La afluencia a los toros en Aste Nagusia marca mínimos históricos tras caer un 8%
El Ayuntamiento achaca el descenso de 60.000 espectadores a «la climatología» y la escasa presencia de jóvenes en los tendidos, y anuncia precios más bajos para la feria del próximo año
Una faena redonda en el ruedo y frustrante en los tendidos. Vista Alegre ha combinado luces y sombras. Ha cerrado la que ha sido posiblemente ... la mejor feria de los últimos cuarenta años, con la presencia de excelentes ganaderías y faenas para enmarcar, especialmente la del murciano Paco Ureña, que salió por la puerta grande tras cortar cuatro orejas. No se veía algo igual en Bilbao desde 1964, cuando Manuel Benítez 'El Cordobés' oficiaba de principal figura y colgaba a todas horas el 'no hay billetes'.
Sin embargo, el balance artístico, saldado con la concesión de 20 orejas -cifra récord en la historia del coso bilbaíno-, ha contrastado con las pobres entradas registradas prácticamente todos los días, salvo el jueves en que se superaron los tres cuartos. Por supuesto, los llenos han pasado a la historia, La desbandada de la afición ha sido una puya difícil de asumir para una plaza que ha recuperado, por el contrario, todo el crédito en el ámbito taurino.
El coso de Martín Agüero ha marcado mínimos históricos al caer la asistencia a unos 60.000 espectadores, un 8% menos que el ejercicio anterior. Esta cifra contrasta con la registrada en 2007, en los inicios de la crisis económica, cuando los carteles arrastraron a 105.000 aficionados, gracias al elevado número de entradas que adquirían entonces grandes empresas.
La sangría es constante. En los últimos doce años, Vista Alegre ha perdido el apoyo de casi la mitad de su afición, a razón de unos 4.000 espectadores por temporada. Si el festejo inaugural de rejones, con la presencia de los Hermoso de Mendoza, padre e hijo, preludió una feria de escaso tirón en taquilla al cubrir solo un tercio de plaza, las cosas tampoco mejoraron en los días siguientes. Hasta los toros de Victorino Martín, un seguro en otras ocasiones, perdieron fuelle, ya que solo llevaron a 4.000 personas.
Además, a diferencia de ediciones precedentes, cuando la llegada de las figuras iba animando el ambiente y poblando los tendidos, esta vez tampoco funcionó el efecto de las vacas sagradas. Enrique Ponce, Ginés Marín y Diego Urdiales reunieron el pasado martes a 6.500 personas -menos de media entrada- e hicieron saltar todas las alarmas.
El socialista Alfonso Gil, administrador general de Vista Alegre desde el pasado julio, achaca el descenso a «la adversa climatología» de los tres primeras tardes y a la escasa presencia de jóvenes. «Me gustaría ser optimista. El público joven está volviendo a las plazas en el conjunto de España y Francia. En Bilbao también se ve gente joven, pero en menor número que en otros sitios», confiesa. No obstante, se resiste a tildar «desastre» el balance, que dará a conocer «de modo definitivo» en las próximas semanas. El edil de Movilidad admite que «nos ha faltado público» y que la caída puede andar entre el 7% y 8%. «Son números que todavía hay que pulir, pero por ahí andarán, más o menos», cuantifica. Pese a restar importancia, el Ayuntamiento no pasa por alto esta caída y se ha comprometido a realizar «una profunda reflexión» para analizar «el cóctel de causas» que han conducido a la Junta Administrativa a presentar los peores resultados desde 1962, cuando se levantó la plaza nueva. «Tenemos que pensar en qué debemos mejorar». esgrime.
Explotar el mercado exterior
Por de pronto, el Consistorio tiene previsto rebajar el próximo año el precio de las entradas y apostar por una «política comercial un poquito más agresiva» con el establecimiento de «paquetes especiales para hoteles y turistas. Se hace en otras plazas y aquí se puede llevar a cabo de forma mucho más incisiva».
Con la presencia cada vez mayor de espectadores foráneos, Alfonso Gil urge la necesidad de «explotar más el mercado exterior» al entender que no se está rentabilizando «toda la población flotante» con la que cuenta ahora Bilbao. «Tenemos un potencial que no hemos desarrollado suficientemente. Disponemos en los aficionados mexicanos, franceses y norteamericanos, especialmente, de un vector de crecimiento muy importante». Gil está convencido de que el modelo de «gestión indirecta» que comandará la familia Chopera servirá para sacar «más chispas» al coso y revertir la actual situación, con la celebración no solo de festejos taurinos, sino de eventos deportivos de «gran nivel» a lo largo de todo el año.
En su contexto
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2007 marcó los mejores registros de las últimas décadas al contabilizar la presencia de 105.000 espectadores. Vista Alegre ha perdido en los últimos doce años casi la mitad del apoyo con la desaparición de 45.000 aficionados. Cada año se deja una media de 4.000 asistentes.
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3.500 espectadores La feria de este año ha presentado una imagen desoladora en los tendidos. El festejo inaugural de rejones solo concitó la atención de 3.500 personas. Fue el peor estreno de la historia. Pero las cosas tampoco mejoraron mucho los días siguientes. Ni los toros de Victorino Martín ni el seguro que suele ser Enrique Ponce animaron los tendidos. Por primera vez en su dilatada carrera, el diestro valenciano cerró una tarde en Bilbao sin alcanzar los tres cuartos de entrada.
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10.400 personas congregó la mejor entrada del ciclo de este año, en un coso con capacidad para 14.871 espectadores. Fue la corrida del jueves, lidiada por Ponce, El Juli y Luis David.
Las reacciones
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Alfonso Gil | Administrador general de Vista Alegre «El público joven está volviendo a las plazas, pero en Bilbao menos que en otros sitios»
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Estrategia diferente «Hay que hacer una política comercial más agresiva y llegar a los hoteles y a los turistas»
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