero como en todo, las consecuencias no afectan por igual. La explicación es sencilla. La doctora Iratxe Díaz, de la clínica de medicina estética ID de Bilbao, distingue dos situaciones. Por un lado, se encuentran los episodios esporádicos. «Hay quien ha visto mejorar su cutis porque ha vivido la cuarentena de una forma relajada, ha aprovechado para mantener unos buenos hábitos y no se ha expuesto a los factores externos que hacen que la piel envejezca, como la luz ultravioleta y la contaminación del aire en las ciudades», explica. En el otro extremo, se encuentra la gran mayoría, que, por diferentes motivos, ha encarado esta nueva situación con nerviosismo, estrés, tristeza y ansiedad. Y la piel lo nota: ahora se ve más apagada y seca. Incluso, se ha desequilibrado desencadenando patologías previas, como el acné, la rosácea o la dermatitis.
Los grandes enemigos: el estrés, la modificación de la dieta y la restricción de movimiento
La doctora Sara Carrasco, dermatóloga y médico estético en la clínica Dra. Sara Carrasco de Bilbao, destaca tres grandes enemigos de la piel durante la cuarentena. «En primer lugar, el estrés provoca un incremento de producción de cortisol y adrenalina. Como consecuencia, se genera un aumento de la inflamación cutánea, una alteración del sebo que producen nuestras glándulas sebáceas y una disminución de la producción y reparación del colágeno», apunta. Tal y como indica, la angustia también provoca que se active la hormona de la melanina como mecanismo de defensa antioxidante, produciendo manchas en la piel, a pesar de no haber estado expuestos al sol.
Los otros dos motivos de la alteración de la piel durante el confinamiento están directamente relacionados con la modificación en la dieta y la restricción de movimiento. Díaz coincide en que en estos días se come «un poco peor». Se consume una mayor cantidad de alimentos altos en grasas y azúcares y bebidas alcohólicas. Por otro lado, Carrasco indica que la disminución de actividad reduce la oxigenación periférica de los tejidos faciales y la producción de hormonas relacionadas con la felicidad y el bienestar, como la serotonina y la dopamina.
Díaz reconoce que no haber expuesto la piel facial al sol durante el confinamiento tiene efectos beneficiosos: «se disminuyen los signos de envejecimiento y se previene el cáncer». Pero la profesional también considera importante no descuidar la vitamina D de la dermis. «Para ello, recomiendo asomarse a la ventana 20 minutos al día para que la luz nos de en brazos y piernas. También es conveniente ingerir alimentos ricos en esta vitamina, como el aguacate, los lácteos enteros o el pescado azul», explica.
También advierte que establecer una rutina en estos días es un aspecto clave que disminuye el estrés. Y el cutis lo agradecerá. «Hay que cuidar las horas de sueño y seguir unos horarios fijos que nos permita diferenciar los distintos momentos del día. Así tendremos la mente ordenada», detalla. Además, desvela que con un estilo de vida saludable también podemos combatir la angustia. El secreto está en incluir en nuestros hábitos una alimentación equilibrada y el ejercicio físico en la medida de lo posible.
Por otro lado, Carrasco admite que no todo ha sido negativo estas semanas: «Hemos tenido la oportunidad de cuidarnos con más detenimiento, ahora disponemos de mucho más tiempo que en nuestra ajetreada vida normal. En muchos casos, este periodo excepcional ha supuesto un inicio en las rutinas de cuidado facial». Y si ya disponíamos de una, Díez reconoce que estar confinados en casa no significa que nos tengamos que olvidar de ella. «En un principio, si funcionaba no deberíamos cambiar nada. Pero es posible que, con el estrés que estamos viviendo, no sea suficiente. Si es así, necesitaremos algún tratamiento aparte», declara.
