El Spiderman de los rascacielos vuelve a la carga

En esta ocasión ha utilizado un arnés. Eran exigencias de los responsables del edificio, aunque extremar la seguridad no resta espectacularidad al reto. Alain Robert, conocido ya como el Spiderman de los rascacielos, ha ido un poco más allá y esta vez se ha atrevido con los 168 metros de la torre Esentai de Almaty (Kazajistán). Bajo la atenta mirada de más de 2.000 personas volvió a hacer lo que mejor se le da: escalar fachadas. Y ya van más de 70.

El francés necesitó una hora y siete minutos para terminar su reto. Tardó algo más de lo esperado por culpa del fuerte viento. Al acabar, se hizo un 'selfie' en lo alto y agradeció el respaldo de los espactadores lanzándoles un beso.

Su primera 'ascensión' fue su propia casa. Tenía 11 metros y decidió probar con su edificio. Este «escalador humano» -así se define él- tuvo su primer encargo en 1994. La empresa suiza de relojes Sector No Limits reclamó sus servicios, ya que en esa época descacaba por reclutar a gente de lo más variopita.

En total se ha caído ya siete veces, lo que le ha provocado un grado de invalidez del 66%. El escalador, de 53 años, presume de tener vértigo y asegura ser «el mejor escalador del mundo».

Ascensos en Barcelona

Eso sí, la de Kazakistán no ha sido, ni mucho menos, la mayor ascensión de Robert. En 2011 subió los 828 metros de la torre Jalifa en Dubái, el que hasta ahora es el edificio más alto del mundo. Tampoco ha dudado en escalar emblemas de la talla del Empire State, el puente de Brooklyn, la torre Sears de Chicago, el Golden Gate, la Torre Eiffel y las Petronas. Barcelona también ha sido testigo de su habilidad. En 1999 se encaramó al hotel Arts y en dos ocasiones se ha atrevido con la torre Agbar.

Por muy espectacular que sea, lo que hace este 'Spiderman de los rascacielos' es ilegal. De hecho, ha sido detenido en más de un centenar de ocasiones y ha dormido en las cárceles de muchos de los países en los que ha hecho alguna ascensión.