De la 'cosa esa' de internet al internet de las cosas
La empresa donostiarra Hispavista, especializada en publicidad y servicios en la red, cumple veinte años orgullosa de haber sido varias veces visionaria. Nació en el dormitorio de los hermanos Elósegui, al más puro estilo Apple, y ha sobrevivido a casi todos sus coetáneos
julio díaz de alda
Domingo, 26 de junio 2016, 01:35
Si hay un ámbito empresarial extremadamente competitivo, en el que a cada minuto surgen en cualquier parte del mundo nuevas ideas y nuevos 'gurús' que todo lo iluminan, apagando lo anterior, ése es el de internet. Una jungla en la que tiene enorme mérito perdurar.
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Por eso, la donostiarra familia Elósegui, creadora, desarrolladora y propietaria de Hispavista, que estos días cumple 20 años, puede estar más que orgullosa. Orgullosa de, sin haberse movido de aquí ni sucumbir a cantos de sirena, haber triunfado en el negocio 'on line' tras dejar en el olvido a firmas coetáneas como Olé, Ozú, Navegalia, Geocities, Altavista, Telepolis, Ale-hop o Lycos. ¿Se acuerdan de ellas?
Aunque parezca mentira, en ese espacio de multinacionales y cifras millonarias (véanse los 26.000 millones de dólares pagados por Microsoft por LinkedIn), lo que nació en un dormitorio de una sencilla casa de Amara en los primeros años noventa sigue en San Sebastián (en concreto, en Igara), empleando a cincuenta personas y facturando unos 40 millones de euros al año. Y lo más importante: sigue dibujando y hasta inventándose el futuro, convertida hoy en una firma líder en publicidad y servicios empresariales en la red.
Analizar, aprender y ayudar al ciudadano desde la nube
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Una red de nodos que pueden recibir y explotar todo tipo de datos, guardarlos en la nube y comunicarlos para una gestión municipal eficiente. Esto es e-Menhir, un proyecto piloto encabezado por la compañía donostiarra, enmarcado en su división Hispavista Labs, y sostenido por once organizaciones vascas que cuentan con subvenciones del programa Etorgai junto a otras ayudas vascas y europeas. Según los desarrolladores de este producto, e-Menhir sirve para controlar y optimizar servicios municipales como el alumbrado público, la circulación de vehículos y peatones, la detección de contaminación atmosférica y acústica, la gestión de plazas de aparcamiento o la mejora de la recogida de desperdicios. A la vez, cada nodo puede actuar como soporte WiFi, Bluetooth o NFC (tecnología, por ejemplo, del bono-bus) y compartir información o márketing con cualquier usuario.
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El principio por el que opera e-Menhir es la combinación de multitud de datos o patrones muy repetidos (los llamados Big Data) con unos algoritmos que permiten ordenar esos datos, procesarlos y actuar en consecuencia, en un sistema llamado machine-learning, que consiste en que la propia máquina va aprendiendo a enfrentar situaciones cotidianas. Esto se consigue induciendo a la máquina a actuar mediante ejemplos y patrones sencillos. Una vez interiorizados estos patrones, la máquina puede trabajar autónomamente. El método de este ingenio es el siguiente. Una serie de nodos receptores recogen los datos para los que han sido programados (por ejemplo, búsqueda de plazas libres de aparcamiento). Toda esa información se reconduce inmediatamente a un nodo central, que es el encargado de unificar los datos y subirlos a la nube. La aplicación de la nube para almacenamiento y proceso de los datos, obra de Hispavista Labs, reúne y archiva la información, a la espera de que los Ayuntamientos de las ciudades correspondientes decidan qué medidas se tomarán al respecto. «La conexión entre muchos actores (ciudadanos, turistas, ayuntamientos) permite un intercambio de información y un mercado enorme», afirma Unai Elósegui, fundador y director general de Hispavista. La apuesta de futuro de Hispavista Labs tendrá lugar, según él, en el ámbito de las máquinas inteligentes y la integración de múltiples máquinas por internet. La posibilidad de incluir publicidad y elementos de márketing web para el consumo de cualquier plataforma online abre un inmenso panorama que permite, según Elósegui, «explorar y explotar cosas nuevas basados en la experiencia que ya tenemos». «Hay oportunidades de negocio muy jugosas, si la tecnología hace a las máquinas cada vez más inteligentes y cada vez más capaces de previsión», afirma el empresario.
