La Supersur gana un 27% de coches con su ampliación pero solo un 7% de camiones

En cambio, el proyecto de prolongación de la Supersur no ha cumplido por el momento con las previsiones fijadas inicialmente en cuanto a aumentar el tráfico pesado que absorbe. Desde el 5 de abril, el paso de camiones se ha incrementado. Es cierto, pero en menos de un 7% con respecto a las cifras previas al proyecto para la continuación del vial. Estos datos son los primeros que se hacen públicos de esta carretera desde que hace seis meses se culminaran los trabajos de ampliación.

La Supersur cuenta ahora con 19 kilómetros de longitud. La última obra, que costó 220 millones de euros y se ejecutó en plena pandemia y bajo las consecuencias de la Guerra de Ucrania, ha supuesto añadir 4,7 kilómetros a los 14,5 iniciales. El vial enlaza la AP-68 en Arrigorriaga con la salida de la A-8 en Ugaldebieta (Abanto). La Diputación asegura que nunca se fijó un objetivo de tráfico, pero es verdad que en diversas presentaciones a periodistas y en algunos actos públicos, responsables forales dieron una estimación. Este plan hablaba de elevar el tráfico diario hasta los 20.000 automóviles: 13.000 turismos y 7.000 camiones. Cifras que están muy por debajo, por ejemplo, de la gratuita A-8, que a su paso por Barakaldo contabiliza diariamente 127.649 vehículos, de los que 9.979 son pesados.

Pues bien, medio año después de que la carretera se haya estirado, la primera meta se ha rebasado. Son casi 15.000 coches y furgonetas las que pasan cada jornada: 7.631 en sentido Gipuzkoa y 6.497 en dirección a Santander. Antes del 5 de abril, eran 5.989 y 4.387, respectivamente. En días festivos, la cifra media de uso habla ahora de 12.912 frente a los 8.383 de antes. Este dato evidencia que el crecimiento ha sido más importante en los días no laborables. La diferencia ahora en función de la tipología de la jornada es mucho más reducida que antes.

Vistas las primeras estadísticas que han trascendido, el caballo de batalla de la Supersur parece ser ahora el tráfico pesado. La carretera está lejos de llegar a esa cota de los 7.000 camiones diarios. Ahora mismo, se computan 4.153, cuando antes de la última obra, la media era de 3.876. Es decir, no se ha ganado ni 300 convoyes pesados por jornada de media. Este balance, que analiza el cómputo desde el 5 de abril hasta el pasado 30 de septiembre, revelaría que la Supersur está al 59% de las previsiones iniciales en cuanto a camiones.

«Nuestra sensación es que el proyecto va muy bien. Crece día a día», señalan fuentes del Departamento de Infraestructuras y Desarrollo Territorial. «Son datos buenos que avalan que la ampliación ha dotado de sentido al tramo inicial, ya que la circulación es ahora mucho más completa y eficaz», añaden.

Otro de los problemas que la institución foral parece haber solucionado en este medio año tiene que ver con el impago del peaje y el sistema de pórtico 'free-flow' (parecido a las autopistas portuguesas) que está instalado únicamente en dirección a la AP-68. En sus dos primeros meses de funcionamiento, el 20,9% de los vehículos que circulaban por ese punto no pagaba el canon, que oscila entre 0,60 y 1,80 euros para un turismo. O no se habían dado de alta en la web foral o carecían de VIA-T. Es decir, uno de cada cinco automovilistas no pasaba por caja. Este verano, la cifra se ha logrado reducir al 4,67%, según los datos aportados por la propia institución foral. Si hablamos de números absolutos, a finales del verano eran 6.900 morosos al mes frente a unos 28.000 que había antes. El Departamento confía en que estas cifras sigan bajando y se conviertan en testimoniales en muy poco tiempo.

La idea de construir una autopista de peaje paralela a la A-8 que descongestionara el caótico tráfico alrededor de Bilbao surgió en 1993. El por entonces diputado de Obras Públicas, Federico Bergaretxe, puso sobre la mesa la idea. Lo que no imaginaba es que se tardarían 30 años en convertir el proyecto en realidad.