Rekalde estalla por el viaducto que hipoteca el barrio y la «desidia institucional»
Más de 500 vecinos se manifiestan para mostrar su rabia porque la Diputación «incumple» de nuevo la promesa de derribar el puente
«Nos la impusieron, destrozaron el barrio y no han parado de mentirnos. Que nos la quiten de una vez ya». El enfado de los vecinos de Rekalde es mayúsculo. Más de 500 se han manifestado este jueves para pedir el derribo del viaducto. Con carteles de 'Pradales miente, hay dinero de sobra', 'Diputación cumple lo prometido' y 'la Diputación miente, el Ayuntamiento consiente', los residentes, convocados por la plataforma Autopista Kanpora, han partido de la plaza y recorrido el barrio hasta el ambulatorio. A la marcha han asistido concejales de EH Bildu, Elkarrekin Podemos y el PP. El próximo jueves, los residentes volverán a manifestarse en las escaleras del Ayuntamiento para demostrar que «no vamos a dejar de luchar», ha explicado uno de los portavoces, José Luis Padilla.
El derribo parecía encauzado. En noviembre, los vecinos habían estado reunidos con el diputado de Transportes, Imanol Pradales. Les comunicó que la tramitación arrancaría una vez el Consistorio aprobase el PGOU, aunque no hubiese consignación presupuestaria, pero poco después declaró que se renunciaba otra vez al proyecto por falta de presupuesto, para asombro de los vecinos. Fue un jarro de agua fría que no se esperaban esta vez.
Así que la plataforma Autopista Kanpora ha pedido al alcalde, Juan Mari Aburto, firmeza la hora de reclamar «el derribo del 'mamotreto prometido a la Diputación, porque también somos un barrio de Bilbao». «Ahora nos dicen que hay otras prioridades. Que para Rekalde no hay dinero, cuando está habiendo récord de recaudación. Tenemos la autopista y la línea de metro pendientes desde hace más de 30 años. Nunca nos han dado nada, todo lo hemos conseguido luchando. Falta voluntad política y sobra desidia por parte de las instituciones. Estamos muy hartos de ello. Han pasado 47 años desde que nos lo plantaron tienen la desvergüenza de decirnos que tendremos que esperar. Lo que no tienen es palabra ni vergüenza. Basta de excusas. Es hora de cerrar la herida que abrieron hace 50 años, nos lo deben», ha defendido Padilla.
La autopista A-8 cruza el cielo de Rekalde desde 1975. Lo hipotecó para siempre. Fue construido sobre los edificios, a pocos metros de ventanas y balcones, que muchos residentes tuvieron que cerrar con su propio dinero. Para ello derribaron una iglesia, muy importante en la época porque era un núcleo social, un cine de barrio, un colegio y 83 casas, además de parte de una calle. El barrio se volvió impracticable durante cinco años mientras la «mole de hormigón» tomaba forma por «razones de interés general». Hubo manifestaciones que fueron reprimidas con dureza por la entonces alcaldesa, Pilar Careaga. Los residentes en este barrio proletario pagaron las molestias y ahora siguen soportando el ruido, la contaminación y el miedo. Porque temen que cualquier accidente ahí arriba pueda causar una desgracia. Ya cayó «una rueda enorme de un camión que rebotó en un piso de una fachada una bobina, además de una varilla de construcción».
«El barrio estaba antes y no al revés»
Los vecinos se sienten «estafados» por las administraciones por el fiasco del viaducto y de la Línea 4. Durante décadas les prometieron que el metro llegaría - en 2009- y que el viaducto desaparecería en 2016. Ahora el sentir general es que «nos tratan como a un barrio de segunda, nos tienen abandonados, siempre nos están ninguneando. Estamos en el más absoluto olvido». Rekalde, denuncian, nunca es una prioridad. El derribo del viaducto de Sabino Arana llegó antes que el suyo, para el que ya ni siquiera hay fecha. La Línea 5 se antepone ahora a la 4. «Es una tomadura de pelo, un 'vacileo'. Es un milagro que hasta ahora no haya pasado nada. Tenemos una autopista encima pero metro no, parece que no pagamos impuestos», se quejaron Josebe Diego y Marian Martínez, vecinas de toda la vida. Explicaron además que el viaducto «hipoteca y degrada el barrio». «¿Quién va a querer comprar aquí o quedarse? El barrio no mejora, todo lo contrario».
Asier López, de 24 años, también ha acudido a protestar con su cuadrilla. . «Durante toda nuestra vida hemos visto cómo caían conos y neumáticos. El viaducto molesta, es peligroso, y el barrio estaba mucho antes de la autopista y no al revés». El Pleno municipal del próximo jueves debatirá el asunto a propuesta de EH Bildu y del PP. La demolición requeriría, primero, de la construcción de una variante que derive el tráfico de la A-8 por las faldas del monte, y después, el derribo del «monstruo». En total, más de ocho años de obras.