El suministro de agua en Carranza peligra por la falta de lluvia y fallos en una balsa
La principal cabaña ganadera de Bizkaia recurre a un municipio de Cantabria para asegurar el abastecimiento tras pedir ayuda a la Diputación
sergio llamas
Domingo, 8 de septiembre 2019
En Carranza, el municipio con la mayor cabaña ganadera de Bizkaia, preocupa la escasez de lluvia. Uno de los dos embalses de los que dispone, ... el de la Argañaeda, no puede llenarse por encima del 40% de su capacidad debido a los problemas estructurales que arrastra desde su construcción, lo que mantiene mermadas sus reservas. «Tenemos un problema serio con el agua», advierte su alcalde, Raúl Palacio, que la pasada semana mantuvo un encuentro con la Diputación para solicitarles ayuda con el suministro y pedir un protocolo en caso de sequía, si bien el municipio no forma parte del Consorcio de Aguas.
Aunque durante el verano no se ha llegado a cortar el agua en ningún momento, el Ayuntamiento emitió un bando pidiendo un consumo responsable y solicitando que no se lavaran los coches para alargar las reservas en un municipio donde la presencia de ganado dispara el gasto de este recurso. Mientras aguardaban ayuda por parte de la institución foral, también contactaron con la vecina localidad cántabra de Ramales de la Victoria que les ofreció utilizar sus captaciones en caso de necesidad, únicamente asumiendo el coste del bombeo que pudiera ocasionarse. «Han sido muy solidarios y lo tenemos como reserva», agradece Palacio.
No es la única medida que ha tomado el Consistorio encartado para prevenir una posible crisis. Desde el 12 de agosto, y hasta esta pasada semana, la institución local habilitó un camión cisterna para trasladar agua desde el manantial de Matienzo a otras zonas del valle. La decena de viajes diarios que realizaba les ha supuesto un desembolso de unos 50.000 euros. «Es una cantidad muy importante para nosotros», recuerda el alcalde. El presupuesto municipal ronda los cuatro millones de euros, por lo que confiaban en contar con una ayuda foral que finalmente no han obtenido.
«La balsa de la Argañeda tiene una capacidad de 107.000 metros cúbicos y debido a los problemas que tiene solo podemos meter en ella con seguridad 47.000. En un mes con el camión cisterna transportamos unos 9.000 metros cúbicos, por lo que si la balsa estuviera bien tendríamos para unos cuantos meses más de agua», razona Palacio, quien responsabiliza a la institución foral como constructora de la estructura. «Que el suministro sea competencia municipal no quita las deficiencias que hay en la balsa. Creo que la Diputación no debería mirar para otro lado, y más cuando están hablando todo el tiempo de apoyar a Las Encartaciones», se duele tras el encuentro mantenido con sus responsables, en respuesta a la petición que les había lanzado el 15 de julio.
En verano el Ayuntamiento lanzó un bando pidiendo un uso responsable del agua y no lavar los coches
Acceso al Consorcio
Entrar a formar parte del Consorcio de Aguas, como se les ha solicitado en varias ocasiones, «tampoco es una solución» para el Ayuntamiento encartado. Así lo advierte el regidor, que recuerda que pese a los descuentos planteados, las tarifas para los ganaderos pondrían en situación de pérdidas a las explotaciones de menor tamaño y dejarían apenas sin margen a las más grandes.
Para entrar también se les exige una renovación de las infraestructuras. «Nuestra respuesta ante el Consorcio fue muy clara. No podemos acceder en las condiciones actuales por los ganaderos y porque se nos pide una inversión en la red secundaria de 12 millones de euros a lo largo de los próximos 12 años y no tenemos esa capacidad», zanja.
El alcalde alerta además de que las últimas lluvias han sido «a todas luces insuficientes» de cara a mejorar las reservas, y apuntó que cada día que pasa «se acerca más la situación de emergencia de quedarnos sin agua». No es la primera vez que el municipio atraviesa una situación de este tipo. En 2003 sufrió varios cortes en el suministro de hasta 21 horas diarias. En 2009 el Consistorio tuvo que lanzar una alerta pidiendo que se consumiera únicamente agua embotellada. La medida duró tres meses debido a que los análisis realizados revelaron que el agua de la red no era apta para el consumo humano.
La clave
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47.000 metros cúbicos de agua es la cantidad máxima que pueda albergar con seguridad la balsa de La Argañeda a causa de sus problemas.
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