Los últimos mensajes de la vizcaína asesinada en Castro Urdiales: «No dices nada para evitar conflictos y vives en conflicto por no decir nada»
Silvia López Gayubas acudía habitualmente a las redes sociales para compartir reflexiones vitales y filosóficas
Era una costumbre que solía hacer habitualmente y dejaba entrever su sensibilidad. A Silvia López Gayubas, la vizcaína de 48 años asesinada dentro de un coche aparcado en un garaje de una urbanización de Castro Urdiales y cuyos dos hijos adoptados han sido detenidos como posibles autores del crimen, le gustaba varias veces a la semana subir en sus redes sociales frases espirituales y filosóficas acompañadas en muchas ocasiones de bonitos dibujos. Era una forma de expresar sus emociones al mundo. Y entre los últimos publicados, antes de que le arrebatasen la vida este miércoles, uno llama especialmente la atención. «Qué ironía. No dices nada para evitar conflictos y vives en conflicto por no decir nada», publicó en su muro de Facebook el pasado domingo.
Tan solo tres días después, su cuerpo apareció con una bolsa en la cabeza, signos de violencia y una cuchillada en el cuello en el garaje de una urbanización de la calle Monte Cerredo, en Castro Urdiales. Sus dos hijos adoptados, de origen ruso y de trece y quince años, fueron detenidos esta madrugada como presuntos autores del crimen, según la Delegación del Gobierno en Cantabria. Para el mayor, la Fiscalía de Menores ha solicitado al Juzgado de Menores que adopte la medida cautelar de internamiento en régimen cerrado durante seis meses. Según ha podido saber EL CORREO, los menores llamaron a su abuela, que vive en un chalé contiguo, para contarle que «los habían secuestrado» antes de desconectar el móvil.
La vizcaína asesinada ejercía como catequista y trabajaba como celadora en el hospital de Cruces de Barakaldo. En su entorno nada hacía sospechar este trágico desenlace para una vida que aparentaba total normalidad. Tampoco en sus redes sociales, donde precisamente presumía de sus «dos niños» y era muy activa. Su muro de Facebook se llenaba de mensajes muy poéticos. Incluso filosóficos. «Lo que uno ama en la infancia se queda en el corazón para siempre», compartía el sábado. Era una frase de Rousseau. «Somos instantes», «Urgen muchas más dosis de empatía», «Hoy es el mañana del que hablaste ayer»... En el más reciente se muestra una imagen de Vincent van Gogh. «Lo que el color es para una pintura, el entusiasmo es para la vida». Fueron sus últimas palabras en redes sociales.
