La salud tiene que ver con el dinero: «En las zonas ricas hay mejor calidad de vida»
Los expertos sostienen que el entorno en el que se vive es determinante, aunque el estilo de vida sigue siendo la causa principal de enfermedad
En la salud de las personas influyen diferentes factores. El que vivamos más o menos, enfermemos o estemos sanos depende de varias circunstancias. Y no ... todas tienen la misma importancia. Ángela Fuentes, facultativa de Atención Primaria e integrante de Osatzen, la Sociedad Vasca de Medicina Familiar y Comunitaria, detalla que el esquema de determinantes sociales que impactan en la salud de cada ciudadano establece cuatro parámetros diferentes y cuantifica su relevancia. El 40% depende de los estilos de vida, el 25% de la genética, otro 25% del entorno en el que vive cada persona y solo un 10% del sistema sanitario que le atienda.
«Hay que entender qué factores afectan a la salud. Siempre hay un por qué. Cuanto más baja sea nuestra renta, más fumemos y peor comamos tendremos, por lo general, tenemos más posibilidades de sufrir una mayor carga de enfermedad. Esto se traduce en una esperanza de vida menor y en una mayor mortalidad», sostiene esta facultativa.
Para Unai Martín, sociólogo de la UPV/EHU y miembro del grupo OPIK, que investiga en la Universidad vasca las desigualdades en salud, así como la dinámica demográfica y los procesos que intervienen en ella, los «factores socioeconómicos están detrás de las diferencias» entre unas zonas y otras.
Peor salario y dieta
«El entorno en el que vivimos es determinante. Las zonas ricas tienen mayor calidad de vida, mejores salarios o más zonas verdes y espacios para pasear; mientras que en las áreas desfavorecidas los sueldos son más bajos y son más frecuentes los hábitos menos saludables. Son entornos en los que se fuma más, la dieta es peor y se practica menos ejercicio. Todas esas desigualdades afectan a la salud de las personas», señala Martín.
Diferencias que se reflejan en la calidad y la esperanza de vida de las personas que viven en unos lugares u otros, en ocasiones muy próximos entre ellos. «No es justo que que un niño que nace en San Francisco tenga una esperanza de vida siete años menor, por criarse en ese barrio, que otro que lo hace en Abando. Seguramente el primero va a tener una peor alimentación, más problemas para acceder a una educación superior o un peor trabajo», reflexiona.
Estas diferencias son algo que se traslada al perfil sanitario de los vecinos que residen en cada lugar. Otxarkoaga, por ejemplo, es el barrio con mayor volumen de pacientes de alto riesgo de toda Euskadi. Alango, en Getxo, o Abando, son dos de los lugares donde menos personas potencialmente frágiles, a nivel sanitario, residen.
Las personas que viven en zonas con menor nivel socioeconómico son también las que también van más al médico de familia o tienen un número más alto de ingresos hospitalarios. Algo que se agudiza más en el caso de las mujeres. «Aparecen más enfermedades en los barrios más desfavorecidos», afirma Javier Mar Meana Medina, investigador de BioGipuzkoa y portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública (Sespas). Este experto indica que mientras en un barrio como La Peña «sus indicadores de salud estar peor que la media de Euskadi, en otro cercano como Abando, todos sus valores estar en color verde».
Una herramienta para «afinar» mejor las medidas a tomar
¿Para qué sirve un Observatorio de la Salud? Gontzal Tamayo, director de Transformación, Planificación y Digitalización del Departamento de Salud destaca que esta herramienta les permite tener una fotografía precisa para «afinar el diagnóstico» y «enfocar mejor los recursos» para poder establecer diferentes acciones en zonas concretas en materia de medicina y enfermería comunitaria. «Estamos dando a conocer este observatorio a los municipios para que puedan priorizar las acciones que consideren necesarias a nivel local en materia de prevención y promoción de la salud, que pueden ser diferentes en función de las localidades», indica. En algunos lugares pueden ir más relacionados con los hábitos alimenticios, en otros con la actividad física. Depende de su situación.
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