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Pilar Rahola es periodista y escritora.

Pilar Rahola, madrina de los misioneros

La exdiputada de Esquerra Republicana, agnóstica, soberanista y feminista de izquierdas, leerá el próximo sábado el pregón del Domund

Pedro Ontoso

Miércoles, 12 de octubre 2016, 02:05

Pilar Rahola, atea confesa y exlíder de Esquerra Republicana y cofundadora del Partit per la Independencia ya disuelto, ha recibido el encargo de Obras Misionales Pontificias (OMP) para leer el pregón del Domund de este año. La designación de la periodista, agnóstica y de izquierdas, ha levantado sarpullidos en el sector más tradicionalsita de la Iglesia, que ha arremetido contra la escritora en las redes sociales. El acto, sin embargo, sigue adelante y se celebrará el próximo sábado en la Sagrada Familia de Barcelona con la presencia del arzobispo, Juan José Omella. La Conferencia Tarraconense dio el placet a la decisión sobre Rahola, que ha elogiado de manera pública y sin complejos ideológicos la labor de los misioneros.

Rahola, que no tiene pelos en la lengua y tampoco rehúye la polémica, escribió en septiembre de 2014 una columna en 'La Vanguardia' en la que reconocía la dimensión evangélica de los misioneros y alababa su compromiso con los más desfavorecidos. Fue una defensa pública, y muy respetuosa, de la labor humanitaria de misioneros como Manuel García Viejo y Miguel Pajares, de la orden de los Hermanos de San Juan de Dios, que murieron por el ébola, contagiados cuando atendían a los afectados por esta enfermedad en África. Los misioneros, en efecto, realizan una labor desinteresada y están muy encarnados en los lugares donde sirven. Están a años luz de aquella mentalidad paternalista y colonizadora, como se les ha marcado desde la izquierda más sectaria.

En aquel artículo, titulado 'Caridad', Pilar Rahola escribió que «a pesar de que lo políticamente correcto es hablar de solidaridad, sobre todo porque la izquierda se siente más cómoda con este concepto que le suena a laico, lo cierto es que la caridad, en su sentido cristiano, es la base de toda solidaridad. Personalmente, quizás porque he sido lectora de 'Las confesiones de san Agustín' , creo que la caridad es un concepto que los engloba todos, porque implica empatía, entrega y sacrificio». Añadía que «en un pispás, después de siglos de gentes de Iglesia practicando la caridad por el mundo, pareció que esta, renombrada como solidaridad, era un invento de la izquierda. En el relato del progre cabían los médicos sin fronteras, las oenegés, los periodistas con su cámara al hombro, pero no tenían cabida las monjas y sacerdotes que habían llegado antes que cualquiera, jugándose la piel en las heridas abiertas del mundo. Lo políticamente correcto no podía aceptar la solidaridad con la cruz al cuello, porque les rompía demasiados esquemas».

La escritora catalana calificaba esta posición como una estupidez y lo consideraba una injusticia, antes de entrar a valorar el ejemplo de personas que dedican su vida a los demás, «muchas de ellas en las esquinas más rotas del planeta, viviendo en condiciones infrahumanas, arriesgando la vida diariamente». La muerte de García Viejo y Pajares en Sierra Leona y Liberia le servía para escribir lo siguiente: « Si hiciéramos la lista completa de los sacerdotes y monjas que dan su vida al prójimo sin otro objetivo que vivir su fe como un servicio, necesitaríamos mucho papel. Son gentes de fe cuya fe da luz a las tinieblas, iluminando las zonas oscuras del mundo, allí donde habitan el olvido y la desesperación. Sirva este humilde artículo para expresar un hondo agradecimiento y una profunda admiración hacia todos ellos, creyentes cuyo Dios tiene alma humana. Retorno a san Agustín, y es palabra de santo: 'Donde no hay caridad, no puede haber justicia'».

