La firma local Jump Up es la primera que ha puesto patinetes de alquiler en las calles de Bilbao. jordi alemany

Seis empresas de alquiler de patinetes pugnan por implantarse en Bilbao

El Ayuntamiento ultima la normativa para regular esta actividad mientras la primera firma ya ha puesto a andar sus vehículos por las calles

Miércoles, 7 de diciembre 2022, 01:31

Inicialmente al Ayuntamiento de Bilbao no le gustaba nada esto de los patinetes porque los veía como unos juguetitos diabólicos con más potencial para crear ... problemas que para solucionarlos. Percibía riesgo en dos ámbitos. En términos de convivencia, supondría integrar en las calles un elemento con capacidad para invadir zonas peatonales, con los riesgos que ello conlleva. En términos de movilidad, se auguraba que no quitará usuarios al coche, sino al transporte público e incluso reducirá los desplazamientos a pie. En fin, que no hay avances por el flanco de la sostenibilidad.

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Pero el mundo gira al margen de los designios municipales y este nuevo modo de desplazarse se ha consolidado. Lo que está haciendo ahora el área de Movilidad y Sostenibilidad es adaptarse a esa realidad. La normativa general para el uso de los patinetes está en vigor desde enero de 2021 y la regulación estatal recoge que las aceras y zonas peatonales son territorio vedado a ellos en toda España. A todos los efectos, se les da consideración de vehículo a motor. Se les trata como a coches y motos.

¿Qué queda por hacer? Regular el alquiler de estos artilugios. «Más de media docena de empresas ya nos han mostrado su interés por implantarse en la ciudad», apunta Ignacio Alday, director de Movilidad. En las urbes donde siempre llegan primero las nuevas tendencias, como Madrid, hubo un problema grave porque los patinetes de uso público se amontonaban en las aceras dificultando el paso y ofreciendo una imagen desastrosa. Eso es lo que se quiere evitar con la normativa que se prepara y que estará lista «en un mes». A continuación se sacará «un concurso» para autorizar a un par de empresas a desarrollar este tipo de negocio en las calles de Bilbao.

Sin estorbar en aceras

Sólo podrán dejarse en los aparcamientos de bicicletas y los vehículos han de disponer de GPS

Ahora, desde el pasado fin de semana, ya está funcionando una, Jump Up. Dice Alday que no habiendo regulación sobre el asunto únicamente está sometida a las leyes que ordenan la actividad económica. Y nada le impide dejar sus patinetes en la calle, siempre que éstos cumplan con la ley y no estorben. «El lunes un usuario dejó uno en medio de la acera y se lo llevó la grúa». ¿No es raro que haya una empresa funcionando antes de que el Ayuntamiento cuente con un marco regulatorio para esta actividad? Quizás sí, pero desde el equipo de gobierno apuntan que no hay ilegalidad alguna.

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Sí la habría si cuando salga la normativa municipal ésta no se cumple o se lleva a cabo la actividad al margen del concurso que posteriormente se convoque para disfrutar de la «autorización demanial». Es decir, el permiso municipal para utilizar la vía pública para desarrollar una actividad privada y lucrativa.

¿Qué requisitos se les van a pedir a las empresas que quieran alquilar sus patinetes en las calles de Bilbao? «El objetivo es que la ciudad esté ordenada», apunta Alday, y por eso lo fundamental va a ser garantizar que los vehículos no se queden desperdigados por las aceras. «Lo más importante es que no se va a permitir operar a firmas cuyos patinetes no tengan tecnología para garantizar que sólo se puedan devolver en las zonas autorizadas». En este sentido, «podrán aparcarse exclusivamente en los espacios previstos para bicicletas», es decir, en los aparcabicis que hay en la ciudad para particulares (no en los puntos de préstamo de la flota pública y eléctrica de Bilbaobizi).

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La filosofía de movilidad

El objetivo es que la ciudad esté ordenada sin poner trabas a la actividad económica

Eso implicará no sólo que cada patinete tenga un GPS que garantice que se deja en un lugar autorizado, sino que habrá que habilitar otros medios más precisos como, por ejemplo, «que el usuario haga una foto que demuestre que lo ha estacionado de manera correcta, entre los tubos». En caso de no ser así, «el sistema seguirá cobrando» y el vehículo será retirado de la vía pública por la grúa.

Características técnicas

La normativa municipal también recoge una serie de requisitos que deberán cumplir las flotas de alquiler que circulen por las calles de Bilbao. Los patinetes han de ser de tipo A (los pequeños, para ir de pie y con un límite de velocidad de 20 kilómetros por hora), con luz delante y detrás, timbre, un sistema de frenado «seguro» y pata de cabra para que no se queden tirados por el suelo. Insiste Alday en que el objetivo es «tener la ciudad ordenada» regulando unos negocios que tarde o temprano iban a llegar: «No podemos poner trabas a la actividad económica».

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  1. «Queremos ser los primeros, funcionar antes de que lleguen las grandes flotas»

Iñaki Olmos y su esposa Montse Burgos son los dueños de Jump Up, la primera empresa de alquiler de patinetes que se ha implantado en Bilbao. Viven en Mungia y el pasado fin de semana dejaron los primeros vehículos en la vía pública. Han empezado con una flota de 50, de los que ahora tienen en las calles 35. «Muy pronto van a venir las grandes flotas de empresas potentes, con presencia en distintos países de Europa, y queremos ser los primeros» para tener alguna ventaja competitiva, explica Olmos.

El sistema funciona como en cualquier otro lugar. Cada patinete dispone de un código QR desde el que se baja la aplicación y con ella se contrata el servicio. «Cobramos 89 céntimos por el desbloqueo y 19 céntimos por minuto». Ahora se puede dejar el vehículo, tras su uso, en «aparcamientos de bicicletas o de motos», y para desvincularse el usuario también debe enviar una foto donde se demuestre que está en un lugar correcto. En caso de que el Ayuntamiento restrinja únicamente el estacionamiento a zonas para bicis, y no para motocicletas, se adaptaría el sistema.

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Alday, el director de Movilidad, apunta que aunque la firma no tiene la «autorización expresa» porque, como queda claro, aún no se ha abierto el proceso, «sí cumple con lo que vamos a pedir cuando saquemos la concesión demanial».

Este tipo de servicio, disponible desde las 7.45 horas hasta medianoche, parece estar arrancando poco a poco en Bilbao. Iñaki Olmos apunta que cada día entre sesenta y ochenta personas se bajan la aplicación, más bien por curiosidad.

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