«ETA ha fracasado. No logró cambiar la sociedad, ni tampoco liberarla»

Gisasola, uno de los referentes de la vía Nanclares que agrupa a los presos críticos con la organización terrorista, integró varios comandos de ETA entre 1982 y 1989 y fue condenada a decenas de años de cárcel por participar en cuatro asesinatos, los de un comerciante, un policía municipal, un marinero y un sargento de la Guardia Civil. Tras cumplir 24 años de prisión, salió en libertad en 2014, una vez descontado el tiempo purgado en Francia. En el film de Karmelo Vivanco, de poco más de una hora de duración, la exdirigente etarra hace una reflexión sobre las razones que la llevaron a formar parte de la banda y cuál fue su evolución personal hasta decidir desvincularse de ésta. «Lo mismo que me llevó a entrar, me llevó a salir», afirma. Gisasola se refiere así a la apuesta por extender el sufrimiento que trajo consigo la ponencia Oldartzen. Aquello, considera, «supuso el inicio del final de ETA».

Si algo tiene claro, y de esta forma lo refleja en el documental, es que ha sido la sociedad vasca la que ha logrado acabar con la organización terrorista, como también que «la reinserción es mucho más que salir de la cárcel». A su juicio, esta última solo se consigue después de entender que «ningún objetivo político puede lograrse a través de la vulneración de derechos humanos».

La puesta de largo de la cinta contó con la participación de la directora de Víctimas del Ejecutivo autónomo, Mónica Hernando, quien subrayó que se precisa de una «memoria crítica y autocrítica» para construir una convivencia futura. Ahora bien, según advirtió, este paso, sobre todo por parte de quienes ejercieron la violencia, será «un proceso lento, si se quiere que sea sincero». Junto al testimonio de Carmen Gisasola, el documental reúne, asimismo, los del exmiembro de ETA Andoni Alza; de KAS, Andoni Díaz Urrutia; de las Brigadas Rojas; el IRA o el grupo protestante UVK. Alza se adhirió a la vía Nanclares como respuesta a atentados como el que acabó con la vida del socialista Isaías Carrasco y -revela en el film- tras conversar con un integrante del IRA, que le relató el proceso seguido por la banda irlandesa para dejar las armas y encaminarse hacia la actividad política.

No hay «florituras», señala su director, Karmelo Vivanco. Pero el «valor» del documental, según añadió Hernando, es que «no solo muestra la autocrítica de personas que ejercieron la violencia, sino también la generosidad» de quienes la sufrieron, las víctimas. El film cuenta con el testimonio de Josu Elespe. Hijo del concejal del PSE asesinado por ETA en 2001 Froilán Elespe se citó en dos ocasiones con presos de la banda como parte de la iniciativa encuentros restaurativos que impulsó Instituciones Penitenciarias en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, con la colaboración del Ejecutivo vasco. Aquellos cara a cara, asegura, le reconfortaron «muchísimo» al percibir «el arrepentimiento» de los terroristas. «Pude ver que hay esperanza en el futuro, que hay gente que merece una segunda oportunidad», se sincera Elespe en el documental. «Sentí una liberación enorme cuando dejé de odiar a ETA».

Escuchar a las víctimas

La directora de Derechos Humanos del Gobierno vasco destacó la capacidad de las víctimas de «valorar la autocrítica que realiza el otro, aunque el otro sea el que les ha hecho muchísimo daño». Mónica Hernando llamó, en este sentido, a «escuchar a las víctimas, que van a veces un poco por delante de algunos sectores de la sociedad». «Escucharles con la mente abierta y romper algunos estereotipos que se tienen sobre ellas, porque esa generosidad y trabajo de construcción de convivencia es más general de lo que nos podemos imaginar», apostilló.

Por último, la cinta recoge también las reflexiones de la filósofa y escritora Victoria Camps, catedrática emérita de Ética de la Universidad Autónoma de Barcelona, y del abogado especializado en Derecho Penal Xabier Etxeberria. El valor de la autocrítica cerrará hoy por la tarde la sexta edición de la muestra Zinexit en los cines Golem del Azkuna Zentroa (La Alhóndiga). Al término del mismo, está previsto que se celebre un coloquio abierto al público. El documental se proyectará de manera simultánea en el Aquarim de San Sebastián.