El 'supertúnel' del TAV llegará a la estación de Abando por Juan de Garay
El Gobierno vasco aprobará el martes el protocolo por el que el Estado le cederá la ejecución del proyecto
El Gobierno vasco aprobará el próximo martes la encomienda de gestión pactada con el Estado por la que asumirá el diseño y la ejecución del ... túnel Basauri-Cantalojas que llevará el Tren de Alta Velocidad hasta el centro de Bilbao. Se trata del penúltimo trámite político antes de que el proyecto, que acumula un descomunal retraso, quede en manos autonómicas y pueda empezar a tomar forma.
El plácet definitivo lo debe otorgar el Consejo de Ministros, que dará luz verde definitiva durante las próximas semanas a una operación a la que las administraciones ponen cifras por primera vez, según los documentos a los que ha tenido acceso EL CORREO. Se estima que la obra de la galería -incluyendo las labores administrativas previas- se prolongará al menos durante ocho años ya que ese es el periodo de vigencia que se otorga a la encomienda de gestión, aunque es prorrogable. También aparece una estimación económica del proyecto: la inversión necesaria rozará los 273 millones, de los que 220,3 se destinarán a la obra civil y 52,7 a la superestructura -vías, catenaria...-. El dinero lo adelantará el Ejecutivo vasco y luego los descontará del Cupo que entrega al Gobierno central.
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El 'supertúnel' tendrá una longitud cercana a los 7 kilómetros. Aunque el diseño definitivo le corresponderá a Euskal Trenbide Sarea -sociedad pública dependiente del Gobierno autonómico-, ya están sobre la mesa los primeros esbozos. El TAV entrará en la nueva galería cuando supere el viaducto de Zaratamo y avanzará bajo tierra en paralelo a los túneles de Malmasin y la A-8 descendiendo progresivamente hasta quedar bajo la autopista a la altura de La Peña. En el entorno de Larraskitu el trazado soterrado girará hacia San Adrián para encarar después la calles Juan de Garay y llegar a la estación de Abando por la actual playa de vías.
Son varios los condicionantes que llevan a ETS a optar por este trazado. El primero es la imperiosa necesidad de evitar el barrio de Miribilla, cuyo subsuelo lleno de minas ya provocó graves problemas de cimentación al construir el Bilbao Arena. El segundo es que el descenso debe ser muy gradual -y largo- ya que los trenes de alta velocidad no tienen la capacidad de un Cercanías para superar grandes pendientes. El tercero, que al alejar lo máximo posible el túnel de núcleos poblados las obras pueden avanzar más rápido al ir abriendo paso con explosivos.
Lo que está sobre la mesa, al fin y al cabo, es ejecutar una galería un kilómetro más larga que la Línea 3 de Metro. Aquellas obras, sin contar las labores burocráticas previas, duraron 9 años. El cálculo ahora mismo es que los trabajos de la nueva galería puedan arrancar en 2024. En cuanto se active la encomienda de gestión comenzarán las licitaciones, empezando por el estudio informativo y la definición del proyecto.
Unidad política inédita
La del túnel Basauri-Cantalojas es la primera de las cuatro encomiendas de gestión en las que trabajan los gobiernos central y autonómico desde el pasado otoño, cuando Pedro Sánchez accedió a ceder la iniciativa de las obras pendientes de la 'Y' vasca a Lakua para garantizarse el apoyo del PNV a los Presupuestos Generales del Estado. El Gabinete Urkullu cree que, al estar en su mano, los trabajos quedan blindados y que avanzarán más rápido, así que asumirá progresivamente las obras de los accesos a Bilbao y Vitoria y los soterramientos de ambas estaciones. Pasarán a depender de la consejería de Transportes que lidera el socialista Iñaki Arriola.
Ni los accesos ni las nuevas estaciones estarán listas para 2027, el año señalado por las administraciones para inaugurar la 'Y' vasca. La alta velocidad echará a andar en Euskadi, conforme a lo pactado, llegando provisionalmente a un apeadero que se ubicará en el barrio de San Miguel de Basauri y con la estación de Vitoria en obras. Cuánto se prolongará el periodo de interinidad es una incógnita que ninguna de las fuentes consultadas se atreve a despejar, aunque serán al menos tres años según los cálculos más optimistas.
El pasado febrero las instituciones vascas y el Gobierno central escenificaron un potente pacto político con la firma de un protocolo de colaboración para acelerar «al máximo» las obras del TAV. La foto de la ministra de Transportes, su homólogo autonómico, el diputado general de Álava y los alcaldes de Bilbao y Vitoria juntos no se había dado nunca en los 16 años que vienen durando ya las labores. Faltó, una vez más, la Diputación de Bizkaia, que reclama al Estado que acelere el proyecto pero sigue rechazando aportar dinero.
Cuando queden cerradas las encomiendas del túnel de Bilbao y el acceso a Vitoria será el turno de las estaciones. El soterramiento es un viejo anhelo de las administraciones vascas así que el protocolo en ese caso será diferente. Se busca la fórmula de colaboración interinstitucional. Las obras las volverá a asumir el Gobierno autonómico, pero la inversión necesaria se repartirá a partes iguales. Una mitad la aportará el Estado y la otra el Gobierno vasco, los ayuntamientos de las capitales y la Diputación de Álava.
Los datos
220,3millones deberán invertirse en la obra civil del acceso del TAV a Bilbao, y otros 52,7 para la superestructura.
4encomiendas de gestión se van a firmar para que el Gobierno central ceda al vasco las obras pendientes del TAV.
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