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Las empresas que han participado en este proyecto son Euskaltel (servicios de internet y telefonía), Ibermática (infraestructuras e integración de sistemas de información), Masermic (desarrollo de productos electrónicos de alto rendimiento), Dinycon (optimización de movilidad y energía sostenible), STT Ingeniería y Sistemas (sistemas de análisis y captura del movimiento), IK4-Tekniker (tecnología aplicada a la empresa), GAIA-Cluster TEIC (Asociación de Industrias de las Tecnologías Electrónicas y de la Información del País Vasco), Instituto Ibermática de Innovación (desarrollo de productos de I+D+i) e Hispavista Labs (servicios web e I+D+i en internet para empresas). Colaboran también los Ayuntamientos de Bilbao y Zamudio, Cimubisa (Centro Informático de Bilbao) e iParksa. El objetivo de la tecnología Smart city, de la que forma parte e-Menhir, es construir en la ciudad una infraestructura de desarrollo sostenible, que aumente la calidad de vida de los ciudadanos, que aproveche al máximo los recursos disponibles y fomente para ello la participación ciudadana.
Unai Elósegui, director general de Hispavista, ríe al recordar aquel dormitorio en la casa de sus aitas. Fue allí donde su hermano Jon (el creador de todo) comenzó la historia en 1991 cuando, después de visitar a Paul, el hermano mayor, que hacía su tesis en la Universidad de Oxford, empezó a trastear con internet, las 'http' y los correos electrónicos, que por aquel entonces se circunscribían al mundo universitario.
Entre libros, apuntes de la carrera de ingenieros (los tres hermanos han estudiado en Donostia) y ropa de deporte Jon corría triatlones cuando tampoco casi nadie sabía qué era eso un universo de ordenadores caseros (algunos los mandaba Paul, rescatados de la basura de Oxford) conectados entre sí comenzó a crecer. La cuarta Elósegui, Miren, estudió Administración de Empresas en la Este, y tras un exitoso periplo en el ámbito financiero internacional, regresó a casa y hoy es la directora de Desarrollo de la empresa. Quienes les conocen saben bien que toda la familia es, sencillamente, brillante.
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«Aquello de los ordenadores fue antes de Hispavista; era como tener un servidor en el cuarto, que servía para que los frikis de Linux se conectaran entre sí», apunta Unai. El verdadero germen de la empresa fue el buscador que hizo Jon como proyecto de fin de carrera. Así, como suena, un buscador. La cosa es que tuvo éxito, atrajo mucho tráfico para la época y, en 1996, se lanzó al mercado.
Adelantados a su tiempo
Poco más tarde, y gracias a ese espíritu visionario, la empresa puso en marcha portales 'nicho', algunos de los cuales mantiene hoy (como www.labolsa.com o www.trabajos.com). Hasta se adelantaron demasiado con algunos proyectos, como con un portal de intercambio de vídeos que, años antes de YouTube, no contaba con la tecnología para que los usuarios subieran sus creaciones.
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Tras un periodo en el que la mitad de la empresa estuvo en manos de terceros (la francesa Liberty Surf y después la Italiana Tiscali), los Elósegui retomaron el control. Corría 2002 y apostaron por la diversificación de negocios y de fuentes de ingresos.
