Odontólogos de Bizkaia alertan de una «burbuja dental» y exigen «regular» el sector

El Colegio de Dentistas de Bizkaia ha mostrado en la mañana de este jueves su preocupación por la situación que vive el sector a raíz de la detención hace dos semanas de la cúpula de Vitaldent y ha reconocido que los cierres de firmas como Dentaline y Funnydent han generado un intenso debate sobre los modelos de clínicas existentes en la actualidad y sobre la profesión. «El sector vive una época convulsa, una 'burbuja dental', en la que a las clínicas tradicionales se han sumado otros modelos como franquicias, cadenas, corporaciones de gran dimensión y centros de compañías aseguradoras que han provocado un panorama confuso por estar defectuosamente regulado. Consideramos necesaria más seguridad jurídica para las sociedades profesionales y también para los pacientes», han exigido.

Los dentistas han juzgado necesaria la adopción de «medidas urgentes» para poner coto al descontrol actual. Exigen la «aplicación integral» de la ley de sociedades profesionales, de modo que «la mayoría del patrimonio social» y del número de socios de este tipo de entidades correspondan a «socios profesionales» y así vincular la prestación del servicio «al conocimiento y a la buena ética y praxis profesional». También entienden perentorio una regulación de la normativa sobre publicidad sanitaria. «Consideramos que la publicidad dental hoy día puede resultar engañosa fácilmente en muchos casos. Banalizan los tratamientos dentales y favorece el consumismo en un campo en el que ha de prevalecer ante todo la salud», sentencian.

Para combatir el alto número de clínicas existentes, el Colegio de Dentistas ha solicitado el establecimiento de «numerus clausus» en las facultades en función de las necesidades reales en materia de salud bucodental de la población. Opinan que es la manera de «poner freno» a la «plétora profesional» que, en su opinión, está «colapsando» el mercado. «El empleo se está precarizando pero se siguen graduando aproximadamente 1.650 dentistas cada año». Los colegiados vizcaínos son conscientes de que estas decisiones pueden «evitar muchos cierres de clínicas, quebrantos económicos y pacientes perjudicados, en muchos casos con tratamientos sin finalizar, pero pagados o financiados».