El hombre que construyó una iglesia con árboles vivos
Barry Cox ha tardado cuatro años en levantar esta colosal obra maestra en Nueva Zelanda
elcorreo.com
Lunes, 13 de julio 2015, 18:21
Construir una iglesia en el patio trasero de una vivienda es inusual. Pero más aun es que ésta haya sido edificada completamente con árboles vivos, algo impresionante que demuestra la armonía que puede existir entre la naturaleza y la arquitectura.
El templo -ubicado cerca de Cambridge- fue creado por el neozelandés Barry Cox, dueño de una compañía de jardinería, quien solo tardó cuatro años. Tiempo suficiente para colocar el armazón de hierro que lo sostiene y para que los árboles que cubren las paredes y el techo se adaptaran.
La edificación es tan ecológica que cuenta siempre con luz solar, gracias a que algunos troncos posee poco follaje. La empresa de Cox replanta árboles enteros y vivos utilizando grandes palas mecánicas, lo que les permite construir con plantas de cualquier tamaño y forma.
Un día salí al patio y pensé que todo ese espacio necesitaba una iglesia, y así comenzó todo. Limpié el área en abril de 2011 y preparé el armazón de hierro, dibujando y usando toda la investigación que hice durante mis años estudiando iglesias, dijo el creador a un periódico neozelandés.
La afición por crear iglesias es quizás de familia, por su ascendencia italiana o tal vez porque de pequeño, con tal sólo 10 años, anunció que quería ser Papa, pero terminó conformándose con ser monaguillo en Shannon, Horowhenua.
Desde enero de este año, las parejas que así lo quieran pueden casarse en el asombroso templo y disfrutar de la forma más ecológica de encontrarse con Dios, después de que la familia convenciera a Cox de hacer público su pequeño rincón natural. El edificio tiene una capacidad para 100 personas y fuera cuenta con un jardín laberinto de 12.000 metros cuadrados, que imita el diseño de la ciudad de Jericó, del 460 a.C.
Entre las normas del lugar están la prohibición de comer, beber o fumar, así como la entrada de mascotas.