Surgieron Hispavista Soluciones (dirigido a empresas, a las que se ofrece, entre otras cosas, soluciones de márketing digital) o Hispavista Labs, que a finales de 2010 (la fecha tiene su importancia) surgió como el primer centro español de investigación dedicado íntegramente a la I+D+i en internet. Este laboratorio está adscrito a la Red Vasca de Ciencia y Tecnología.
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Esta suerte de 'joya de la corona' que se apoya a diario en la filosofía del 'ensayo y error' tiene el foco puesto en la adaptación y creación de tecnología y la búsqueda de nuevos modelos de negocio dentro de la red, como puedan ser la Industria 4.0 o el internet de las cosas. Es la punta de lanza de la vanguardia de una compañía en la que, como sucedía en sus orígenes (en aquel dormitorio), aún puedes encontrar a alguien montando o desmontando algo en una mesacon una lupa y rodeado de cables y chips.
«Lo que hicimos al empezar a diversificar fue aprovechar nuestra enorme experiencia hasta esa fecha en el mundo de internet para dar soluciones a la empresa», incide Elósegui, quien pone de relieve que «en esto, como en otras muchas cosas, las canas son un grado y siempre ayudan».
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«Nosotros experimentamos mucho con nosotros mismos, abrimos y cerramos puertas constantemente para ver si hay posibilidades de negocio, y eso nos da un margen enorme; piense que no es lo mismo ver los toros desde la barrera que haber toreado mucho ahí abajo. Ahora estas cosas están muy de moda, pero nosotros llevamos muchos años trabajando en ello», destaca Unai Elósegui.
«El 'Big Data' está mucho más desarrollado en internet que en la industria, pero también en esto tenemos abiertos varios proyectos; se trata de que las máquinas sean más listas y, por tanto, a base de medir todo se puedan rebajar los costes de mantenimiento o predecir su comportamiento», afirma.
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Y otro mensaje a la industria tradicional o a quien no esté ya en la red: «Aunque pensemos que vendemos, por ejemplo, máquina herramienta de un millón de euros la unidad, y que eso no se va a vender por la red, el cliente, el comprador, ya es digital, así que hay que estar en internet. Si tú no estás, estará otro».
«La red no es una 'yujulandia' en la que llueven los millones»
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Una de las cosas que apasiona a Unai Elósegui se le nota en cuanto se lo mencionas es ayudar desde la experiencia acumulada a las nuevas generaciones de tecnólogos y emprendedores del País Vasco. A «la chavalería», como dice. Por eso él y el resto del clan Elósegui disfrutan escuchando y atendiendo a «los que crearán las empresas en las que trabajarán mis hijos», añade el director general de Hispavista. «Es una gozada», asegura quien es uno de los mejores y más apreciados mentores (al menos en el campo de la tecnología) de Euskadi. Eso sí, matiza, junto a la excelencia y el esfuerzo diario, uno de los mensajes que más repite es el de que «internet no es una 'yujulandia' en la que te llueven los millones hagas lo que hagas». «Esto es un negocio, y tienes que hacer cosas que necesite el mercado, el cliente, y las tienes que hacer mejor que los demás», advierte.
Uno de los puntos fuertes de Hispavista es el márketing programático basado en algoritmos. ¿Le suena aquello de que usted busca en internet un hotel en Zarautz y, automáticamente, la red o alguna de sus aplicaciones favoritas le ofrece, sorpresivamente, restaurantes próximos a la playa zarauztarra y cursillos de surf? Pues eso.
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Es algo en lo que la firma donostiarra es experta. «Funciona muy bien, sobre todo en todo lo que es B2C ('business to consumer') y cuando hay gran volumen de transacciones; en México, por ejemplo, nos piden multiplicar por diez la inversión inicial, y lo logramos», dice.
Cuestionado por cómo será el Hispavista de dentro de 20 años, Unai Elósegui explica que será «diferente». «Antes podías hacer tú mismo todo y valía, ahora existe un grado de especialización bestial, que supongo será mayor cuanto más tiempo pase», concluye.
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