La Viña del Ensanche cierra cuatro meses por reforma en vísperas de su centenario
Los tres hermanos que dirigen el negocio familiar, fundado en 1927, mantendrán la «esencia» de local, aunque a la vuelta cerrarán la tienda
La Viña del Ensanche, uno de los establecimientos hostelero más emblemáticos de Bilbao, se ha tomado «una breve pausa», aunque volverá «como siempre», remarca un ... cartel colocado por Verno, la firma de interiorismo que se encargará de llevar a cabo una «reconstrucción total».
Las obras de reforma arrancaron a finales de julio y se prolongarán algo más de cuatro meses. La intención es que vuelva a reabrir las puertas a principios de noviembre. A la conclusión de los trabajos, señala Mónica Bautista, una de las tres personas que dirige este negocio familiar, junto a sus hermanos, Juan y Elena, el popular restaurante regresará con la «misma esencia».
«Queremos conservar el espíritu original lo máximo posible», confiesan los propietarios, partidarios de un cambio que, a su juicio, se antojaba necesario para que, paradójicamente, «todo siga igual. Queremos que la clientela siga manteniendo el mísmo vínculo espiritual que nosotros descubrimos cuando nuestro padre nos traía de pequeños aquí. Lo que no queríamos es que la gente entrara y dijera 'hala, se han cargado La Viña'», admite.
La pretensión de la tercera generación es transformar el local en un «'viejo renovado'» y «mejorar» las condiciones de trabajo de los 34 empleados, especialmente de los cocineros. «Hacía muchos años que no hacíamos una reforma y había cosas que se estaban quedando viejitas», admiten. Los nuevos hábitos de consumo han impulsado una rehabilitación que afectará fundamentalmente a los fogones como consecuencia del viraje experimentado por la restauración bilbaína con la llegada de tantos turistas. «Antes teníamos mucho trabajo de barra, pero los tiempos han cambiado y lo que vende mucho ahora es la cocina», matiza.
«Muchísimo calor»
Cuenta Mónica que los cocineros pasaban «un calor horroroso», por lo que decidieron que «había que hacer algo. Nos hemos lanzado a la piscina para que puedan trabajar más cómodos», detalla. El local dispondrá de un nuevo sistema de insonorización e incorporará los últimos aparatos de extracción de humos, además de estrenar nuevos baños. La idea inicial era compaginar esta rehabilitación con el mantenimiento de la actividad comercial, pero la familia descartó finalmente esta alternativa «porque habría provocado muchos más retrasos. Hemos decidido tirarlo todo, lo que nos ha llevado a coger un ERTE por fuerza mayor», detallan
La 'nueva' Viña mantendrá algunos de sus elementos más singulares, como las mesas y taburetes presentes desde 1950. «Eso no se va a tocar. Las mesas van a volver nuevas, arregladas y barnizadas», garantizan. En cambio, ha sido imposible conservar el panel que recorría las paredes del comedor, al estar «apolillado por culpa de las humedades».
Pese a reinvidicar su estilo clásico, los cambios en el popular restaurante de la calle Diputación se apreciarán al primer golpe de vista ya que la tienda pegada al local desaparecerá de forma definitiva.
«Los turistas nos salvan muchas noches»
La desaparición de la tienda, donde la familia Bautista vendía toda clase de exquisiteces, traerá una importante consecuencia. El restaurante ganará en amplitud. «La zona del comedor la vamos a ampliar un poquito más», adelanta Mónica. En el área de barra habrá también «alguna novedad», aunque quedará «prácticamente igual». A dos años de la celebración de su primer centenario, la Viña del Ensanche agradece la transformación de la capital vizcaína. «Los turistas nos salvan muchas noches», asegura Mónica, que atribuye el éxito de su negocio a los consejos de su padre. «Siempre nos recordaba que había que dar bien de comer y a buen precio, además de no engañar al cliente, aunque si te metes en muchos fogones, no ves fuego», lamenta.
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