«En una situación como esta se demuestra que un pueblo no es tan malo para vivir»

- Arakaldo no ha aparecido ni un solo día en los boletines de Osakidetza. ¿Han tenido realmente cero casos?

- Ha habido alguna persona confinada con fiebre, pero no hemos tenido ningún caso oficial. Que yo sepa no ha habido infectados, de haber habrá sido algún caso suelto. Ha sido una buena noticia.

- Habrá ayudado el hecho de tener pocos habitantes, ¿no?

- Bueno... Arakaldo no tiene comercio y para comprar alimentos, ir a la farmacia o al banco, se tiene que ir a poblaciones más grandes, como Llodio, en las que sí se tiene contacto con más personas.

- ¿Cómo ha sido el día a día en un municipio tan pequeño?

- Hemos intentado cuidarnos entre todos. El Ayuntamiento ha dedicado sus esfuerzos a atender a sus vecinos, a hacer pueblo y asistir algunos casos que se han detectado de personas a las que la crisis sanitaria les ha provocado una crisis económica. Se ha intentado estar cerca de las familias, de los más pequeños de la casa, que no han podido salir de casa en seis semanas, y de los mayores.

- Han llevado ventaja a muchos vecinos vizcaínos porque llevan casi tres semanas sin horarios.

- Sí, cuando se permitió a los municipios de menos de 5.000 habitantes salir sin horarios, pudimos salir con más libertad, aunque el confinamiento lo hemos vivido igual que el resto a pesar de ser una localidad poco habitada.

- ¿La desescalada ha sido mejor?

- Al final, como existía la posibilidad de ir a pueblos colindantes, hay gente de municipios más masificados, como Llodio y Areta, que han aprovechado y han venido a pasear a Arakaldo.

- ¿No les ha importado?

- No es que importe o no, si la ley lo permite... No se ha generado ningún problema.

- ¿Es más fácil vivir esta situación en un pueblo?

- Sí. Un pueblo pequeño tiene sus inconvenientes, pero en estas circunstancias ha sido bastante más sencillo, se lleva mejor que en una ciudad grande. Aquí casi todas las viviendas tienen una zona al aire libre, los niños lo han pasado mejor y los vecinos han podido tomar esos rayos de sol tan necesarios sin salir de sus casas. Y luego, cuando se ha podido salir, hemos podido pasear sin aglomeraciones de gente. Esta situación tiene que hacernos replantear el urbanismo de las ciudades y ver la importancia que tiene dedicar espacios al peatón, para andar en bicicleta, para la movilidad en general.

- ¿Pueblos como Arakaldo pueden convertirse en una alternativa en estas situaciones?

- Arakaldo no tiene problema, pero hay muchas zonas rurales que están sufriendo la despoblación y hay una deficiencia en el acceso a servicios y una tasa de desempleo muy alta. A nivel nacional hay que dar una vuelta a la despoblación que están sufriendo muchas zonas y en una situación como esta se demuestra que los pueblos pequeños no son tan malos para vivir.

- ¿El Ayuntamiento ha estado cerrado como en localidades de mayor tamaño?

- Se cerró como en el resto y hemos estado teletrabajando. Atendíamos a los vecinos por teléfono, por email y si era muy necesario, de forma presencial, en caso como por ejemplo de necesitar hablar con el trabajador social. Durante los últimos días estamos atendiendo de forma presencial, aunque seguimos recomendando que la mayor parte de los trámites sean a distancia.

- ¿Ven problemas de recaudación?

- En Udalkutxa se ha decidido no darnos la liquidación del año pasado, es el primer problema que tenemos porque la cuantía de los ingresos previstos es menor, aunque tenemos más miedo a lo que sucederá el año que viene. Creemos que habrá una bajada importante, se prevé un descenso del 20% en el fondo y luego hay otros impuestos municipales que nosotros tampoco hemos cobrado. El Ayuntamiento ha escrito una reclamación porque entendemos que las instituciones locales sabemos gestionar ese dinero y no necesitamos que Diputación lo haga por nosotros.

- ¿Celebrarán las fiestas de Santa Marina, a mediados de julio?

- Estamos dándole una vuelta, siguiendo las recomendaciones de Eudel. Estamos viendo cómo evoluciona porque creemos que la gente se merece cierto disfrute, más aún en esta situación que hemos pasado. Y tampoco queremos dejar de lado al mundo de la cultura, que sabemos que es uno de los grandes perjudicados.