El Puerto de Getxo pasa el examen

El bullicio se dejaba notar no sólo en las inmediaciones de la terminal portuaria. Todo el trayecto hasta la estación de metro de Neguri amaneció con cientos de turistas. Un pequeño «caos» en palabras de alguno de los usuarios. «Es la primera vez que venimos aquí para coger un crucero. Un chico nos ha tenido que guiar desde la estación de bus de San Mamés para poder llegar hasta Getxo en metro», comentaba Melchor, uno de los pasajeros que embarcaba ayer. Según explicaba, estaba en la entrada del puerto a las siete de la mañana. Este tolosarra afincado en Benidorm desde hace doce años emprendía su primer trayecto en crucero. A su lado Miguel, un compañero de viaje que conoció en el trayecto a la terminal.

Junto a ellos, Carmen y Manuel, llegados desde Cantabria se mostraban ilusionados por la ruta que iban a emprender. «Este barco es enorme. Llevamos cuarenta años casados y ya era hora de que pudiéramos disfrutar de un viaje de lujo como este», aseguraban.

La gestión se preveía complicada. No todos los días recoge pasajeros un crucero en las dársenas de Getxo. Ocurre apenas dos veces al año. Porque lo habitual es que estos barcos atraquen durante unas horas para que los turistas visiten Bilbao y luego emprendan el viaje de nuevo.

La Autoridad Portuaria de Bilbao puso a disposición del aluvión de viajeros ocho autobuses lanzadera, pero aún así no se pudo evitar ver la imagen de pasajeros despistados yendo con la maleta de un lado hacia otro. También las colas en la estación de metro para poder coger un billete y un paseo marítimo repleto de turistas que ya habían finalizado su viaje.

Muchos no fueron capaces de aguantar la espera en la terminal, en un día caluroso y sin apenas sombra y decidieron buscar un transporte alternativo. La mañana en la terminal getxotarra se resumió en taxis repletos de ida y vuelta y múltiples colas, que parecían infinitas, frente a los autobuses que ofrecían un servicio especial para esta ocasión.

Idoia era otra viajera que llegó con su marido y sus dos hijos en coche desde Jerez para subirse al crucero Norwegian Gem. Lo que más les impresionó «la aglomeración y la cantidad de gente que había en las inmediaciones». Aunque destacaban una cosa: les había gustado «mucho» Bilbao. Eso sí, apenas habían podido verlo. Para la vuelta, aprovecharán, comentaba, para conocer la ciudad.

Jaén no era el lugar más lejano del que venían los visitantes. Elena y Tania son italianas y este no era su primer crucero juntas,. Al igual que muchos de los pasajeros que este jueves coincidieron en Getxo querían hacer «algo diferente a la clásica trayectoria por el Mediterráneo». Contaban que lo que más les llamaba la atención eran los destinos y poder «visitarlos sin mover el equipaje».