El primer centro de Euskadi para menores que pegan a sus padres se abrirá en un convento
El edificio de Santa Isabel, en Areatza, acogerá 20 plazas para jóvenes condenados por un tipo de violencia que ha crecido un 30% en el último año en Euskadi
El Departamento de Justicia del Gobierno vasco tiene previsto abrir en unos dos meses en la localidad vizcaína de Areatza el primer centro específico de ... Euskadi para que cumplan condena los menores sentenciados por los jueces por agredir a sus padres. Según ha podido saber EL CORREO, el espacio elegido para este centro es el convento de Santa Isabel, de la orden de las Clarisas, que data del siglo XVII. La instalación religiosa, compuesta por tres grandes plantas y un amplio espacio exterior, ha sido «alquilada con opción a compra» por Berriztu, la asociación que gestionará este recurso. La idea es que en un futuro esté habilitado para atender a 20 adolescentes, aunque en un primer momento estará ocupado por 10 menores, además de los profesores, los educadores y los agentes de seguridad.
La denominada violencia filio parental constituye uno de los delitos que más están creciendo en los últimos años en Euskadi. Según explica la directora de Justicia, Loly de Juan, en el último año ha aumentado el número de casos en un 30%. Las denuncias que recoge la Ertzaintza por los malos tratos en el ámbito familiar –el epígrafe en el que se incluyen estos casos– también evidencian una clara tendencia al alza. En los dos últimos años se ha pasado de 725 denuncias a 1.284. Es decir, se ha producido un incremento del 77% en sólo dos ejercicios. Y en 2018 el crecimiento ha sido del 14%.
Diversos expertos aseguran que, frente a los estereotipos que vinculan a estos chicos con entornos marginales, la mayoría de estos jóvenes pertenecen a clases medias-altas. Y señalan a la pérdida de autoridad parental como una de las razones que explican este incremento en el número de casos. También apuntan que muchos hijos menores que ejercen violencia contra sus padres han vivido también situaciones de violencia familiar. En este sentido, De Juan hace un llamamiento a la calma frente a la inquietud que pueden tener algunos vecinos de Areatza. La directora de Justicia insiste en que estos jóvenes presentan unos problemas muy determinados y que no se suelen mostrar «violentos con las personas de fuera» de su entorno familiar. Los responsables municipales de la localidad vizcaína prefirieron no hacer comentarios al respecto.
Este centro de internamiento de menores está considerado de nivel 2, donde los jóvenes cumplen medidas de reclusión y permanencias de fin de semana dictadas por los juzgados de menores del País Vasco. En Euskadi hay un único centro de máxima seguridad, de nivel 1. Es el de Zumarraga, donde cumplen condena los jóvenes que han cometido los delitos más graves, como homicidios y violaciones.
Última opción educativa
Hasta ahora, los menores sentenciados por violencia filio parental compartían espacio con otros jóvenes en otros centros de internamiento educativos de carácter general. En este caso, el convento de Santa Isabel será sólo para atender a los jóvenes que pegan a sus padres, lo que permitirá «liberar plazas» en otras instalaciones. El Gobierno vasco ha pagado 480.000 euros para hacer frente a gran parte de las obras de remodelación del edificio –que llevan desarrollándose durante los últimos dos meses– y abonará «unos 500.000 euros» al año a Berriztu para que gestione el recurso. De Juan explica que abrir un centro específico de estas características era también una de las peticiones que había realizado la Fiscalía del País Vasco.
Las medidas de internamiento son, en todo caso, la opción más extrema en estos casos. De hecho, las diputaciones cuentan también con diversos programas educativos para tratar de reconducir a estos jóvenes cuando se aprecian los primeros síntomas graves de agresividad.
Los datos
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Historia. El convento de Santa Isabel, de la orden de las Clarisas, data del siglo XVII. Llevaba unos 13 años sin ser ocupado. La asociación Berriztu lo ha alquilado «con opción de compra».
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Centro con 20 plazas. La asociación Berriztu ha firmado un convenio con el Departamento de Justicia del Gobierno vasco para gestionar la instalación. El Ejecutivo ha pagado 480.000 euros para hacer la reforma, que lleva desarrollándose dos meses, y abonará a la asociación unos 500.000 euros anuales para gestionar el recurso.
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Denuncias. Según los datos de la Ertzaintza, en los dos últimos años se ha pasado de 725 denuncias a 1.284. Es decir, se ha producido un incremento del 77% en sólo dos ejercicios por los malos tratos en el ámbito familiar, el epígrafe en el que se incluyen estos casos. En el último año el crecimiento ha sido del 14%.
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