No es la primera vez que Rahola habla de manera pública sobre la Iglesia, la religión ha fustigado sin descanso al islamismo o Dios. Incluso ha participado en encuentros con jóvenes católicos para hablar sobre las creencias. Obras Misionales Pontificias sostiene que la elección de Pilar Rahola «responde a una decisión estratégica. Si solo los creyentes hablan de la labor de los misioneros, los no creyentes lo circunscribirían exclusivamente como algo intrínseco a la fe. Sin embargo, si el que habla es una persona no creyente, lo que dice tiene un valor añadido», según ha recogido el portal Religión Digital. «En esta edición, OMP quería elegir por primera vez a una mujer. Esta debía tener relevancia social en Cataluña puesto que Tarragona acoge la exposición 'El Domund al descubierto' después de haberse celebrado en Sevilla y Madrid en ediciones pasadas», añade un portavoz de esta institución de la Conferencia Episcopal.

Rahola no es creyente, pero sí lo es su marido. Durante un tiempo ha mantenido un intercambio espistolar con el teólogo progresista José Ignacio González Faus, autor del libro en firma compartida con Javier Vitoria 'Presencia pública de la Iglesia ¿fermentode fraternidad o camisa de fuerza?'. En una reflexión sobre la trascendencia espiritual, la periodista escribió: «Por supuesto, estoy convencida de que hay un Dios de luz que ilumina a gentes extraordinarias, cuya fe hace un mundo mejor. En ocasiones he hablado de ellos, misioneros, monjas, sacerdotes apasionados por el prójimo. Respeto mucho esas creencias que los mueven a una vida de entrega, y no imagino cuánto más oscuro sería nuestro tiempo, si ellos no estuvieran. Pero también estoy convencida de que hay un Dios siniestro que lejos de iluminar, apaga los cerebros y destruye el corazón. Lo vemos cada día en las noticias, y si somos honestos con el pasado, lo hemos visto siglo tras siglo, alimentando la bestia de la sangre. Y ahora, en este siniestro momento del auge de una ideología totalitaria teocrática, la bestia vuelve a tener hambre. Dios, demasiado Dios en las noticias».

González Faus, filósofo jesuita miembro del centro de estudios Cristianisme i Justicia, tiene un discurso muy radical y sus escritos llevan mucha pólvora. En su intercambio epistolar, la columnista abundaba sobre esa Dios polisémico. «Me dirás que Dios no tiene nada que ver con el monstruo que habita en el interior del ser humano, y estoy de acuerdo con esa idea. Pero ¿y si no es así? Es decir, ¿y si la trascendencia espiritual es un camino bifurcado que tanto puede llevar a la iluminación, como al fanatismo? ¿Y si Dios es el problema, porque nace del miedo y no de la razón? Sí, lo sé, esta última pregunta va con trampa, porque grandes racionalistas han sido, a la vez, grandes creyentes, pero la idea de Dios nace sobre todo de la soledad del ser humano y de su miedo a la muerte. Y sobre ese miedo se ha construido un edificio enorme, donde caben los dogmas, los rituales y los mitos. De ahí que sea tan fácil traspasar el umbral de la razón para caer en el agujero del fanatismo. Porque, amigo, una idea elaborada de Dios debe ser una aventura personal fascinante. Pero el simplismo más abrupto sobre Dios, puede conducir al infierno. Perdona estas preguntas irreverentes en días tan sagrados. Es mi manera de respetar la cultura cristiana a la que pertenezco. Al fin y al cabo, dudar sobre Dios es una forma de honrarlo».

¿Que hay de malo en que Pilar Rahola lea el pregón del Domund? ¿No había que abrir la puerta a los no creyentes? Que más da que lo sean o no, si trabajan en la causa de la humanidad. ¿No es esa la labor de los misineros? A mi me parece que es un gesto muy importante, tanto el de OMP al proponerla como pregonera como el de la exdiputada al aceptar el encargo. ¿Es pecado ser soberanista?, se pregunta el monje benedictino e historiador Hilari Raguer en un pequeño ensayo. El templo de la Sagrada Familia, donde la periodista hablará el sábado, se convirtió hace meses en icono del Atrio de los Gentiles, la iniciativa del cardenal Gianfranco Ravasi responsable del Pontificio Consejo de la Cultura y experto en el diálogo de la Iglesia con el mundo moderno para tender puentes entre creyentes y no creyentes. Para atender a quienes se hacen preguntas sobre la fe. Como Pilar Rahola.

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