Las doctoras coinciden en que limpiar el rostro dos veces al día, por la mañana y por la noche, es un paso fundamental en nuestra rutina facial, a pesar de que no nos hayamos maquillado. «Un cutis que no ha sido preparado de forma adecuada no aprovecha los principios activos del tratamiento. Es un error muy común», zanja Carrasco. Además, la experta añade que el producto para realizar la limpieza debe ser personalizado para la necesidad de cada piel. «Durante estos días desaconsejamos los jabones naturales, ya que su pH (el grado de acidez), irrita la piel. Es más adecuado elegir los limpiadores 'syndet', que están hechos con detergentes sintéticos». Para aquellas pieles que presenten brotes, Díaz recomienda utilizar jabones sin detergente o agua micelar. Además, advierte que es conveniente realizar suaves exfoliaciones en casa, entre una y tres por semana, para retirar las células muertas.
Ahora es el turno de embadurnarse la cara con las cremas. Carrasco explica que los productos de día y de noche deben ser diferentes porque las necesidades no son las mismas. Por las mañanas, y tras la limpieza, es recomendable hidratar el cutis con una crema hidratante adecuada para cada tipo de piel, dependiendo si es grasa, mixta o seca. Además, Díaz admite que aplicar protección solar todos los días del año es el tratamiento antiedad más eficaz. También durante el confinamiento, ya que la luz azul que emiten los aparatos electrónicos afecta al envejecimiento de la piel. «Es ideal introducir en la rutina de belleza matutina un sérum antioxidante para bloquear y neutralizar los rayos que se pueden colar en la protección», confiesa. Las cremas de noche, sin embargo, deben renovar las células de la piel. Un buen ejemplo son los retinoides, que redensifican la dermis y aumentan el colágeno.
A partir de los 20
Limpieza y cremas 'todo en uno'
Es un buen momento para empezar con una buena rutina facial. Carrasco indica que lo más importante es la limpieza y tratar los defectos relacionados con el acné o sus cicatrices. «También hay que prevenir la aparición precoz de las manchas», específica. La doctora Díaz, por su parte, reconoce que es hora de usar cremas 'todo en uno', como las 'BB Cream'.
A partir de los 30
Tratamientos avanzados para las arrugas y las manchas
En esta etapa aparecen los primeros signos de la edad, debido a la disminución de colágeno. La piel pierde turgencia, disminuye su luminosidad y se ve fatigada. «Debemos empezar a plantearnos tratamientos más avanzados para hacer un buen trabajo preventivo y reparador de machas y de fotoenvejecimiento con principios activos, como la vitamina C», precisa Carrasco. Para combatir estos problemas, Díaz sugiere unas técnicas de medicina estética preventiva como la luz pulsada para eliminar el daño solar acumulado y los tratamientos con toxina botulínica para que no aparezcan arrugas de expresión. «También podemos empezar a utilizar cosméticos con mayores concentraciones de principios activos para hacer tratamientos más intensivos como los sérums o ampollas», explica.
A partir de los 40 y 50
El retinol el mejor aliado
A estas edades, las arrugas se pronuncian y se empieza a perderse el óvalo facial (los contornos de la cara). De esta manera, es importante frenar el paso del tiempo con productos con un alto poder 'antiaging', como los sérums con principios activos. «Por la noche, el retinol es nuestro mejor aliado», zanja Carrasco. Además, advierte que a pesar de que se utilice cosmética médica con principios activos potentes, hay que tener en cuenta que ningún cosmético penetra más allá de la epidermis. «Debemos actuar mediante la dermatología y medicina estética con unos tratamientos de 'Skin Quality', en los que se inyecta ácido hialurónico».
A partir de los 60
Retinol, ácido hialurónico y antioxidantes
La piel se vuelve más seca, más sensible y reactiva. Además, las arrugas se aprecian por todo el rostro y la flacidez es latente. Díaz indica que el retinol deberá ser la base del tratamiento antienvejecimiento. «También se necesitará aplicar ácido hialurónico y antioxidantes, pero en unas fórmulas más emolientes y muy nutritivas».
