Los senegaleses que salvaron a un hombre en la ría: «En lo único que pensaba era en salvarle»
Tres jóvenes senegaleses y un policía municipal de paisano rescatana un hombre de 72 años que se cayó a la ría desde el puente de la Ribera
Mohamed Diouf, Serigne Sene y Matar son los nuevos héroes de Bilbao. Este domingo, sobre las tres de la tarde, se lanzaron a la ría ... para salvar a un hombre de 72 años que se había caído al agua a la altura del puente peatonal de La Ribera, en el muelle de Marzana. Se sintió indispuesto cuando paseaba por la zona. «Le vi marearse y se apoyó en la barandilla. Pero se cayó de espaldas», relataba este lunes Diouf. En ese momento, actuó lo más rápido que pudo: «No me lo pensé, lo único que quería era salvar al señor, lo único en que pensaba era en salvarle».
Se tiró al agua desde lo más alto de la pasarela con la intención de auxiliar a la víctima, que estaba inconsciente boca abajo «y tenía que darle la vuelta para que pudiese respirar». Fueron momentos de angustia y «aunque había mucha gente gritando desde las orillas, nadie más se tiraba». «Mohamed me gritaba que estaba agotado y ya no podía aguantar más», cuenta Serigne, que bajó hasta el paseo y se tiró desde allí. Instantes después recibían el apoyo de otro compatriota senegalés, Matar. «No podemos no hacer nada cuando alguien se está muriendo delante de nosotros», argumentan los tres.
Diouf reconoce que el rescate se le hizo muy largo. Pasaron «unos minutos eternos» que no sabe concretar, «pero que para mí fueron al menos 20, hice solo casi todo el trabajo de acercar al hombre a la orilla y acabé muy cansado, no podía más». Además, tragó mucha agua intentando mantener la cara del hombre siempre fuera del agua para que no se ahogase. «Cuando todo acabó, me trasladaron al hospital para hacerme un reconocimiento», añade pasadas las horas.
Esta es la segunda vez que Mohamed salva la vida de una persona en el muelle de Marzana. La anterior ocasión fue en la medianoche del 24 de septiembre del año pasado. «Se cayó una chica y me tiré también sin pensar». Como ahora, agarró a la víctima y logró llevarla a la orilla, desde donde los servicios de emergencia le tiraron un flotador salvavidas con el que pudieron esperar hasta la llegada de una embarcación del servicio municipal de Bomberos.
Sin calzado
Los ciudadanos que el domingo pasaban por la zona no solo aplaudieron su heroicidad; también intentaron echar una mano. O mejor dicho, una cuerda para que Diouf, sus colegas y el hombre que había caído se pudieran mantener a flote hasta la llegada de los servicios de emergencias. Unos minutos más tarde, una embarcación recreativa se acercó, les lanzó un chaleco salvavidas y los sacó a todos del agua.
Otro peatón que se encontraba junto al muelle era Óscar Macho, policía municipal de Bilbao, de 43 años y experto en buceo. Tomaba el aperitivo en una terraza con su pareja y una amiga cuando oyó «un golpe fuerte en el agua». Tardó unos instantes en lanzarse al cauce, pero para entonces Diouf ya había llegado junto a la víctima e intentaba agarrarle para acercarle a tierra. Se tiró al mismo tiempo que los amigos de éste y entre todos lograron salvar la vida del accidentado. «Apenas vi al hombre en el agua le di la riñonera a mi compañera y me quite el calzado para tirarme al agua», explica el agente a este periódico. No le preocupó ir en pantalones vaqueros, pero era consciente de que las botas sí podían dificultarle la natación «y tirar de mí hacia abajo al llenarse de agua y lastrarte».
Buzo de combate
En cuestión de segundos llegó junto al joven que se había lanzado antes que él y que intentaba acercar a la víctima a la orilla, «pero tenía problemas porque el cuerpo no paraba de dar vueltas y se le quedaba la cabeza sumergida». El agente -que lleva 16 años en la guardia urbana pero antes había sido miembro del grupo de operaciones especiales de las Fuerzas Armadas y, concretamente, «buzo de combate»- supo inmediatamente qué hacer y en apenas un minuto consiguió que todos alcanzaran la orilla.
Una vez allí tuvieron el golpe de suerte de que llegara la embarcación deportiva, «y sus tripulantes nos ayudaron a subir al hombre, al que pusimos en posición lateral tras comprobar que tenía las constantes vitales». Lo llevaron al embarcadero que tienen los bomberos bajo el puente de San Antón, «y allí aparecieron una médico y otras dos enfermeras, que habían visto lo sucedido desde la orilla y se prestaron a ayudar».
Tras comprobar que el hombre se encontraba estable, permanecieron cuidándole hasta que llegó una ambulancia para trasladarle al hospital de Basurto. «Me han confirmado que ya le han dado el alta», se felicita Óscar Macho. El policía municipal reconoce que no es la primera vez que colabora en un rescate en el agua, «pero las otras dos fueron en el mar, es la primera vez que tengo que actuar en la ría». Asegura sentirse «enormemente satisfecho» por la labor realizada, pero admite que la mayor parte del mérito la tienen los tres jóvenes senegaleses que no dudaron en lanzarse al agua. Sobre todo Diouf.
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